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Messi vuelve a reinventar el fútbol y Hart evita la goleada del Barcelona
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RECITAL DEL ARGENTINO PARA REMATAR EL PASE

Messi vuelve a reinventar el fútbol y Hart evita la goleada del Barcelona

Con todas las ocasiones marradas más las paradas providenciales de Hart, el resultado final se quedó corto (1-0). Rakitic hizo el trabajo de los delanteros gracias a un Messi que volvió a dar un recital

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“Vamos a dar todo lo que podamos” le dijo Silva a Agüero antes del pitido inicial. Las intenciones eran buenas, pero sólo duraron los primeros minutos. O lo que es lo mismo: hasta que Leo Messi quiso. Pellegrini sorprendió dejando a Dzeko y Navas en el banquillo teniendo en cuenta la necesidad de ir al ataque tras el marcador de la ida (1-2) mientras que Luis Enrique salió con el once que todos tenían en mente. Con todas las ocasiones marradas por Neymar, Luis Suárez y Leo más las paradas providenciales de Hart, el resultado final se quedó corto (1-0). Rakitic hizo el trabajo de los delanteros gracias a un Messi que volvió a dar un auténtico recital. El argentino reinventó el fútbol por enésima vez para colocar al Barcelona entre los ocho mejores de Europajunto a Real Madrid, Atlético, Juventus, Mónaco, PSG, Bayern de Múnich y Oporto.

Leo Messi llegó contento al Camp Nou. Su imagen en las entrañas del Camp Nou era la de un futbolista que llevaba dibujada la sonrisa en la cara. La misma que parecía augurar el espectáculo que tenía preparado para las gradas del Camp Nou, allí donde Guardiola volvió a quedarse boquiabierto con aquel que fuera su pupilo. El Barcelona tenía el partido controlado, pero no sentenciada la eliminatoria. Para ello, tenía que abrir la lata. El encargado de hacerlo fue Rakitic a la media hora de partido y aunque suya era la firma del tanto, el mérito fue de Messi de principio a fin. El croata elevó el balón suavemente por encima de Hart después de que Leo dibujase un pase perfecto de derecha a izquierda ante dos rivales. Luis Suárez yendo hacia la banda y Neymar dejando todo el hueco a Rakitic hicieron el trabajo sucio.

Hasta Guardiola se levantó de su asiento. No fue la única ocasión en la que pudo hacerlo. Poco después, Messi, casi sin querer, hizo un caño de ciencia ficción. El argentino se gustaba y en consecuencia, también el Barcelona. Hasta ese momento, el ‘diez’ azulgrana había estado presente en casi todas las jugadas de peligro de su equipo: le puso el balón en el punto de penalti a Luis Suárez, combinó con Neymar antes de que Hart detuviera el disparo del brasileño y por dos veces buscó la escuadra del City a balón parado. Messi movía al Barcelona, no encontraba oposición en el Manchester y disfrutaba. Y cuando eso pasa, el fútbol es lo que quiere Leo que sea.

Con una primera parte “muy entretenida” en palabras de Pep, al nivel de la vista frente al Atlético de Madrid en Copa, el Camp Nou fue testigo de un partido eléctrico, de mucha transición y muy rápido. Abierto el choque, el peligro fue de color azulgrana: se nota que el equipo de Luis Enrique se gusta y vive en un momento dulce de juego. El Barcelona dejó el balón al City, pero cuando recuperaba salía con un fútbol directo y veloz. Los de Pellegrini, evidentemente, no salieron a tumba abierta teniendo en cuenta el arsenal ofensivo que tenía delante, pero tampoco se arrugaron. Las ocasiones de Milner y Kolarov sirvieron de ejemplo. El conjunto ‘citizen’ competía mejor y con más personalidad que en la ida, era lo que pedía la eliminatoria.

El resultado al descanso (1-0) se antojaba corto tras el show de Messi y más aún después de las ocasiones de Neymar y Luis Suárez que hicieron temblar los palos defendidos por Hart. El paso por vestuarios trajo consigo un nuevo vendaval azulgrana: tres ocasiones (Alba, Messi y Neymar) en cinco minutos. Las oportunidad de seguir abriendo brecha llegaban una tras otra, pero al Barcelona le faltaba poner la guinda para cerrar la eliminatoria. El conjunto azulgrana empezaba a pagar el esfuerzo realizado en la primera parte: el choque era un correcalles y al Barça le faltaba oxígeno, necesitaba madurar y digerir el partido, demandaba sobre el césped un Xavi que pusiera la calma necesaria y devolviera la conexión al centro del campo. Mientras tanto, el City iba ganando confianza con la salida de Navas por Nasri: la diferencia entre ambos era un abismo.

Los ingleses empezaron a venirse arriba mientras el Barcelona peleaba por volver a leer el partido con mucho toque y paciencia. Aunque pareciera mentira, la distancia a la que estaba el City era la misma que al principio: dos tantos. En esas estaban cuando el árbitro señaló penalti de Piqué sobre Agüero. El argentino no dudó, él sería el encargado de tirarlo… y de fallarlo. El Kun no pudo hacerlo peor y se topó con la parada de Ter Stegen, un movimiento que benefició al Barcelona y más aún a la moral del alemán. Era su manera de emular a un enorme Hart, de largo el mejor del City en la segunda parte: paró todo menos el tanto de Jordi Alba, pero el internacional español estaba en fuera de juego y el gol no subió al luminoso. El Barcelona recuperó el mando y mató el partido estrellándose una y otra vez contra el muro forjado por Hart… mientras escuchaba cómo la grada ya calentaba el Clásico. Los de Luis Enrique no podían llegar en mejor momento al 22-M.

Ficha técnica

FC Barcelona: Ter Stegen; Alves (Adriano, min.91), Piqué, Mathieu, Jordi Alba; Mascherano, Rakitic (Rafinha, min.83), Iniesta; Messi, Luis Suárez y Neymar.

Manchester City: Hart; Sagna, Kompany, Demichelis, Kolarov; Nasri (Navas, min.46), Fernandinho, Toure Yaya (Bony, min.71), Milner (Lampard, min.87), Silva; y Aguero.

Gol: 1-0: Rakitic, min.31.

Árbitro: Gianluca Rocchi (ITA). Mostró tarjeta amarilla a Fernandinho (min.15), Kolarov (min.20), Silva (min.27), Nasri (min.35), Alves (min.80) y Demichelis (min.82).

Incidencias: Partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el Camp Nou ante 92.551 espectadores.

“Vamos a dar todo lo que podamos” le dijo Silva a Agüero antes del pitido inicial. Las intenciones eran buenas, pero sólo duraron los primeros minutos. O lo que es lo mismo: hasta que Leo Messi quiso. Pellegrini sorprendió dejando a Dzeko y Navas en el banquillo teniendo en cuenta la necesidad de ir al ataque tras el marcador de la ida (1-2) mientras que Luis Enrique salió con el once que todos tenían en mente. Con todas las ocasiones marradas por Neymar, Luis Suárez y Leo más las paradas providenciales de Hart, el resultado final se quedó corto (1-0). Rakitic hizo el trabajo de los delanteros gracias a un Messi que volvió a dar un auténtico recital. El argentino reinventó el fútbol por enésima vez para colocar al Barcelona entre los ocho mejores de Europajunto a Real Madrid, Atlético, Juventus, Mónaco, PSG, Bayern de Múnich y Oporto.

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