El elefante de Paco Alcácer por fin se hizo visible en el Camp Nou

Lo principal es que el Barcelona ganó al Hércules, solventó la primera eliminatoria de Copa y ya está clasificado. Cumplió con su deber ante un rival de Segunda B, que era lo que se esperaba de un equipo como el Barça aunque ya estén de vacaciones Messi, Neymar, Luis Suárez y Piqué y con Iniesta en el banquillo. Dicho esto: ¿podemos hablar ya del elefante en la habitación? Porque hay un elefante enorme que se llama Paco Alcácer, que costó 30 millones de euros, que fue el cuarto delantero que tanto pidió Luis Enrique, que este miércoles disputó su duodécimo partido y que por fin marcó su primer gol oficial después de disputar 576’ con la camiseta del Barça, el que supuso el 5-0. Lo hizo en su primer disparo a puerta, de cabeza y miró al cielo como diciendo '¡aleluya!'.

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Gemma Herrero. Barcelona

Ignorar una evidencia no hace que desaparezca; es más, la suele agigantar. Y Luis Enrique soltó antes del encuentro: “Lo mejor para Paco Alcácer es no hablar de él”. Pues ya me perdonará el señor entrenador, pero no le pienso hacer caso. Porque el elefante está ahí, bien grandote. Y ya era hora de que marcara. Por fin, se hizo visible.

En partidos así, como el del Hércules, y dada la precaria situación del delantero valenciano es justo cuando todos los focos están puestos sobre él. Lo contrario es la anomalía. Y las señales que emite Alcácer no son nada buenas. Por el sentimiento de empatía y la ausencia de lógica que a menudo tiene el fútbol y sus protagonistas, no se sabe muy bien por qué a Alcácer se le está arropando como si fuera un niño chico, con una cierta condescendencia, con algo de conmiseración poniéndose en el lugar del ídolo del Valencia que apostó por jugar en el Barça y debe estar pasándolo mal, pobre.

Hasta tal punto se ponen en la piel los 64.205 espectadores que acudieron al Camp Nou, que después de estar el partido ya resuelto con el cuarto gol de Arda Turan, buena parte de la afición se puso a corear el nombre del delantero, a ver si así se animaba. Con el tanto todos los compañeros fueron a abrazarle, el público lo celebró con jolgorio navideño disponiéndose a continuación a cantar villancicos y ahora se supone que el mal fario ya es pasado y Alcácer ya está listo para ser el jugador que el Barça esperaba de él. Ya veremos, pero el tanto no debería esconder que no hizo un buen partido.

Dejando al paquidermo aparte, el Hércules se plantó con la clara intención de sobrevivir y dejar pasar los minutos bien pertrechados atrás a ver si sonaba la flauta y la primera media hora fue plana, soporífera, sin velocidad, ni espacios. Con solo un canterano en el equipo, Rafinha, y la vuelta de Rakitic al once titular. En el minuto 36’ Digne abrió el marcador, siendo el primero de los últimos seis fichajes que lo ha logrado esta temporada y Rakitic, a falta de un minuto para el descanso, marcó de penalti porque Alcácer ni siquiera se propuso para tirarlo, que no sería tan raro, vamos. Ese tipo de detalles son los que indican claramente cuál es el estado de ánimo del jugador. En la segunda, ya con el pescado vendido, Rafinha y Turan dieron la puntilla, el valenciano gritó “por fin” y lo mejor de la noche fue el último tanto del turco, por la escuadra, firmando un triplete (su segundo de la temporada) y su undécimo gol. 7-0. Noche de paz, noche de amor. Expediente solventado. Y 576 minutos para marcar un gol. Feliz Navidad.

Otra jornada sin historia

El Sevilla abusó del Formentera con un contundente 9-1 que mostró el buen momento que atraviesa el conjunto de Jorge Sampaoli, que alcanzó los octavos de final de la Copa del Rey como el Eibar, el Deportivo, el Osasuna y el Valencia. Tampoco sufrió el Eibar pese al ímpetu del Sporting, que tenía que remontar un 1-2 adverso del choque de ida. El cuadro asturiano saltó al césped de Ipurúa con la intención de remontar la eliminatoria pero recibió un jarro de agua fría tremendo a los 45 segundos del choque con el primer gol de Kike.

En Mestalla, el Valencia ganó 2-1 al Leganés y estará en octavos de final después de con seguir el mismo resultado en Butarque. En medio del lío montado alrededor de Dani Parejo (no fue convocado), los hombres de Cesare Prandelli cumplieron con solvencia y estarán en la siguiente fase. Más sufrió el Deportivo, que remontó el 1-0 que consiguió el Betis en el estadio Benito Villamarín. El equipo gallego ganó 3-1 y sufrió en los últimos minutos, cuando un gol verdiblanco les habría eliminado. En Pamplona, Osasuna también remontó su eliminatoria ante el Granada, que venció 1-0 en la ida. El equipo de Joaquín Caparrós se tomó un respiro después de los malos resultados en una Liga de la que es colista y ganó 2-0 para alcanzar los octavos de final.