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El Atlético de Madrid vuelve a estar armado para pelear la Champions con cualquiera
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gran partido rojiblanco aunque sufrió al final

El Atlético de Madrid vuelve a estar armado para pelear la Champions con cualquiera

El Atlético se impuso gracias a los goles de Saúl y Vietto, con lo que acaba como primero de grupo. Buen partido del equipo del Cholo, que sólo a última hora sufrió ante un Benfica muy inferior

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Lo de volver al estadio donde tantas lágrimas derramaron no tuvo la más mínima incidencia. El Atlético de Madrid tomó al asalto Da Luz para abrochar la primera posición del grupo y evitar un cruce no deseado en los octavos de final de la Champions League. Más que notable partido del equipo del Cholo Simeone en todas sus líneas, que sólo al final se despistó y puso en riesgo un triunfo que mereció sobradamente. Protagonismo estelar para Koke, que en el centro del campo manejó casi todo a su antojo, bien secundado por Saúl y Gabi. Y Vietto dio el paso adelante esperado largamente, con asistencia y gol para redondear una actuación estelar. Un equipo armado y listo para conquistar la Champions. Eso pareció la escuadra rojiblanca, que sólo en la recta final permitió alguna alegría a un Benfica que no supo cómo meter mano a un oponente que es eficacia pura.

El balón se lo quedaba el Benfica cuando se puso en marcha el partido, pero la realidad del partido era otra muy diferente. El Atlético de Madrid se ha ido armando poco a poco durante las últimas semanas hasta alcanzar un nivel sobresaliente cuando toca desquiciar al rival. Eso le sucedió al equipo de Lisboa, incapaz de romper las líneas rojiblancas, bien colocadas y con todos sus elementos afinados en cualquier situación. Oblak siempre estaba bien protegido, con unos compañeros que impedían a su oponente incordiar al guardameta. El poderío del visitante se multiplicaba con el paso de los minutos.

No sólo estuvo durante el primer acto perfectamente acoplado en Da Luz, cuando tuvo la posesión de balón, desde el primer momento, lo manejó muchas veces con mucho tino. El Atlético llegó a firmar un puñado de minutos perfectos. Sólo un par de apariciones del veterano Julio César impidieron que el equipo del Cholo pusiera en marcha el marcador. Los latigazos de Saúl y Gabi fueron bien respondidos por el brasileño, que veía que su zaga no era capaz de frenar esas eléctricas acciones del equipo rojiblanco.

Despiste final

Las sensaciones que transmitía el Atlético de Madrid eran cada vez mejores. Con y sin balón, era complicado sacarle alguna tara a un equipo que se comportaba como tal a la perfección. El Benfica no tenía ninguna opción cuando manejaba el balón, porque el resultado final siempre era el mismo. Sólo una vez consiguió encontrar un resquicio en las líneas atléticas, pero Savic se cruzó a tiempo. Con este panorama, sólo era cuestión de tiempo que el equipo del Cholo acertara con el gol. Sucedió en el minuto 33, cuando Griezmann y Vietto tejieron una perfecta jugada que remató Saúl con un certero remate. La jerarquía del Atlético era de nivel superior.

Un arañazo de Mitroglou nada más comenzar el segundo tiempo calentó a la grada. Estuvo cerca de igualar el partido, pero la realidad apenas había cambiado. El Atlético de Madrid era pura roca a la hora de desactivar al Benfica y en cuanto engarzó una buena jugada, enfiló el camino del triunfo. Carrasco se coló por un costado y casi desde la línea de fondo filtró el balón al corazón del área; el pícaro Vietto apareció por allí y con la punta de una bota sentenciaba el partido. Lo hacía porque a este Atleti es complicado marcarle un gol, así que dos o más es misión casi imposible. Es cierto que hubo susto al final, pero el asunto no pasó a mayores.

El poderío rojiblanco continúo manifestándose aunque el marcador invitara a guardar el botín. El Atleti mostraba una superioridad aplastante y se sentía tan cómodo y vigoroso que se puso a buscar el tercero. Nada de encerrarse en su área. Pero pasó lo que nadie podía pensar; se despistó unos instantes y el Benfica metió la zarpa a falta de un cuarto de hora. Godín no estuvo como es habitual en él y Mitroglou batió a Oblak. El gol metió oxígeno en el espíritu del equipo de Lisboa, que hizo sufrir a los rojiblancos en el último tramo, pudiendo Raúl Jiménez firmar el empate con un cabezazo. Se tuvo que poner serio de verdad el Atlético a última hora para defender el botín bien ganado antes, lo que consiguió ante un rival que ya no pudo recuperar el primer puesto del grupo. Ese premio fue para el mejor...

Ficha técnica

1 - Benfica: Júlio César; André Almeida, Lisandro López, Jardel y Eliseu; Fejsa, Renato Sanches, Gaitán (Carcela, M.75), Gonçalo Guedes (Mitroglou, M.46), Pizzi; Jonas (Raúl Jiménez, M.61).

2 - Atlético de Madrid: Jan Oblak; Juanfran, Stefan Savic, Diego Godín, Filipe Luís; Gabi, Saúl Ñíguez, Koke, Yannick Carrasco (Óliver Torres, M.73); Griezmann (Giménez, M.92) y Vietto (Fernando Torres, M.63).

Goles: 0-1: Saúl Ñíguez, M.33; 0-2: Vietto, M.55; 1-2: Mitroglou, M.75

Arbitro: Ovidiu Hategan (RUM). Amonestó a Diego Godín (m.68), Saúl Ñíguez (m.70), Óliver Torres (m.87) por el Atlético de Madrid y Fejsa (m.77) por el Benfica.

Incidencias: Partido correspondiente a la sexta y última jornada del grupo C de la Liga de Campeones disputado en el estadio Da Luz de Lisboa ante 47.000 espectadores, 1.000 de ellos del Atlético de Madrid.

Lo de volver al estadio donde tantas lágrimas derramaron no tuvo la más mínima incidencia. El Atlético de Madrid tomó al asalto Da Luz para abrochar la primera posición del grupo y evitar un cruce no deseado en los octavos de final de la Champions League. Más que notable partido del equipo del Cholo Simeone en todas sus líneas, que sólo al final se despistó y puso en riesgo un triunfo que mereció sobradamente. Protagonismo estelar para Koke, que en el centro del campo manejó casi todo a su antojo, bien secundado por Saúl y Gabi. Y Vietto dio el paso adelante esperado largamente, con asistencia y gol para redondear una actuación estelar. Un equipo armado y listo para conquistar la Champions. Eso pareció la escuadra rojiblanca, que sólo en la recta final permitió alguna alegría a un Benfica que no supo cómo meter mano a un oponente que es eficacia pura.

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