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El Madrid gana de casualidad y se clasifica para octavos entre silbidos
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un gol de nacho decide un mal partido blanco

El Madrid gana de casualidad y se clasifica para octavos entre silbidos

Un gol de Nacho (casi sin querer) salvó al Madrid del peor partido de la temporada. El PSG falló todo lo que podía fallar en el primer tiempo y Di María, el mejor de los franceses, disparó dos veces al palo

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Hace dos semanas, escribíamos en este mismo periódico que un gran Real Madrid vulgarizó al Paris Saint-Germain. Aquel día, el Madrid fue muy superior al PSG, anuló absolutamente todo su buen juego colectivo, eliminó su fortaleza ofensiva y solo la falta de puntería evitó que los blancos cerraran un encuentro en el que merecieron los tres puntos. Ahora, 14 días después, podemos escribir prácticamente lo contrario. Es así de triste, pero hay que honrar a la verdad. Si el Paris vapuleó al Madrid durante los primeros 45 minutos, se dice y no pasa nada. Pero como indica el marcador que corona esta crónica, no le sirvió de absolutamente nada. El Real Madrid ganó el partido jugando mal, recibiendo una lluvia de ocasiones en contra, y con un gol que era un centro. Pero ya está en octavos, así funciona esto.

Fue literalmente un milagro que el PSG no marcase en el primer tiempo. Fallaron todos los jugadores de ataque, o no tuvieron esa pequeña chispa de suerte necesaria en ciertos casos. Como paradigma puede servir el disparo de Ibrahimovic de libre directo. Se marchó a la izquierda de Navas por unos pocos centímetros. O los palos de Rabiot y Di María (dos tuvo el 'Fideo'), pura cuestión de centímetros. El PSG no marcó porque no tuvo suerte. Y el Real Madrid hizo mal casi todo lo que podía hacer mal. De hecho, no dominaron los franceses solo por esas ocasiones erradas, sino porque vivieron en el entorno del área de Navas. El Madrid se posicionaba ante su portero, agazapado, asustado, intimidado, y no salió de ahí hasta que el PSG se cansó.

No es comprensible cómo jugó el Madrid en su propia casa contra un grande de Europa como los parisinos. Fue, de largo, el peor partido de toda la temporada. El PSG demostró todas las carencias que tiene este equipo de Benítez, que no son pocas. Hasta ahora, la pegada y la solidez de Keylor Navas habían ido salvando al líder de la Liga y al único clasificado matemáticamente para octavos de Champions. Pero vayamos por partes para analizar esas deficiencias que destapó el once de Blanc.

Para empezar, dejó claro que el Madrid tiene unos problemas exasperantes en la salida de balón con presión alta si el pivote posicional es Casemiro. Y eso que el brasileño no es corto en técnica bajo presión, pero evidentemente no es lo mismo jugar con Casemiro siendo el primer jugador presionado, que si el mismo es Modric. La frescura en el pase corto con dos tíos soltándole el aliento por detrás que tiene Modric es comparable a muy pocos jugadores en el mundo. Y eso lo apreció también Rafa Benítez, que en el segundo tiempo lo colocó a la misma altura que Casemiro, y el Madrid sufrió mucho menos para no perder el balón justo delante de su guardameta.

Eso, y que el PSG fue cayendo en una depresión posfallos muy dura. Laurent Blanc estaba en el banquillo, incrédulo ante el río de ocasiones que no lograban culminar sus futbolistas. Negaba con la cabeza, mientras de la amargura se le aclaraba alguno de los pocos pelos oscuros que le quedan en la cabellera. Cuando el Madrid recuperó cierta confianza con el cambio posicional de Modric, el PSG perdió metros, empezó a tocar y tocar el balón sin más fundamento que el que le daba Di María, el único 'afrancesado' que tiene grabada a fuego la profundidad en su manual de actuación. El resto son un montón de jugadores capaces de pasarse el balón durante un día entero sin tirar a portería. Por cierto, Ibrahimovic, jugando a su ritmo, aguantará hasta los 45 años si quiere...

Mientras el Madrid sufría más para sacar el balón jugado que Carmena para no quedarse dormida en el palco, se contaban los minutos para conocer la peor noticia que le podían dar a Benítez de todas las posibles: Marcelo se lesionaba. ¡Marcelo! El mejor jugador del Madrid (junto con Navas, también tocado: no pudo ni sacar de puerta al final del partido) en el último mes caía al suelo y rápidamente el capitán pedía el cambio para su compañero. Si en el PSG es Di María el único que piensa en atacar, en el Madrid su espejo es Marcelo, el único que rompe las líneas con un quiebro, un taconazo o un pase. Sin James, Marcelo era indispensable. Al menos, James ya estuvo en el banquillo y hasta calentó... para no salir, pero calentó, eso ya supone un suspiro de alivio para la grada blanca.

Y quién iba a decir que el terrible partido del Madrid iba a solucionarlo el sustituto de Marcelo, que no es lateral, ni zurdo, y rindió a las mil maravillas ahí esta noche y todas las noches en las que ha tenido que jugar allí. Lo de Nacho es tremendo. Poco a poco se va ganando más y más minutos con un juego defensivo soberbio, serio, sin contemplaciones, sencillo. Casi nunca comete un error, es firme en la marca y solventa más que positivamente las subidas por banda pese a ser un central reconvertido. Su gol viene producido por su confianza actual, porque cualquier otro habría dado por perdido ese disparo rebotado de Kroos, o bien porque se marchara a córner o porque lo atrapase Trapp. Pero Nacho fue a por él y ¿centró? Probablemente, porque en ningún caso mira a la portería, pero con Trapp descolocado y el efecto que cogió el balón, este se fue para adentro y el Madrid ganó.

De casualidad, sí, pero a veces estas cosas solucionan problemas. Eso sí, algún tipo de solución le tiene que encontrar Benítez a este juego bochornoso contra un rival de entidad, porque al Bernabéu no se va solo a ganar, sino a jugar bien. El respetable merengue no paga su entrada para ver un inmerecido 1-0, sino para comprobar cómo su equipo del alma supera en el marcador y en el terreno de juego a cualquier equipo que se ponga delante. Y de lo contrario, pitos, que no fueron para Di María, precisamente...

Ficha técnica:

1 - Real Madrid: Keylor Navas; Danilo, Varane, Sergio Ramos, Marcelo (Nacho, m.33); Casemiro, Kroos, Modric; Isco (Kovacic, m.82), Jesé (Lucas Vázquez, m.63) y Cristiano Ronaldo.

0 - PSG: Trapp; Aurier, Thiago Silva, David Luiz, Maxwell; Verratti (Rabiot, m.17), Thiago Motta, Matuidi (Lucas Moura, m.75); Di María, Ibrahimovic y Cavani.

Goles: 1-0, m.35: Nacho.

Árbitro: Marc Clattenburg (ING). Amonestó a Casemiro (88) por el Real Madrid; y a Aurier (45) y David Luiz (67) por el PSG.

Incidencias: encuentro correspondiente a la cuarta jornada de la Liga de Campeones, Grupo A, disputado en el estadio Santiago Bernabéu que presentó su primer lleno de la temporada, con 83.500 espectadores.

Hace dos semanas, escribíamos en este mismo periódico que un gran Real Madrid vulgarizó al Paris Saint-Germain. Aquel día, el Madrid fue muy superior al PSG, anuló absolutamente todo su buen juego colectivo, eliminó su fortaleza ofensiva y solo la falta de puntería evitó que los blancos cerraran un encuentro en el que merecieron los tres puntos. Ahora, 14 días después, podemos escribir prácticamente lo contrario. Es así de triste, pero hay que honrar a la verdad. Si el Paris vapuleó al Madrid durante los primeros 45 minutos, se dice y no pasa nada. Pero como indica el marcador que corona esta crónica, no le sirvió de absolutamente nada. El Real Madrid ganó el partido jugando mal, recibiendo una lluvia de ocasiones en contra, y con un gol que era un centro. Pero ya está en octavos, así funciona esto.

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