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Ni jugar contra diez permite al Atlético reconciliarse con el gol
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fue cogiendo el mando, pero no pudo marcar

Ni jugar contra diez permite al Atlético reconciliarse con el gol

El Atleti sigue peleadísimo con el gol, y se la jugará en el Calderón, como ya hizo contra el Celta en Copa. Y aquel día cayó. Al menos eso le servirá de escarmiento

Foto: Zoet detuvo un mano a mano a Griezmann, la más clara del Atleti (EFE).
Zoet detuvo un mano a mano a Griezmann, la más clara del Atleti (EFE).

El Atleti fue, de largo, el club español que tuvo mayor suerte en el sorteo de octavos. Pero esta temporada parece decidido a complicarse sobremanera las eliminatorias coperas. El PSV es un buen equipo, como todo holandés de alta alcurnia, pero no debería haber sido un rival tan duro como se vio en Eindhoven, más aún cuando jugó 25 minutos con un jugador menos por una 'autoexpulsión' de Pereiro. Los rojiblancos siguen peleadísimos con el gol (ya ni Griezmann es levemente fiable) y se la jugarán en el Calderón, como ya hicieron contra el Celta en Copa. Aquel día, entre el exceso de confianza y los nervios que iban surgiendo, el Atleti se estrelló en casa. Al menos, eso servirá de escarmiento.

Lo que sucede a este tipo de equipos holandeses, llenos de jóvenes jugadores sobrados de técnica, es que la mayoría de sus efectivos son chicos jóvenes que apenas tienen experiencia fuera de la Eredivisie, si es que la tienen en su propia liga. En estos partidos, como los octavos de final de la Champions League, una ronda a la que no están habituados, suelen pecar de los mismos errores constantemente. Esto es, la falta de malicia en determinados momentos del encuentro en que pierden la oportunidad de ganar. Juegan y tocan con la habilidad que tienen, salen a la contra con velocidad, pero cuando tienen que matar, les tiembla la mano que sujeta la pistola, y se les acaba cayendo.

El Atleti, acostumbrado a este tipo de encuentros por su trayectoria ascendente en estos últimos cinco años, fue imponiendo su estilo poco a poco, progresivamente, sin miedo a no tener el balón, porque eso le gusta también. La posesión era rojiblanca holandesa, pero las ocasiones al final se iban sucediendo para los rojiblancos españoles. Era complicado, de todas formas, que el PSV hiciera daño arriba porque jugó como '9' Gastón Pereiro, que no lo es, y Locadia, habitual segundo punta, jugó en banda. La ausencia de Luuk de Jong, el líder de este equipo, se notó demasiado.

Por eso era tan importante que Andrés Guardado, el mismo del Deportivo y el Valencia, estuviese como pivote. Se dudaba de su titularidad porque viene de lesión, pero Cocu arriesgó y le dio hora y cuarto para que la salida del balón fuera lo más fluida posible. Porque este extremo clásico mexicano al que Emery transformó en lateral, ahora es insustituible en Eindhoven como '5'. El problema es que Cocu estiró demasiado su permanencia en el campo y Guardado en el segundo tiempo dio un bajón físico evidente y el Atleti, con Gabi, Koke y Correa, se adueñó de la pelota, lo cual para el equipo de Simeone no siempre significa algo positivo.

Porque el Atleti no sabe muy bien qué hacer con el balón. Lo mueve bien entre líneas, con Koke asociándose con los laterales y con Óliver cuando éste estaba sobre el campo, pero a partir de tres cuartos de campo, no hay una sola idea que sea maliciosa. El movimiento fluido previo acaba por lo general en un centro de Filipe Luís al área, blocado por Zoet o despejado con facilidad por los centrales. El juego interior no acababa en ocasiones, ni siquiera en disparos. En la segunda parte, de hecho, sólo Gabi, con un tiro desde lejos, creó algo de peligro. El resto fueron vanos intentos del Atleti constantes, porque el PSV decayó, se echó atrás y esperó alguna contra que no se produjo.

Ni siquiera con diez, tras la expulsión de Pereiro (fue una segunda amarilla por un supuesto codazo a Godín en el que los dos uruguayos van fuerte, pero Godín es más listo y se va al suelo a hacer la croqueta), el Atleti pudo encontrar la inspiración, o la forma por lo civil o por lo criminal de hacerle daño al PSV. Cuaquiera pensaría que el líder holandés, con diez, no iba a aguantar en ningún momento al Atleti. Pero lo hizo sin mayor contratiempo, con orden estructural y pragmatismo. Sabían que ya no podían recuperar el control, y aguantaron... y se mantuvieron muy vivos en la eliminatoria y cualquier empate con goles les sirve.

Ficha técnica:

0 - PSV Eindhoven: Zoet; Arias, Bruma, Héctor Moreno, Willems; Guardado (Hendrix, m. 73); Narsingh (Isimat Mirin, m. 64), Propper, Van Ginkel, Locadia (Lestienne, m. 85); y Pereiro.

0 - Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Savic, Godín, Filipe; Óliver, Gabi, Saúl (Correa, m. 73), Koke; Griezmann y Vietto (Fernando Torres, m. 60).

Árbitro: Daniele Orsato (Italia). Expulsó a Gastón Pereiro, del PSV Eindhoven, por doble amarilla (m. 53 y 67). Amonestó al visitante Savic (m. 21).

Incidencias: partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Philips ante 35.000 espectadores, unos 1.250 de ellos seguidores del Atlético de Madrid.

El Atleti fue, de largo, el club español que tuvo mayor suerte en el sorteo de octavos. Pero esta temporada parece decidido a complicarse sobremanera las eliminatorias coperas. El PSV es un buen equipo, como todo holandés de alta alcurnia, pero no debería haber sido un rival tan duro como se vio en Eindhoven, más aún cuando jugó 25 minutos con un jugador menos por una 'autoexpulsión' de Pereiro. Los rojiblancos siguen peleadísimos con el gol (ya ni Griezmann es levemente fiable) y se la jugarán en el Calderón, como ya hicieron contra el Celta en Copa. Aquel día, entre el exceso de confianza y los nervios que iban surgiendo, el Atleti se estrelló en casa. Al menos, eso servirá de escarmiento.

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