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La "satisfacción íntima" del Toto Berizzo después de dejar en la lona a Simeone
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"me siento gratificado de ser su entrenador"

La "satisfacción íntima" del Toto Berizzo después de dejar en la lona a Simeone

Hace justo un año, Berizzo estaba en la calle. Pero la directiva tuvo paciencia y el argentino ha hecho del Celta uno de los equipos más vistosos y con más proyección de toda la liga española

Foto: Berizzo se mostró emocionado con la demostración de sus jugadores (EFE).
Berizzo se mostró emocionado con la demostración de sus jugadores (EFE).

"¡Saca a Augusto, Cholo saca a Augusto!". Unos doscientos aficionados del Celta se lo pasaron de maravilla cantando en las gradas del Calderón, disfrutando de una victoria sensacional de sus jugadores en uno de los estadios más difíciles de Europa. Y por supuesto, cuando se vieron con todas las papeletas para meterse en la semifinal, empezaron a realizar cánticos con bastante sorna. El recuerdo al ex que jugaba para el enemigo no faltó, ese que esta vez no jugó. Los celtiñas se lo pasaron en grande con el juego del Celta, como llevan haciendo toda la temporada. Que eso sucede tiene un responsable claro: Eduardo Berizzo.

El Celta es lo que es hoy por el Toto Berizzo. Es un entrenador que tiene la idea de juego muy clara, pero a diferencia de muchos entrenadores, no se aferra a una manera de jugar y no se sale de ella, sino que es capaz de moldear a sus jugadores en función de las necesidades que se presenten en cada partido. Quizá esa virtud la haya adquirido a partir de hace justo un año, cuando tras perder en Getafe Berizzo estaba prácticamente despedido. Había dividido al vestuario. Sólo premiaba a unos pocos afortunados que jugaban habitualmente, el resto parecían no contar para él. El ambiente no era bueno, los resultados negativos fueron acumulándose después de un inicio de campaña espléndido. Mouriño lo aguantó y sumó diez puntos en los siguientes cuatro partidos. La paciencia dio sus frutos.

Precisamente, a su 'amigo' el Cholo le desmontó el chiringuito después de haberse mostrado levemente inferior en la ida y muy superado en el encuentro de Liga jugado en Balaídos. Lo explica el propio técnico argentino: "En el primer tiempo el Atlético nos obligó a replegarnos un poco porque la circulación de ellos no la podíamos interrumpir. En la segunda parte ajustamos la distancia con sus centrocampistas y no hubo esa circulación de juego. Encontramos el quite de balón que produjo dos goles. La idea de jugar todo el tiempo nos hizo ganar este partido", dijo Berizzo en la rueda de prensa posterior. Es un resumen tremendamente acertado de lo que fue el partido. Un inicio en el que el Celta sufrió, pero supo hacerlo, sin apenas conceder ocasiones y marcando un gol como más le duele al Atlético. Después, se vino el aquelarre vigués.

Y quizá fue así porque el mismo Berizzo se imaginaba hace una semana, después de la ida, que iba a ser exactamente así. Pasado el tiempo, es muy sorprendente cómo acertó el técnico celeste la previsión del encuentro de vuelta. Esto fue lo que dijo nada más empatar sin goles con el Atleti en Balaídos: "Creo que será un partido muy similar, con nuuestro rival iniciando el juego tal vez, proponiendo generar fútbol. Si replicamos la actuación defensiva de hoy, nuestra gente de ataque contará con un espacio diferente para atacar. Ojalá el ida y vuelta nos beneficie". Y tal cual sucedió.

No hacen falta ni Augusto ni Nolito

El Toto se ha encontrado con una situación muy complicada de resolver a mitad de temporada. Había completado una primera vuelta como en las épocas en las que el Celta era un habitual en las competiciones europeas. Llegó a ser líder, y se ha mantenido en zona europea incluso entrada ya la segunda vuelta. Pero precisamente el Atleti le quitó a Augusto, su eje sobre el que todo giraba. En los primeros encuentros en los que estaba sin él sufrió lo indecible para mantener el control de los partidos, lo que siempre suele hacer el Celta. Nemanja Radoja lo intentaba, pero no conseguía emular al argentino. Y de repente, contra el Atleti, dio con la tecla. El partido que hizo el serbio fue soberbio, acompañado de un fantástico Tucu. No hay otro que Berizzo que sea responsable de ese cambio. Todo esto, sin tampoco Nolito... y con Guidetti cogiendo galones.

Porque no es otra cosa que confianza y actitud. Y de ahí que el Toto se mostrase tan entusiasmado con lo mostrado sobre el césped madrileño. "Siento lo mismo que sentía antes del partido: orgullo por mis futbolistas, por la entrega, por tener siempre compromiso en lo colectivo, por haber venido a un estadio difícil como éste y haber jugado el partido que jugaron, creyendo en la victoria, jugando con personalidad y valentía, respetando nuestras líneas de juego. Me siento aún más orgulloso de entrenarlos después de ganar un partido como éste, en una instancia como los cuartos de final contra un equipo enorme como el Atlético de Madrid y ganarles en su campo como lo hicimos".

"La ilusión que conlleva jugar de esta manera"

El Toto es un entrenador flexible, pero siempre intenta ser rotundo en una cosa: el juego. A veces le tocará sufrir, pero no será siempre, porque eso no le va a él. "Cuando vienes a un campo como este e imaginas defenderte mucho tiempo, sale mal", dijo como paradigma de lo que tiene en la cabeza. "La convicción de los futbolistas en la manera de jugar tiene una parte clave de nuestro funcionamiento". Sus hombres entienden lo que quiere su técnico. Quiere un fútbol atrevido, agresivo, muy intenso, de presión alta y agobio constante al contrario. "Sea quien sea -el rival en semis-, debemos confiar en nuestro juego", dijo el Tucu Hernández tras sus dos goles.

Y esa comprensión de los conceptos que ha querido aplicar Berizzo ha hecho que se sienta tan "representado" por ellos. "Me gusta cómo juegan al fútbol, la ilusión que conlleva jugar de esta manera, el respaldo anímico que ponen siempre al juego y me siento muy gratificado de ser su entrenador", dijo tras el partido de ida. Es puro amor. Tanto, que ni se planteó en ningún momento, según sus palabras, ocupar la vacante de Sampaoli en Chile. Se debe al Celta. No lo dice, probablemente no lo piensa, pero Berizzo está pidiendo a gritos dar el salto a un equipo con grandes aspiraciones más pronto que tarde.

"¡Saca a Augusto, Cholo saca a Augusto!". Unos doscientos aficionados del Celta se lo pasaron de maravilla cantando en las gradas del Calderón, disfrutando de una victoria sensacional de sus jugadores en uno de los estadios más difíciles de Europa. Y por supuesto, cuando se vieron con todas las papeletas para meterse en la semifinal, empezaron a realizar cánticos con bastante sorna. El recuerdo al ex que jugaba para el enemigo no faltó, ese que esta vez no jugó. Los celtiñas se lo pasaron en grande con el juego del Celta, como llevan haciendo toda la temporada. Que eso sucede tiene un responsable claro: Eduardo Berizzo.

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