La falta de eficacia del Real Madrid deja con vida al Atlético

Empate sin goles (0-0) en el Vicente Calderón entre Atlético de Madrid y Real Madrid en la ida de los cuartos de Champions que deja con distinto buen sabor de boca a ambos conjuntos: a los rojiblancos porque, a pesar de una primera mitad discreta, les vale cualquier tipo de empate con goles en la vuelta para pasar y a los blancos porque, a la cuarta, lograron salir sin ser derrotados del estadio del Manzanares… y con la sensación de que, a la octava y en el Bernabéu, pueden derrotar a los de Simeone este curso. No obstante, los de Ancelotti lamentaron que en la primera parte no aprovechasen la formidable ocasión para haber anotado. Tal vez se acuerden de ello dentro de ocho días, en el siguiente duelo, donde es difícil definir con exactitud quién tiene el papel de favorito para clasificarse.

¿Dónde estaba el Atlético de Madrid durante los primeros 45 minutos? La intensidad del Real Madrid dibujó un solo equipo en ese primer periodo, en el que le faltó efectividad. En el 3 llegó la primera, la más clara: un mano a mano de Gareth Bale que falló el galés tirando el esférico cerca del cuerpo de Oblak, bien colocado y con gran reflejos para sacar su mano. Cinco minutos más tarde, Cristiano mandó un nuevo aviso con el saque de una falta. Y en el 11 una nueva llegada por la derecha de Bale y Carvajal que confirmaban el dominio y la mentalidad avasalladora de los blancos.

Con posesión de balón y merodeando el área rojiblanca, los jugadores del Cholo no sabían por dónde meter mano al Madrid. Aunque Oblak no debió lucirse nuevamente hasta el 30, cuando le probó también Bale, esta vez desde fuera del área. El dominio merengue era incontestable, el partido era suyo y, como señaló Ancelotti en la rueda de prensa previa al choque, quedó claro que cada encuentro “es diferente”. Este, al menos, no tuvo nada que ver con los seis anteriores del presente curso.

Más madera: James, también lejos, volvió a insistir con otro disparo comprometido al filo de la media hora. El Atlético no realizó ninguno a Casillas hasta el minuto 37, cuando Mandzukic se encontró una pelota que regaló Sergio Ramos y pasó a Griezmann, quien chutó desde la frontal. Estirada del de Móstoles para atajar la pelota. El centro del campo del Atlético estaba siendo incapaz de retener la pelota para confeccionar alguna jugada. Mario, Koke y Gabi apenas aparecieron frente a una intensidad del Madrid que impedía jugar al fútbol a los rojiblancos. Además de ese tiro de Griezmann, tres lanzamientos de esquina fueron los modos más eficaces (únicos) de intentar llevar peligro en la primera mitad.

¿Es Bale quien corre así? No, es Varane

Antes de que finalizara el primer periodo, y tras uno de esos córneres rojiblancos, una poderosa cabalgada de Varane enmudeció al Vicente Calderón después de atravesar todo el campo ganando por velocidad a la zaga rival y poner un balón al segundo palo, donde Benzema no pudo pasar a Cristiano y James, más cómodo, chutó con violencia tras recoger el rechazo obligando a Oblak a sacar su manopla. Por si alguien lo desconocía, el central francés se sumó a esa lista de prodigiosos atletas que colecciona el Real Madrid. Al descanso, el Atlético podía irse contento porque el marcador continuaba 0-0 a pesar de las embestidas merengues. Continuaban vivos. Los de Ancelotti veían el partido desde una perspectiva opuesta: 'Sí, jugamos bien, pero no hemos marcado todavía'.

La segunda mitad quiso ser diferente, con un vestido donde el rojo diera alguna pincelada al tono blanco de los primeros 45 minutos. Y en el 48, aunque flojo, Arda probó de cabeza. Fue un indicativo del cambio de mentalidad a su paso por vestuarios porque, aunque sin hacer sudar a Casillas, el Atleti comenzó a igualar la estadística en la posesión (65-35 en esos momentos) para estabilizar algo el choque (al final fue 58-42). El Madrid, por el contrario, parecía haber saltado al terreno de juego sin alguno de sus motores encendidos, o con las baterías más descargadas. Era otra velocidad y distinto trabajo, con más implicación en tareas defensivas. Y “un equipo implicado es atacar con once y defender con once”, comentó Ancelotti el día anterior. Dicho y hecho… incluyendo a Bale.

Con el partido más nivelado y abierto que en ninguna otra fase del partido, el encuentro llegó a los últimos 20 minutos. Diferentes contras por ambos equipos animaban el espectáculo aunque no tuvieran culminación. Para esta recta final, Ancelotti dio entrada a Isco sentando a Benzema, y Simeone hizo lo propio con Griezmann para dar minutos a Raúl García. Algún sector de la parroquia rojiblanca no entendió muy bien el cambio.

Arda, enamorando en el 80

En el 80 Arda robó un balón a Isco en el centro del campo y se inventó una preciosa jugada en la que ningún jugador de blanco era capaz de robarle la pelota. Así se presentó dentro del área buscando definir, aunque sin fortuna. Un disparo alto de Godín en la jugada posterior terminó de animar a un Calderón que se puso en pie para recibir a Fernando Torres (sentó a Koke). Simeone asumía el riesgo. Al minuto siguiente Carlo sentaba a Carvajal dando entrada a Arbeloa.

Los últimos cinco minutos del choque fueron donde más intensidad puso el Atlético. En el 88 una salida en falso de Casillas casi posibilita un remate de Torres factible y, al minuto siguiente, el meta internacional salvó a su equipo prácticamente bajo palos tras un nuevo intento del Niño. Fueron los mejores minutos locales, con rabia, pero sin premio final. El empate a nada deja todo en el aire para el Santiago Bernabéu.

Ficha técnica

Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Miranda, Godín, Siqueira; Arda, Mario, Gabi, Koke (Fernando Torres, m. 83); Griezmann (Raúl García, m. 77) y Mandzukic.

Real Madrid: Iker Casillas; Carvajal (Arbeloa, m. 85), Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Bale, Kroos, Modric, James; Benzema (Isco, m. 76) y Cristiano Ronaldo.

Árbitro: Milorad Mazic (Serbia). Amonestó a los locales Mandzukic (m. 55), Raúl García (m. 80) y Mario Suárez (m. 85), y a los visitantes Sergio Ramos (m. 80) y Marcelo (m. 89).

Incidencias: Partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 54.000 espectadores.