Ludogorets, de equipo de pueblo a codearse con la elite del fútbol en menos de un lustro

En 2009 era un desconocido en el mundo entero. Y en Bulgaria no tenía repercusión lo que pasara en Razgrad, una pequeña localidad de poco más de 30.000. El club, que nació en junio de 2001 con el nombre de Ludogorie, pasó a llamarse como la ciudad un año después. Durante años se movió en las profundidades del fútbol de su país, hasta que llegó un millonario en cambio la vida de un equipo de pueblo. Kiril Domuschiev se empeñó en colocarlo en el mapa del fútbol mundial cuando compró el Ludogorets en 2010 y en un tiempo récord lo ha conseguido. Enfrentarse al Real Madrid en un partido de Champions League es el sueño hecho realidad por el magnate búlgaro. Hace poco no era 'nadie', ahora manda en Bulgaria tras ganar las tres últimas ligas.

Se cierra un círculo con este enfrentamiento con el equipo de Ancelotti para el club búlgaro, el primero de muchos que su propietario quiere pintar en el tiempo. Gracias, eso sí, a un 'milagro' futbolístico en la eliminatoria decisiva con el Steaua... Cuando tomó el mando del Ludogorets, la primera meta que se marcó en su hoja de ruta era colocarlo en el foco europeo, en una competición que es seguida en todos los rincones del mundo. Pero sus primeras medidas fueron encaminadas a implantar un modelo y unas estructuras sólidas para que el club tuviera continuidad en el tiempo. Tuvo claro Domuschiev que para hacer grande al Ludogorets no se trataba de gastar millones y millones de euros -el empresario puede hacerlo sin problemas-, sino dotar al club de los medios y las infraestructuras necesarias.

La construcción de una ciudad deportiva pasó a convertirse en una de las piedras angulares para el futuro del club búlgaro. Durante años fue poniéndose en pie un complejo deportivo integral, tanto para el bienestar del primer equipo como de los equipos de las categorías inferiores. Durante largos meses de trabajo, decenas de obreros alumbraron unas modernas instalaciones que garantizan el futuro del club. Es la base del proyecto. Tres campos de fútbol -el central de césped natural y dos de césped artificial- y un pabellón cerrado con un campo más reducido son el eje central del complejo. Los futbolistas profesionales disponen, además, de una residencia perfectamente equipada, que no tiene nada que envidiar a las de los grandes clubes europeos. Igual que no faltan una zona de aguas o spa para recuperar y relajar los músculos, y un gimnasio de primera categoría.

Formación de jóvenes

Esta ciudad deportiva moderna y funcional ha activado el fútbol en las categorías inferiores del club, tal y como quería el dueño. Una inversión superior a los 5 millones de euros que ha conseguido que los jóvenes de la pequeña Razgrad y alrededores se animen a la hora de alistarse en las filas del Ludogorets. La formación de los jóvenes es otro de los objetivos fundamentales del club, pues tiene claro Domuschiev que desde la base se edificará el futuro. En los últimos años, el número de futbolistas que maneja el club se ha incrementado, con técnicos y medios para que la formación sea la mejor. Se han contratado profesionales de todos los ámbitos para que, desde la base, el futbolista tenga a su disposición todas las facilidades para crecer.

El Real Madrid se medirá al Ludogorets en Sofia. Su estadio apenas tiene una capacidad para 9.000 espectadores y para acoger un partido de Champions League, y contra el Real Madrid, se requiere de un estadio con más prestaciones. Un estadio, eso sí, que también fue rehabilitado plenamente cuando Domuschiev pasó a controlar el club. Una inversión de otros cinco millones de euros convirtieron el ahora llamado Ludogorets Arena en un recinto al que no le falta de nada. Pequeño, sí, pero moderno y cómodo. Se incrementó su capacidad, además de dotarlo de zona vip y zona para medios de comunicación. Y con los oportunos sistemas de seguridad para acoger partidos de la máxima categoría en Bulgaria. En tres minutos se puede evacuar sin problemas.

Dueño de empresas de diferentes sectores (naviero, farmacéutico, construcción…), Kiril Domuschiev sabe que tiene un techo. Con un club asentado en una población tan reducida, es consciente de que en Europa el fin último es jugar la fase de grupos de la Champions League. Por ello, ser la referencia del fútbol búlgaro es el objetivo a lograr. Y en menos de cinco años ha conseguido que históricos como el Levski o el CSKA de Sofia hayan pasado a ser alternativas cuando antes eran referentes. Todo lo hace, además, con un gran sentido del patriotismo, pues todas sus decisiones, tanto futbolísticas como empresariales, son tomadas pensando en el bien de su país y sus paisanos. Por ahora manda en el emergente club búlgaro, pero ya hay quien apuesta a que en el futuro podría acabar presidiendo la Unión de Fútbol de Bulgaria…