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Francia se cubre de gloria al reunir en Lille a aficionados ingleses y rusos
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los 'pross' juegan el jueves en la cercana lens

Francia se cubre de gloria al reunir en Lille a aficionados ingleses y rusos

La organización aconsejó a los seguidores británicos -Inglaterra jugará en Lens- que buscaran alojamiento en Lille, donde juega Rusia, ciudad en la que hay más oferta hotelera

Francia no gana para disgustos en esta Eurocopa. Entre amenazas terroristas, huelgas, manifestaciones multitudinarias como la que tuvo lugar a primera hora de la tarde del martes en el corazón de París y batallas campales entre 'hooligans', no consigue que la atención del resto del planeta se centre única y exclusivamente en la fiesta del fútbol. Las perspectivas, de hecho, se barruntan muy poco halagüeñas, a tenor de la aparición de un nuevo foco de pesadillas en el horizonte. O para ser más exactos, en el norte.

Las ciudades de Lille y Lens, distantes apenas 40 kilómetros, se encuentran desde la mañana del miércoles en alerta máxima ante el temor de que los graves incidentes acaecidos el pasado fin de semana en Marsella puedan repetirse con motivo de la llegada inminente al norte del país de seguidores ingleses, galeses, rusos y eslovacos. Aunque el Inglaterra-Gales del jueves en Lens era uno de los cinco partidos considerados de antemano por la UEFA como de ‘alto riesgo’, lo ocurrido en el sur del país ha disparado todas las alarmas entre las autoridades galas, al percatarse de que el Rusia-Eslovaquia, que se disputará en Lille este miércoles, supondría volver a cruzar en el camino a los mismos protagonistas de la ‘guerra’ desatada días atrás en la capital de la Provenza. Y es que las estrecheces de Lens, una diminuta localidad con apenas 36.000 habitantes, llevaron a la organización del torneo a aconsejar en su momento a los seguidores británicos que buscaran alojamiento en Lille, donde la oferta hotelera es mucho mayor.

En suma, que entre los 70.000 hinchas procedentes del otro lado del Canal de la Mancha (solo 18.000 tienen entrada asegurada) que se espera lleguen hasta el jueves, más los varios millares de seguidores del Este de Europa que empezaron a campar por la ciudad desde anoche, la capital de la región del Paso de Calais corre el riesgo de convertirse en una ratonera si los rumores que hablan de enfrentamientos pactados entre ultras rusos e ingleses a través de WhatsApp llegan a concretarse en sus calles. De hecho, este martes por la tarde ya se produjeron los primeros altercados, a los que también se unieron algunos galeses.

Se prohibirá la venta de alcohol

En previsión de lo que pueda ocurrir y alertados por las escaramuzas que se produjeron el domingo pasado en sus calles entre radicales alemanes y ucranianos, la Prefectura del Norte (que engloba las dos ciudades) y sus respectivas jefaturas de la Gendarmería se reunieron el lunes para trazar un plan de actuación en materia de seguridad ante la avalancha de seguidores que están llegando poco a poco a sus dominios.

Como ya anunciara el ministro de Interior, Bernard Cazenueve, se prohibirá la venta de alcohol, así como su consumo, en el centro urbano y en las inmediaciones de los estadios Pierre Mauroy (Lille) y Bollaert-Delelis (Lens). Los bares de estas dos ciudades deberán cerrar miércoles y jueves a medianoche. Sí se permitirá, en cambio, tanto en el interior de los terrenos de juego como en las Fan Zones de ambas localidades. La policía lleva desde este lunes visitando uno por uno todos los negocios de venta de bebidas en el centro de los dos municipios para informar a sus propietarios de las medidas que entrarán en vigor desde primera hora del día de cada partido para hacer acopio de las quejas que tengan.

Pocas no serán, teniendo en cuenta que esa masiva asistencia de aficionados siguiendo a sus equipos suele dejar pingües beneficios a los negocios de la zona, especialmente a los de venta de alcohol. Como muestra, un botón: el restaurante Coq Hardi, sito en la Grand Place de Lille, vendió solo el pasado domingo, día del Alemania-Ucrania, 750 litros de cerveza, a razón de 12 euros el litro…

Autoridades bajo sospecha

Unidades de la policía nacional gala y de la gendarmería patrullan sin descanso desde el lunes por la tarde las principales arterias de ambas ciudades y las calles próximas a los estadios, habiendo acordonado puntos ‘calientes’ como las estaciones de ferrocarril (en la de Lille Flandres hay aparcados tres vehículos blindados), de autobuses o el aeropuerto de Lille. Contarán para dicho cometido con el refuerzo de un contingente de policías británicos especializados en la lucha entre grupos de 'hooligans'.

Los colegios de educación primaria y secundaria en Lens cerrarán también sus puertas el miércoles para evitar que sus alumnos puedan verse implicados en posibles disturbios a lo largo de una jornada que se prevé de lo más tensa.

La detención, a última hora de la mañana del martes, de una treintena de ultras rusos cuando se disponían a viajar rumbo al norte del país ha servido para que el gabinete que preside Manuel Valls recupere una pequeña porción de la confianza de una ciudadanía muy crítica con las autoridades por no haber sido capaces de detectar a tiempo el infierno que se cernió finalmente sobre Marsella durante casi tres jornadas de vandalismo.

Cooperación

En su defensa, el portavoz del Gobierno, Stéphane Le Foll, acusó a Rusia de no haber cooperado con Francia en la labor de identificar a los hinchas radicales que se desplazaron por tierra hasta el país vecino para poner en jaque la Eurocopa con sus ataques indiscriminados sobre seguidores ingleses.

La decisión del Comité de Control, Ética y Disciplina de la UEFA (CEDB) de expulsar a Rusia, aunque haya dejado la medida en suspenso si no hay más altercados, sentó como una puñalada en la concentración del combinado exsoviético. Su centro delantero, Artem Dzyuba, comentó que “detrás de esta medida hay cuestiones de tipo político”. Por su parte, el seleccionador, Leonid Slutsky, fue más pragmático e hizo un llamamiento a sus aficionados para que se comporten debidamente durante las próximas 48 horas y no obliguen a la UEFA a sacarles definitivamente la tarjeta roja por su causa.

Francia no gana para disgustos en esta Eurocopa. Entre amenazas terroristas, huelgas, manifestaciones multitudinarias como la que tuvo lugar a primera hora de la tarde del martes en el corazón de París y batallas campales entre 'hooligans', no consigue que la atención del resto del planeta se centre única y exclusivamente en la fiesta del fútbol. Las perspectivas, de hecho, se barruntan muy poco halagüeñas, a tenor de la aparición de un nuevo foco de pesadillas en el horizonte. O para ser más exactos, en el norte.

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