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Inglaterra se actualiza al fútbol moderno, pero regala puntos como antaño
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Inglaterra se actualiza al fútbol moderno, pero regala puntos como antaño

Con una propuesta de juego muy vistosa y muy poco inglesa, los 'Three Lions' fueron mucho mejores que Rusia, pero se dejaron empatar el gran gol de falta de Eric Dier en el descuento

Foto: El gol de Rusia (Reuters)
El gol de Rusia (Reuters)

Parece imposible, pero Inglaterra ha evolucionado en el fútbol. Ha actualizado hasta la versión más nueva de este deporte, el fútbol de toque, pero sigue teniendo todavía reminiscencias de la antigua nación favorita a todo y derrotada siempre. Jugó más y mejor que Rusia, por momentos con brillantez, pero dejó que le robaran dos puntos en el descuento y que el ‘derbi’ contra Gales cobre una dimensión espectacular.

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Esta Rusia no es la Rusia que tenía que jugar la Eurocopa. Es otra, la cara B, la versión ‘outlet’ de los herederos de Yashin. Toda posición es sensible ante una posible ausencia en los últimos momentos de una gran competición, pero lo es más si se trata del mediocentro, la posición más determinante en el desarrollo del juego. Rusia perdió a los sus dos titulares, Dzagoev y Denisov. Para que entiendan la dimesión: quítenle a España a Busquets e Iniesta, y sabrán lo que ha perdido Leonid Slutsky, el único seleccionador del torneo que sólo cobra por bonus. Es, por tanto, comprensible que los rusos fueran durante tanto tiempo un equipo plano y dependiente del físico de Artem Dzyuba.

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Puede perder, que será lo normal según su historia, pero esta Inglaterra tiene algo. Es posible que aún esté inmadura, como la Roja en el Mundial de Alemania 2006, que gestó el posterior monstruo que lo ganó todo y varias veces. Tampoco hay que vender que los ‘Three Lions’ serán eso en los próximos años, pero tienen materia de sobra para ganar esta Eurocopa. Del once inicial que escogió Roy Hodgson no sobra nadie, muchos lo habrían firmado hace tiempo. Y en el banquillo se quedaron gente como Henderson, Milner, Sturridge, Vardy, Barkley… Hay mucha materia prima sobre la que producir.

placeholder Allana y Alli fueron de los más destacados del primer tiempo (Eddie Keogh/Reuters).
Allana y Alli fueron de los más destacados del primer tiempo (Eddie Keogh/Reuters).

Inglaterra se pasa al fútbol de toque

La manera de hacerlos funcionar es lo que podía variar. Inglaterra llevaba anticuada muchas décadas, estancada en una manera de trabajar muy determinada, sin intención de abrir los ojos y mirar a su alrededor, al resto de países que se habían actualizado a la nueva manera de jugar. Hodgson no parecía el indicado para ello, un entrenador mayor, habituado a los viejos métodos. Pero se ha encontrado con una camada única (especialmente del Tottenham Hotspur) de jugadores técnicos, ni altos ni con un físico portentoso, y les permitió jugar en vez de correr, mover la pelota en distancias cortas en vez de romperla a pelotazos. El resultado es la Inglaterra que vimos en el primer tiempo.

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Todo lo que hizo fue bueno. Asentados sobre la base que le daba un chaval de 22 años llamado Eric Dier, Inglaterra se posicionó desde el inicio en campo ruso y movió a la defensa con cierta facilidad. Rooney establecido de organizador clásico, habilitaba sobre todo el costado derecho, donde Lallana se entendió como si fueran uña y carne con Kyle Walker. Dos combinaciones entre ambos acabaron con el ‘red’ fallando delante de Akinfeev. Inglaterra lo tenía todo para marcar, para ganar el partido de manera cómoda, incluso. Pero Inglaterra es única en complicarse la vida.

Cuando tenía el partido en el puño, apretándolo cada vez con más fuerza hasta hacerlo explotar, Rizzoli señaló el descanso antes de que reventara la pelota. A los ingleses les vinieron fatal esos quince minutos de reposo en la caseta, mientras que Slutsky, con un poco de movitación, consiguió que su equipo, inferior en cuanto a técnica y superior en cuanto a inteligencia por veteranía, se asentara en el campo y llegara incluso a impedir a Inglaterra salir de su campo durante muchos minutos. Subieron las líneas, Kokorin y Dzyuba presionaron a los centrales y Hart empezó a conocer a los delanteros contrarios.

Y cuando decimos que Inglaterra parece adaptarse a los tiempos, lo decimos también por ese detalle que marca el fútbol actual: la salida fluida del balón desde la propia portería. Los ingleses, los inventores del patadón arriba, salieron con soltura en muchas ocasiones desde los pies de Joe Hart, que intentaba opositar para ser portero de confianza de Guardiola. En algunas de esas, los rusos les robaron, es lo que tiene el riesgo. Pero para Inglaterra estaba preparado un final mucho más cruel, acorde a su leyenda negra internacional vigente desde 1966.

placeholder Dier, a punto de recibir el abrazo de sus compañeros (Eddie Keogh/Reuters).
Dier, a punto de recibir el abrazo de sus compañeros (Eddie Keogh/Reuters).

Kane como lanzador de balón parado

Un detalle extraño que debemos traer a colación es la elección del lanzador de pelota parada por parte de Hodgson. Harry Kane, el ‘9’, el principal rematador del equipo, era el encargado de lanzar los saques de esquina, en una plantilla que tiene a Wayne Rooney. Incomprensible, en realidad. Y más viendo la nula efectividad de sus lanzamientos. En dos acciones, dos compañeros le dejaron mal a él y a su entrenador. Primero Rooney disparó un libre directo que rozó la escuadra izquierda de Akinfeev y después, Dier clavó una falta desde la frontal. Hodgson tiene tiempo para darle todas las vueltas que sean necesarias a esa elección de lanzador.

Estaba claro, no obstante, que Inglaterra no podía ganar el primer partido de un torneo. El país tradicionalista por excelencia debía cumplir su hábito, que no es otra cosa que la desgracia. Hodgson quitó a Rooney e Inglaterra perdió temple. El físico de Milner no bastó para aguantar a una Rusia hambrienta. Faltaron centímetros y faltó fuerza para llegar a defender el cabezazo de Berezutski, al que Glushakov acabó robándole la gloria por milímetros. Cuando Inglaterra ya olía los octavos, ahora le toca jugársela contra el vecino Gales, extramotivado y con un Bale con ganas de comerse a los que tan bien conoce.

Ficha técnica:

1 - Inglaterra: Hart; Walker, Cahill, Smalling, Rose; Alli, Dier, Rooney (Wilshere, m.78); Lallana, Kane, Sterling (Milner, m.87).

1 - Rusia: Akinfeev; Smolnikov, Ignashevich, Vasili Berezutski, Schennikov; Neustädter (Glushakov, m.80), Golovin (Shirakov, m.78); Smolov (Mamaev, m.85), Shatov, Kokorin; Dzyuba.

Goles: 1-0: m.73: Dier. 1-1: m.90+3: Berezutski.

Árbitro: Nicola Rizzoli (Italia). Amonestó al inglés Cahill (m.62) y al ruso Schennikov (m.72).

Incidencias: Partido de la primera jornada del grupo B de la Eurocopa 2016 disputado en el estadio Velodrome de Marsella, ante 67.000 espectadores. Desde el fondo de los aficionados rusos se lanzó una bengala hacia la grada inglesa y se encendieron otras. Los servicios de seguridad desalojaron una zona de esa parte del campo.

Parece imposible, pero Inglaterra ha evolucionado en el fútbol. Ha actualizado hasta la versión más nueva de este deporte, el fútbol de toque, pero sigue teniendo todavía reminiscencias de la antigua nación favorita a todo y derrotada siempre. Jugó más y mejor que Rusia, por momentos con brillantez, pero dejó que le robaran dos puntos en el descuento y que el ‘derbi’ contra Gales cobre una dimensión espectacular.

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