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El dominio total del Bayern de Guardiola sólo logró inquietar a Casillas una vez
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POSESIÓN ESTÉRIL DE LOS ALEMANES

El dominio total del Bayern de Guardiola sólo logró inquietar a Casillas una vez

En el Bernabéu, el equipo alemán acaparó el 64% de posesión para crear poco o nada de peligro en la portería del Real Madrid. El 1-0 final es lo que cuenta

Foto: Casillas hizo esta parada de mérito a Gotze en el tramo final.
Casillas hizo esta parada de mérito a Gotze en el tramo final.

El debate sobre la posesión de balón, el juego combinativo a toda costa y la justicia romántica de un resultado vuelve a estar sobre la mesa. Sin entrar en ello y centrándose en lo que no admite debate hay que destacar que este miércoles en el Bernabéu el Bayern de Múnich acaparó el 64% de posesión para crear poco o nada de peligro en la portería del Real Madrid. El 1-0 final es la estadística más importante y la única que cuanta para la competición, como siempre.

El conjunto blanco, que se pasó casi los primeros 20 minutos sin pasar del medio campo, aprovechó su primera posibilidad de contrataque para marcar el gol que le pone en ventaja en estas semifinales de Champions. Además, tuvo otras dos ocasiones muy claras, en sendos disparos por encima del larguero de Cristiano y Di María, y otras tantas llegadas que obligaron a Neuer y la defensa bávara a emplearse a fondo.

En cambio, el conjunto de Pep Guardiola mareó la pelota, desplegando una compleja red de desmarques y apoyos muy trabajados, que les permitía mover el ataque de un perfil a otro con facilidad e, incluso, pisar área asiduamente. Pero rara vez consiguió que el poseedor de balón llegara con ventaja a zona de peligro.

placeholder Guardiola justificó su planteamiento por el veloz contrataque madridista.

Tanto, que Casillas sólo tuvo que hacer una parada en los 90 minutos. Eso sí, fue marca de la casa, a falta de cinco minutos para el final y en un tiro a bocajarro de Gotze desde la frontal del área pequeña. El portero de Móstoles volvió a demostrar que posee una cualidad que ni se entrena ni se adquiere, se nace con ella: el don de la oportunidad que le ha convertido en leyenda viva del fútbol español.

El trabajo de Iker se basó en solventar el juego aéreo, al que recurrió en numerosas ocasiones el Bayern para intentar finalizar sus larguísimas posesiones. Mandzukic estuvo muy bien tapado por los centrales y no hubo ningún remate directo en esos centros. Lo que sí ocasionó la batería de balones colgados fueron varias segundas juagadas o dejadas para un llegador, que es de lo poco más que produjo el ataque del actual campeón de Europa.

Pep admitió que no quería un partido ‘loco’

Dos de esas situaciones de disparo fueron cerradas primero por Pepe a tiro de Kross, cuyo rechace se convirtió en la contra que dio origen al 1-0, y después otro de Robben que tapó Xabi Alonso. Y todo eso es el bagaje ofensivo del Beyern en Madrid.

Guardiola dijo tras el partido que no les interesaba un partido de ida y vuelta, porque se ven inferiores en ese fútbol a los de Ancelotti. Y por eso preferían posesiones largas llevando el balón a banda. Esa falta de verticalidad intencionada, porque Pep considera que “cuanto más rápido va el balón para adelante, más rápido vuelve hacia atrás”, acabó por dibujar un equipo estéril, sin gracia ni agresividad atacante. Eso sí, el técnico catalán avisa: “En Múnich atacaremos para intentar remontar”. Pero su equipo tendrá que hacer mucho más que este miércoles si quiere lograrlo.

El debate sobre la posesión de balón, el juego combinativo a toda costa y la justicia romántica de un resultado vuelve a estar sobre la mesa. Sin entrar en ello y centrándose en lo que no admite debate hay que destacar que este miércoles en el Bernabéu el Bayern de Múnich acaparó el 64% de posesión para crear poco o nada de peligro en la portería del Real Madrid. El 1-0 final es la estadística más importante y la única que cuanta para la competición, como siempre.

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