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Cristiano se empeña en estar en semifinales
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el madrid, en semis por sexto año consecutivo

Cristiano se empeña en estar en semifinales

Pasaban dos minutos del cuarto de hora y el portugués ya había hecho que el partido se transformara en un 0-0; 14 años después, el Madrid le da la vuelta a una eliminatoria europea

Foto: 16 goles en 10 partidos. (EFE)
16 goles en 10 partidos. (EFE)

El Madrid está en semifinales de la Champions. Esta es una realidad ya establecida en la cultura futbolística desde hace ya más de un lustro. Sin embargo, en ese tiempo nunca había sufrido tanto el Madrid para alcanzar la penúltima ronda de la máxima competición europea. Y quizás haya sido el Wolfsburgo, junto con el APOEL, uno de los rivales más sencillos que ha tenido el conjunto blanco en los cuartos de final desde que Mourinho rompiese el maleficio de los octavos en 2011. Es un detalle importante ese, porque ha sido un toque de atención muy serio el que ha recibido Zidane. Este Madrid tiene que mejorar muchísimo para ganar la Copa de Europa.

Pasó lo que tenía que pasar. Mejor dicho, pasó lo que tenía que haber pasado en la ida. El Wolfsburgo no es tan malo como se lo pintaba en los días previos al enfrentamiento con los merengues, pero ahora mismo está muy lejos de ser el conjunto que le plantó un poco de cara al Bayern el año pasado en la Bundesliga, y el que ganó la Copa alemana. Es un equipo construido en torno a un jugador, Julian Draxler, algo admirable, ya que no todos los clubes pueden pagar tanto por un futbolista, que sin él (se lesionó a la media hora) se transforma sin remedio en un pollo sin cabeza que, además, cuenta con dos centrales que en cualquier momento pueden realizar un truco de magia que haga las delicias del contrario.

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La extraña pareja

Cuando Guardiola alineaba a Dante Bonfim, las redes sociales ardían esperando el momento en que cometiese su error tradicional, el cual era innegociable: tenía que ocurrir tarde o temprano. Es como un cartucho de dinamita sudado, totalmente imprevisible, puede explotar al más mínimo movimiento. Y como dicen los sabios, cuanto más tiempo pasas sin errar, más cerca está el error. El central brasileño hizo un partido completo en la ida, y por tanto, su fallo tenía que ocurrir en la vuelta. Le es igual la trascendencia del partido, que sea mayor o menor. Sorprendentemente, decidió no despejar un balón que iba rodando por el área y que pasó a su lado. Lo mismo hizo Naldo. Son Batman y Robin. Cristiano ni se creía que iba a marcar el primero de esa manera.

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Como tampoco se creería en su interior que después de golpear como lo hizo ese libre directo, el balón acabase por entrar en la portería de Benaglio (el mejor del Wolfsburgo, por cierto). Keylor se recorrió más de 60 metros ida y vuelta para decirle algo a Cristiano antes de disparar. Fuera lo que fuese, salió mal, pero entró. Cristiano no levantó el balón lo suficiente y estaba destinado a golpear en la barrera a la altura del costado de Naldo. Pero sin tampoco una razón aparente, decidió meter barriga, y el esférico pasó por el único hueco que había entre los hombres del Wolfsburgo que trataban de impedir el gol. Fueron los dos goles clave del partido.

Mejor tres que uno

Porque el segundo, aunque fuera inmediato, no resultó tan importante. Al fin y al cabo, el Madrid necesitaba hacer al menos tres. Y si bien empatar la eliminatoria otorgaba tanto al público como a los jugadores cierta tranquilidad de saber que ya no estaban eliminados, de esa manera siempre se sentirían caminando por un alambre sin red. Un gol del Wolfsburgo, que vista la inseguridad de Pepe, no a la altura de la de Dante pero casi, podía suceder.

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La meritocracia de Zidane funcionó en parte. Carvajal jugó de inicio en lugar de Danilo. El pobre brasileño ya tiene suficiente con un día de pitos en el Bernabéu, mejor no arriesgarse a que no se clasifique el Madrid y que le echen la bronca al mismo. Sin embargo, no estaba ni convocado Nacho Fernández. Poco más puede hacer el chaval para ganarse mayor confianza de su entrenador. El resto del once, lo que sabíamos, los de siempre. Porque Casemiro ya es uno más, de ahí no lo va a sacar nadie. Solo podría excluirse él mismo con crasos errores, pero no tiene pinta.

Salió el Madrid como tenía que salir. Salió con intensidad, como sale siempre. Últimamente, ante la desgana en el análisis futbolístico generalizada, todo se achaca a la falta de intensidad. A veces son los propios jugadores los que lo dicen, lo cual es grave. Quiere decir que no saben por qué lo han hecho mal. Si el Madrid lo hizo mal en Wolfsburgo no fue por no ser intenso, sino por no tener un plan de juego, una idea de cómo hacerle daño a un equipo inferior. Puede que el mismo Zidane se excusase con la carencia de intensidad para eludir la responsabilidad propia en un planteamiento escaso o erróneo. El Madrid aquel día esperó que Bale decidiese el partido con alguna genialidad, y cuando vio que ese plan no iba a resultar, empezó a colgar balones. Desanimado, bajó el pistón en los últimos minutos, cuando un gol les habría dejado una vuelta más tranquila.

El Wolfsburgo no reaccionó

Y quizás eso habría sido peor. Porque necesitar tres goles hizo que el Madrid buscase desde el principio el gol, sin escatimar esfuerzos. Y en cierto modo también fue negativo empatar tan pronto y tan de seguido. De esa manera, esa tranquilidad de la que hablábamos se convirtió en comodidad y esta, en conformismo. El rato en que Draxler coincidió con el 2-0, el Wolfsburgo hizo algo. Carvajal, sin ir más lejos, debió ver una amarilla por una falta sin posibilidad de jugar el balón. De ese golpe precisamente no se recuperó. Con el empate en la eliminatoria, el Wolfsburgo sentía el miedo de desplegarse y exponerse a un contragolpe. Estando ya eliminado, estuvo incapacitado para hacer daño. Ni con Naldo ni Dost de delanteros centro consiguieron ganar un balón por arriba y crear alguna segunda jugada con algo de peligro.

Pasó lo que tenía que pasar. Es decir, que el Madrid le gane con suficiencia al Wolfsburgo. Tuvo que ser sufriendo, dando la vuelta a una eliminatoria europea por primera vez en 14 años, también contra un alemán, y eso que se le daban mal al Madrid históricamente. Entonces, Helguera y Guti se repartieron la gloria de cargarse al Bayern de Kahn, Elber y Effenberg. Cristiano acapara hoy los elogios de eliminar al Wolfsburgo de Draxler, Dante y Naldo.

Ficha técnica:

3.- Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos, Modric (Varane, m.90); Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema (Jesé, m.84).

0.- Wolfsburgo: Benaglio; Vierinha, Naldo, Dante, Ricardo Rodríguez; Luiz Gustavo; Guilavogui (Dost, m.80), Arnold; Bruno Henrique (Caligiuri, m.73), Draxler (Kruse, m.32); y Schürrle.

Goles: 1-0, m.16: Cristiano Ronaldo. 2-0, m.17: Cristiano Ronaldo. 3-0, m.77: Cristiano Ronalo.

Árbitro: Viktor Kassai (HUN). Amonestó a Cristiano (80) por el Real Madrid; y a Arnold (44), Luiz Gustavo (76), Dante (85) y Vierinha (90) por el Wolfsburgo.

Incidencias: encuentro de vuelta de los cuartos de final de Liga de Campeones, disputado en el estadio Santiago Bernabéu, con 76.684 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria del exjugador madridista Pedro de Felipe.

El Madrid está en semifinales de la Champions. Esta es una realidad ya establecida en la cultura futbolística desde hace ya más de un lustro. Sin embargo, en ese tiempo nunca había sufrido tanto el Madrid para alcanzar la penúltima ronda de la máxima competición europea. Y quizás haya sido el Wolfsburgo, junto con el APOEL, uno de los rivales más sencillos que ha tenido el conjunto blanco en los cuartos de final desde que Mourinho rompiese el maleficio de los octavos en 2011. Es un detalle importante ese, porque ha sido un toque de atención muy serio el que ha recibido Zidane. Este Madrid tiene que mejorar muchísimo para ganar la Copa de Europa.

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