El Barcelona es finalista de Copa sin gloria y achicando balones

Érase una vez un equipo llamado FC Barcelona que dominaba los partidos a partir del control de la pelota en el centro del campo. Érase una vez un Barça que encandilaba por su superioridad técnica y su intensidad, que saltaba al césped a tener el balón, a moverlo, a buscar espacios y a ganar. Fin.

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Jesús Garrido

El Barça se ha clasificado por cuarta vez consecutiva para la final de la Copa del Rey después de empatar de manera agónica ante el Atlético con nueve jugadores. Sí. El Barça sigue siendo un rival temible, porque sin jugar un pimiento, es capaz de sacar adelante un partido con solo medio minuto en el que Messi se conecte los cables y Luis Suárez dispare. Eso sucedió en la primera parte del partido, en que el conjunto azulgrana, como un flan, se dedicó a aguantar el chaparrón rojiblanco. En los primeros 22 minutos, el Atlético había disparado ya tres veces a puerta, con dos faltas a favor y dos córneres, siendo el balón parado uno de sus fuertes. Es decir, que en teoría Luis Enrique debería haber advertido a los suyos al respecto. Si lo hizo, ni caso le hicieron.

Con Busquets e Iniesta en el banquillo de inicio, resulta que el mejor del Barça fue Cillessen. No es broma, no. El único capaz en el primer cuarto de hora de romper la presión del Atlético fue el portero holandés. Y con esto debería estar dicho todo, teniendo en cuenta que estamos hablando del Barça. Que el portero sea la estrella no solo por las paradas, sino por pasar la primera línea de presión y dar aire a su equipo, que, insisto, es el Barça, es algo así como el advenimiento azulgrana. Que en una semifinal de Copa del Rey, jugando en casa y con el marcador a favor los de Luis Enrique ni la huelan, es la prueba evidente de la llegada de una nueva época. Una en la que solo hace falta que conecten los cables durante un segundo los ‘bichos’ para resolver el entuerto.

Así, y después de una primera parte en la que el Atleti salió a por el partido descaradamente, pero sin puntería, en el minuto 42, Messi hizo de las suyas, un recorte por aquí, otro por allá, un disparo a puerta, y en el despeje, el pistolero Suárez que no deja pasar ni una. 1-0. Si el gol es para el que se lo merece, pues venga, premio. El conjunto de Simeone fue estéril de cara a puerta y al de Luis Enrique parece no costarle esfuerzo. Es lo que tiene que un tal Leo Messi juegue en tu equipo.

Por si el desgaste anímico no hubiera sido suficiente, nada más empezar la segunda mitad, Gaitán y Godín se lesionaron y al Atlético le anularon un gol legal de Griezmann por un fuera de juego inexistente. No era la noche, estaba claro, pero incluso así el Barça siguió reculando, Sergi Roberto vio la segunda amarilla y quedaban minutos por delante. Ni por esas. El Atlético siguió romo en ataque, se nivelaron los números con la expulsión —dudosa— de Carrasco y saltaron al césped, por fin, Sergio Busquets e Iniesta, que son algo así como los guardianes del Santo Grial. Los que llevan en el ADN el estilo y no negocian porque si por algo son campeones de Liga, de Europa, del mundo, es porque son como son y juegan a lo que juegan.

Sin control del juego, Messi estampó un balón en la escuadra tras una falta en el 77’, y un minuto después Gameiro envió un penalti a las nubes. No hacían falta más señales, las cartas estaban echadas y cualquiera se habría rendido ante la evidencia, pero el Atlético es de esos que se revuelven ante el destino y en el 82’ Gameiro, esta vez, sí, vio puerta tras un error de Piqué.

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Los últimos minutos fueron una agonía para el Barcelona, que achicó balones y no salió apenas de su área como si fuera un equipo pequeño, de media tabla, y no un campeón jugando en su estadio. Por si fuera poco, a falta de un minuto, Luis Suárez vio la segunda amarilla y enfiló el camino a vestuarios. Habrá quien hable de oficio y de saber sufrir, quien vea el vaso medio lleno y no medio vacío, pero la clave es que hasta no hace tanto la copa rebosaba de fútbol y se ha bajado tanto el nivel, la exigencia, que ya, con medio minuto, un Messi-Luis Suárez vale. Vale para volver a estar en la final de la Copa del Rey, claro que sí, pero… Érase una vez…

Ficha técnica

1 - FC Barcelona: Cillessen; Sergi Roberto, Piqué, Umtiti, Alba; André Gomes, Rakitic (Iniesta, min. 72), Denis Suárez (Mascherano, min.61); Messi, Luis Suárez y Arda (Sergio Busquets, min.69)

1 - Atlético Madrid: Moyá; Juanfran, Godín (Lucas Hernández, min. 49), Savic, Filipe Luis; Carrasco, Koke, Saúl, Gaitán (Correa, min. 48); Griezmann y Fernando Torres (Gameiro, min.61).

Goles: 1-0, min.43: Luis Suárez. 1-1, min.83: Gameiro.

Árbitro: Gil Manzano (Comité Extremeño). Mostró cartulina amarilla a Sergi Roberto (min.19), Carrasco (min.36), Rakitic (min.66), Cillessen (min. 76), Savic (min. 77), Luis Suárez (min.87), Filipe Luis (min.94) y Sergio Busquets (min.95). Expulsó a Sergi Roberto (min.57), Carrasco (min. 70) y a Luis Suárez (min.90) por doble amonestación.

Incidencias: asistieron al partido 67.734 aficionados en la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey disputada en el Camp Nou.