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El Real Madrid sí camina solo en Anfield
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El Real Madrid sí camina solo en Anfield

El Real Madrid superó con claridad al Liverpool en Anfield, sentenciando plácidamente en el primer tiempo gracias a un gol de Cristiano y un doblete de Benzema

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Carlo Ancelotti fichó por el Real Madrid para devolver la gloria al club más laureado de Europa. A pesar de ese calificativo, innegable por el número de títulos continentales ganados, el Madrid tenía ciertos datos incorrectos, ciertas manchas en un currículum que, aun siendo muy bueno, no era completo. El italiano ha logrado muchas cosas en este año y pico que lleva como entrenador merengue, pero sobre todo ha roto rachas negativas, y si lo hace, lo consigue exageradamente. No había ganado más que una vez el Madrid en Alemania, donde siempre había vivido calamitosos episodios, y goleó 1-6 al Schalke y 0-4 al Bayern. No ganaba una Copa de Europa desde 2002… y la consiguió. Y jamás había marcado ni un solo gol al Liverpool… otro dato destrozado (0-3).

La verdadera razón por la que ocurrió algo similar (pero al revés) que cuando Boluda se refirió al chorreoen 2009, no es tanto el partido del Real Madrid, esplendoroso y muy completo, sino porque el Liverpool tiene cada vez menos que ver con la maravilla de equipo que conjuntó Brendan Rodgers hasta hace pocos meses. Luis Suárez era mucho Luis Suárez, pero no daba la sensación de que sin él, el Pool iba a deshacerse como un azucarillo en un café ardiente. En el Liverpool estaban dando la talla todos, desde Mignolet hasta Sturridge, y al final remataba el uruguayo, que aparecía siempre que se le necesitaba. Sin él, no hay confianza en la idea propia. La presión al rival no es igual de alta que antaño, la frescura de ideas del mediocampo murió… porque tienen que depender de Mario Balotelli.

Nunca un club ha vivido de los goles de Mario Balotelli. Es un riesgo que han corrido sólo Milan y Liverpool, porque ni el Inter ni el City se dejaron encandilar por unas virtudes técnicas únicas y una fuerza física descomunal: jamás fue importante en ninguno de los dos… y, si lo fue y está siendo en Milan y Liverpool, es por falta de alternativas reales en su posición. No es cierto que el Liverpool haya sido goleado por Balotelli, es evidente, pero sí es verdad que su influencia en el juego Red es contraria a la que ejercía Suárez, ideal para el estilo ofensivo y arriesgado de Rodgers. Con el jugador del Barça (y con Daniel Sturridge), el Liverpool finalizaba las jugadas… Sin ellos, no crean prácticamente ocasiones.

Pero ese brío que siempre ha querido imponer el técnico inglés es inevitable que se aprecie todavía en ciertas fases del partido. Si tenía alguna opción de ganar, debía ser por un inicio de una intensidad muy alta. Así lo hizo, pero sin pegada, sin intención. El Madrid se acomodó a ese pequeño acoso del Liverpool, a sabiendas de que en algún momento, no muy lejano, desaparecería y tendría yardas y yardas para correr y divertirse. Sucedió a partir de un instante muy concreto que cambió el devenir del encuentro: minuto 17. Fue la primera vez que el equipo blanco se asoció durante un largo lapso de tiempo. Se dieron cuenta de que, con un poco de precisión y velocidad de pensamiento, el partido era suyo.

Cristiano Ronaldo no jugó de 9 como venía haciendo desde hace semanas. En el 4-4-2 innegociable siempre que se rompe la BBC, Cristiano estaría llamado a ser la referencia atacante, con Benzema enganchando, pero en Anfield fue al contrario. El portugués se movió por todo el campo, sobre todo por la izquierda (donde era feliz con Isco), lo que quitaba al Liverpool alguien a quien marcar claramente, porque Benzema ya sabemos que jamás va a estar fijo arriba. Así, Cristiano se asociaba con el centro del campo y llegaba de segunda línea. Con esos dos actos, llegó el primero. Tocó Ronaldo en la posición del 10 para el 10, James, que le tiró una pared inesperada y mágica, con una vaselina sobre la defensa. Falló Lovren, y el 7 empalmó nada más tuvo el esférico cerca.

Nunca había marcado el Madrid al Liverpool, ni tampoco Cristiano. Y así rápidamente se rompió otra estadística. Pero era sólo el principio de un festival de primera parte blanca. La continuó Karim Benzema de una manera soberbia, con un doblete en la competición que mejor se le está dando esta temporada (ya lleva 4 goles, uno más que CR7, incluso, y eso es raro). No sólo marcó, porque el francés hace siempre mucho más que simplemente eso. Eso sí, un doblete en Anfield vale más que un doblete en muchos otros estadios. Uno de cabeza, con un centro salvaje de Toni Kroos al que salió especialmente mal Mignolet, y que Benzema picó sobre el belga para que el balón entrase por el segundo palo, manso y suave. El segundo, el tercero del Madrid, fue feo con ganas, pero sirve igual. Muchos rebotes, defensores mirando y Pepe asistiendo entre una maraña de jugadores a Benzema para que rematase a gol.

Balotelli no salió en el segundo tiempo. Fue un golpe tremendo sobre la mesa de Brendan Rodgers, como diciéndole que o se esfuerza, o para su filosofía no sirve ni de broma. No hizo un mal partido, en absoluto. Caía a la banda, daba opciones de pase a sus compañeros y peleó lo que pudo con los centrales, pero no aportó en ataque, en realidad. Prefirió el entrenador jugar sin delantero centro que con el italiano. Sterling ejerció de esa figura mística que reinventó Guardiola y cientos de entrenadores tratan de imitar, es decir, de falso nueve. De nuevo la intensidad del Liverpool se presentó en Anfield para al menos honrar a la historia de su estadio y luchar hasta el final. Ocasiones, eso sí, pocas. La que tuvo Coutinho al filo del descanso, con un tiro desde la frontal al palo, pero nada más. Fue un chispazo, y ahí murió el juego ofensivo del Pool.

El descanso para el Real Madrid ha durado hasta el final del partido. Desde el minuto 45 hasta que Rizzoli pitó el final, el Madrid estuvo pensando en el sábado, en ese Clásico contra el Barcelona. Lo pensaron los jugadores sobre el césped y lo pensó Ancelotti. Sacó del campo a tres jugadores que serán titulares en el Bernabéu: Marcelo, Kroos y Cristiano. Incluso el portugués fue reservado en un encuentro que se acabó cuando Benzema marcó el tercero. El Real Madrid llega así de manera pletórica a enfrentarse a su máximo rival, con tres partidos seguidos sin encajar goles y marcándolos con una facilidad pasmosa.

Ficha técnica:

0 - Liverpool: Mignolet; Johnson, Skrtel, Lovren, Moreno; Sterling, Allen, Gerrard, Henderson (Can, m.67), Coutinho (Markovic, m.67); Balotelli (Lallana, m.45).

3 - Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Varane, Pepe, Marcelo (Nacho, m.85); James, Kroos (Illarramendi, m.82), Modric, Isco; Benzema, Cristiano Ronaldo (Khedira, m.75).

Goles: 0-1, m.23: Ronaldo. 0-2, m.30: Benzema. 0-3, m.41: Benzema.

Árbitro: Nicola Rizzoli (Italia). Amonestó a Kroos por el Real Madrid.

Incidencias: encuentro correspondiente a la tercera jornada del Grupo B de la primera fase de la Liga de Campeones disputado en Anfield (Liverpool).

Carlo Ancelotti fichó por el Real Madrid para devolver la gloria al club más laureado de Europa. A pesar de ese calificativo, innegable por el número de títulos continentales ganados, el Madrid tenía ciertos datos incorrectos, ciertas manchas en un currículum que, aun siendo muy bueno, no era completo. El italiano ha logrado muchas cosas en este año y pico que lleva como entrenador merengue, pero sobre todo ha roto rachas negativas, y si lo hace, lo consigue exageradamente. No había ganado más que una vez el Madrid en Alemania, donde siempre había vivido calamitosos episodios, y goleó 1-6 al Schalke y 0-4 al Bayern. No ganaba una Copa de Europa desde 2002… y la consiguió. Y jamás había marcado ni un solo gol al Liverpool… otro dato destrozado (0-3).

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