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El Bayern de Guardiola suda para ganar a un Arsenal al que Özil dejó con 'nueve'
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FALLÓ UN PENALTI Y ESTUVO DESCONECTADO

El Bayern de Guardiola suda para ganar a un Arsenal al que Özil dejó con 'nueve'

El Bayern terminó bailando a un Arsenal que jugó con 'dos' menos por la expulsión de Szczesny y la ausencia de Özil. Kroos y Muller firmaron las dianas

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Aterrizó el Bayern, uno de los favoritos, en Londres, la ciudad que le vio alzarse campeón hace nueve meses. Aguardaba el Arsenal con la esperanza de no volver a repetir el triste resultado de las tres últimas temporadas: caer eliminados en octavos. Algo que sólo ocurrirá si logra remontar en el Allianz Arena el resultado cosechado en el Emirates Stadium: 0-2, goles firmados por Kroos y Müller. Se podría haber visto un partido distinto si Özil no hubiera fallado un penalti, algo que sucedió en el área contraria cuando Alaba intentó, sin suerte, transformar una pena máxima al filo del descanso. El Bayern terminó bailando a un Arsenal que jugó con un hombre menos por la expulsión de Szczesny aunque sería más correcto decir que acabó con un par de hombres menos ya que Özil sigue sumido en un mundo de sombras.

Treinta minutos separaron las dos acciones clave de la primera parte. Mismo castigo, igual resultado. En el minuto ocho, Özil se plantó en el área del Bayern después de arrancar en situación de dudoso fuera de juego. Allí se encontró con Boateng que no tuvo mejor idea que derribar al alemán. Penalti que se encargó de lanzar el propio Özil que, desconectado del mágico fútbol que suele fabricar con sus botas, envió un balón fácil para Neuer que sólo tuvo que alzar el brazo mientras se tiraba hacia la izquierda. Media hora después, Robben se encontró frente a Szczesny y el portero del Arsenal se llevó por delante al holandés viendo la roja directa. A pesar de todas las opciones disponibles, Alaba cogió la pelota y su disparo fue directo al palo con Fabiansky bajo palos.

El polaco ocupó el lugar que dejó Cazorla; extraño cambio el decidido por Wenger teniendo en cuenta que la mayoría de las veces, el español llevó la voz cantante en el ataque del Arsenal. ¿Qué sucedió el resto del primer tiempo? No hubo goles, pero sí intenciones. Comenzaron los ingleses dominando ante un Bayern algo espeso y en los primeros cinco minutos, el Emirates Stadium vio dos zarpazos: el primero de Kroos, el segundo del joven Sanogo. Muchos auguraron un intenso partido de ida y vuelta, pero el arreón inicial se quedó en los primeros compases del encuentro.

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El Arsenal saltó al campo fiel a su estilo, pero el transcurrir del tiempo y la mala suerte echaron por tierra el plan de Wenger. El Bayern de Múnich empezó a ganar confianza y buscó asustar a su rival con balones altos que llegaban desde el lateral derecho, allí donde Götze y, sobre todo, Lahm hacían lo que querían con el balón a pesar de los esfuerzos de Gibbs por frenarlos. Algún que otro despiste de la defensa bávara jugó a favor de un conjunto londinense que no supo aprovecharlos cuando, por ejemplo, Chamberlain aprovechó una cesión de Alaba a Neuer que salió airoso del mano a mano. En esas estaba el partido cuando Gibbs tuvo que abandonar el campo lesionado y su ausencia descompuso al Arsenal.

El reto al que se enfrentaba Wenger no era fácil y, tras el descanso, se vio obligado a defender el marcador que reflejaba el luminoso del Emirates Stadium ante el actual campeón de Europa. Mientras el Arsenal se defendía como gato panza arriba, el Bayern salió a por todo y tardó diez minutos en romper la igualdad. Una combinación entre un espectacular Lahm, Robben y Kroos permitió a éste enganchar el balón sin pensárselo. Tuvo el tiempo suficiente para acomodar el cuerpo, girarse e inclinarse consiguiendo que la pelota dibujase una curva para morir en el fondo de la portería del Arsenal después de pasar por la escuadra. A Kroos no le hizo falta ver la portería, sabía dónde estaba.

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El tanto del Bayern agudizó el monólogo de los hombres de Guardiola; tanto que la posesión era del 30% para los locales y del 70% para los alemanes. Neuer contemplaba plácidamente cómo sus compañeros de equipo iban generando ocasiones con un fútbol impregnado de precisión y rapidez, marca característica de los equipos dirigidos por Pep. Lo intentó dos veces Robben y también Götze, ambos sin suerte. El Bayern no podía con un equipo que parecía jugar con nueve jugadores: Özil ni estaba ni se le esperaba.

A los bávaros les costaba y a pesar de ello, su acoso era descarado y no cesaban en su empeño por buscar alguna grieta en la férrea defensa que hacía el Arsenal. La insistencia tuvo premio en la recta final del partido cuando Müller aprovechó con inteligencia uno de los centros perfectos que Lahm llevaba sirviendo toda la noche. El ‘25’ bávaro se mostró para después buscar la espalda de la defensa del Arsenal y cabecear sin marcaje. El segundo de la noche remataba el partido, no zanja la eliminatoria aunque pone todo a favor de un Bayern que en Londres volvió a demostrar por qué acapara tantos elogios. Eso sí, los de Guardiola sufrieron más de lo previsto ante un equipo mermado por las expulsiones y la desconexión de Özil.

Ficha técnica

Arsenal: Szczesny, Sagna, Mertesacker, Koscielny, Gibbs (Monreal, m.31), Flamini, Wilshere, Oxlade-Chamberlain ((Rosicky, m.74), Özil, Cazorla (Fabianski, m.39), Sanogo.

Bayern Múnich: Neuer, Lahm, Boateng (Rafinha, m.45), Dante, Alaba, Thiago (Pizarro, m.79), Javi Martinez, Robben, Kroos, Gotze, Mandzukic (Müller, m.64).

Goles: 0-1, m.54: Kroos. 0-2, m.88: Müller.

Árbitro: Nicola Rizzoli (Italia). Amonestó a Boateng y Mandzukic (Bayern), y a Sanogo (Arsenal). Expulsó a Szczesny (Arsenal).

Incidencias: Partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el Emirates Stadium (Londres).

Aterrizó el Bayern, uno de los favoritos, en Londres, la ciudad que le vio alzarse campeón hace nueve meses. Aguardaba el Arsenal con la esperanza de no volver a repetir el triste resultado de las tres últimas temporadas: caer eliminados en octavos. Algo que sólo ocurrirá si logra remontar en el Allianz Arena el resultado cosechado en el Emirates Stadium: 0-2, goles firmados por Kroos y Müller. Se podría haber visto un partido distinto si Özil no hubiera fallado un penalti, algo que sucedió en el área contraria cuando Alaba intentó, sin suerte, transformar una pena máxima al filo del descanso. El Bayern terminó bailando a un Arsenal que jugó con un hombre menos por la expulsión de Szczesny aunque sería más correcto decir que acabó con un par de hombres menos ya que Özil sigue sumido en un mundo de sombras.

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