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Del Bosque vuelve a los orígenes y da la manija a los 'bajitos' ante Ucrania
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Del Bosque vuelve a los orígenes y da la manija a los 'bajitos' ante Ucrania

Del Bosque junta ante Ucrania a cinco portentos con el balón como Busquets, Koke, Iniesta, Silva e Isco en busca de recuperar el dominio de los partidos y sobre todo la profundidad que tanto ha faltado

Foto: Los jugadores de la Selección entrenaron en el Sánchez Pizjuán (EFE).
Los jugadores de la Selección entrenaron en el Sánchez Pizjuán (EFE).

Venga, pongámonos nostálgicos ahora que podemos, que tenemos en la memoria cosas bonitas que recordar. ¿Cuál dirían que es el partido en el que la selección española de fútbol ha realizado un fútbol más brillante? Habrá opiniones variopintas, pero al final, la gran mayoría de esta encuesta inexistente se centrarían en tres o cuatro partidos clave de los últimos siete u ocho años de la Roja. Desde que la llaman así, de hecho. La Roja. Eso lo inventó Luis y funcionó, tirando a la basura la rancia furia española. No tengo dudas sobre que muchos de los aficionados se quedarían sin dudarlo ni un instante con las semifinales de la Eurocopa 2008, contra Rusia. Más exactamente con los segundos 45 minutos del partido. ¿Cómo jugó España aquel encuentro? Con cinco centrocampistas.

Mentira. Empezó con cuatro centrocampistas y dos delanteros: Villa y Torres. Y con esa conjunción de talento España se coló en las semifinales de un gran torneo después de lo que parecieron miles de años. Pero lo que por entonces fue un destrozo, la lesión de David Villa, a la postre resultó la combinación de ciertos factores que, juntos, crearon un fútbol de tres estrellas Michelin. ¿Por qué se produjo este fútbol? Porque ante la ausencia de Villa, Luis Aragonés no introdujo otro delantero, como Dani Güiza (no en el momento de la lesión, sí después), sino que apostó por juntar a los cinco bajitos, a esos cinco con más talento de la plantilla (y quizás del planeta). El resultado fue apoteósico.

Senna, Xavi, Iniesta, Silva y Fàbregas disfrutaron de una noche mágica en el Ernst Happel de Viena e hicieron ver al mundo que España era mucho más que ese equipo mediocre que se creía que era favorito para cada torneo que disputaba. Fue tan espectacular el nivel de juego que desplegaron que incluso Alemania salió a la final con el papel de víctima asumido y así se mantuvieron hasta que Casillas levantó la Eurocopa.

Se preguntarán a qué viene este rollo melancólico. Pues bien, viene a colación por el convencimiento de que ese juego que una vez demostró España es todavía posible, realista. Básicamente porque tres de aquellos factores que se juntaron en Austria para ganar siguen todavía hoy y a una edad todavía fresca para no dudar de ellos. Y los otros dos que faltan para cumplimentar el quinteto son Busquets e Isco, que tienen cierto talento para manejar la pelotita. Vale, Koke es ahora el ojo derecho de Del Bosque y en el quinteto es fijo en detrimento de Cesc, pero el rojiblanco también tiene algunas nociones con el balón.

Del Bosque ha decidido volver a jugar así, un regreso al pasado glorioso de la Selección, que parece que fue hace un siglo, tras tanta decepción en tan poco tiempo, y en realidad está a la vuelta de la esquina que acabamos de pasar. Como dijo en la rueda de prensa previa al duelo contra Ucrania, Del Bosque tiene un “cogollo bien definido” y eso es así tanto en el grupo de convocados como en la alineación. Centrándonos en la medular, ese cogollo está formado por Busquets, Koke e Iniesta. En Sevilla, Del Bosque prueba esa idea que le rondaba por la cabeza: juntar a esa base la calidad técnica de Isco y de Silva.

Y todo esto, sin Diego Costa compitiendo por la titularidad a Álvaro Morata. Es el juventino el que ejerce ese papel que en su momento hizo Fernando Torres. Del Bosque confía en él no sólo para ahora, sino para el futuro. De hecho, por sus palabras se puede hasta deducir que le convence más que Costa, lo cual tampoco es una utopía visto lo visto. Morata conoce mejor el puesto que el blue porque lo ha mamado en las categorías inferiores. Su alianza con el centro del campo es natural, sin cataclismos, sin los esguinces mentales que supone encajar al ex del Atleti en la Roja. Sabe cuándo participar en el juego colectivo, cuándo servir de puente para la continuación fluida del balón, desmarcarse al hueco.

Alineaciones confirmadas:

España: Casillas; Juanfran, Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba; Busquets, Koke; Iniesta, Isco, Silva; Morata.

Ucrania: Pyatov; Fedetskiy, Khacheridi, Kucher, Shevchuk; Tymoshchuk, Rotan; Konoplyanka, Stepanenko, Yarmolenko; Zozulya.

Árbitro: Cüneyt Çakir (TUR).

Estadio: Ramón Sánchez Pizjuán.

Hora: 20.45.

Venga, pongámonos nostálgicos ahora que podemos, que tenemos en la memoria cosas bonitas que recordar. ¿Cuál dirían que es el partido en el que la selección española de fútbol ha realizado un fútbol más brillante? Habrá opiniones variopintas, pero al final, la gran mayoría de esta encuesta inexistente se centrarían en tres o cuatro partidos clave de los últimos siete u ocho años de la Roja. Desde que la llaman así, de hecho. La Roja. Eso lo inventó Luis y funcionó, tirando a la basura la rancia furia española. No tengo dudas sobre que muchos de los aficionados se quedarían sin dudarlo ni un instante con las semifinales de la Eurocopa 2008, contra Rusia. Más exactamente con los segundos 45 minutos del partido. ¿Cómo jugó España aquel encuentro? Con cinco centrocampistas.

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