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China se toma en serio el futuro de su fútbol y su selección sub-20 se muda a Alemania
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jugará en la 4ª división, de categoría regional

China se toma en serio el futuro de su fútbol y su selección sub-20 se muda a Alemania

Es uno de los resultados del acuerdo de cooperación al que llegaron las federaciones de fútbol de Alemania y China, que permitirá al joven combinado desarrollarse de cara a los JJOO de Tokio

Foto: La selección de China, en un partido de clasificación para el Mundial. (Reuters)
La selección de China, en un partido de clasificación para el Mundial. (Reuters)

China tendrá a su selección sub-20 jugando en la cuarta división alemana. Tal cual. Todavía falta la confirmación oficial por parte de la federación alemana de fútbol (DFB, por sus siglas en alemán), pero el acuerdo, según informa 'Bild', está prácticamente cerrado y habrá un grupo de futbolistas chinos viviendo en Alemania para jugar cada semana contra futbolistas no profesionales para conseguir desarrollar, de una manera hasta el extremo novedosa, el talento futbolístico que hay en el país asiático.

De esta manera, el combinado joven de China participará en la Regionalliga del Sudoeste, en la que participa el filial del Bayern Múnich, para que se sitúen. Jugarán un partido a la semana contra el club que descanse, ya que ese torneo es el único de esa división compuesto por 19 equipos, y sus resultados no computarán en la clasificación ni serán oficiales. China considera que el nivel que se encontrarán en la cuarta división alemana será similar al que necesitan sus jugadores.

La participación del combinado sub-20 chino en la división regional alemana se realiza con vistas a que esa generación de futbolistas crezcan de cara a los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020, es decir, dentro de tres años, cuando los chicos ya sean sub-23 y, por tanto, convocables para la disputa del torneo de fútbol masculino de los Juegos. Tal y como cuenta el periódico alemán 'Zeit', en noviembre se firmó un acuerdo de cooperación entre la DFB y la federación china de fútbol durante los próximos cinco años. De esa colaboración surge este acuerdo por el que cada club de la división alemana cobrará 7.500 euros por cada uno de los dos partidos ante la selección china por los gastos imprevistos, además de poder quedarse con toda la recaudación de publicidad y taquilla que generen.

Sin embargo, en la Regionalliga del Sudeste no todos son risas con este tema. Si bien en varios medios de comunicación alemanes se afirma que han recibido el beneplácito de la mayoría de equipos, hay varios que no están de acuerdo. En declaraciones recogidas por el 'Frankfurter Allgemeine', el presidente del Rot-Weiß Oberhausen considera que esto se hace solo para que "el Bayern pueda vender más camisetas en China". "Ya no se toman en serio nada por debajo de la tercera división. ¿Por qué debemos fastidiarnos a nosotros mismos? La Federación no nos hace ningún favor".

Potenciar el fútbol desde la base

La voluntad del gobierno de China de crecer también a través del fútbol es una máxima que se impuso el presidente Xi Jinping desde hace unos años, lo cual ha originado una serie de medidas que prevén el progreso de este deporte en aquel lugar. Como se imaginan, el fútbol se encuentra en los albores de su crecimiento en China. Es una disciplina absolutamente minoritaria en el país del bádminton, sin embargo, los mandatarios chinos, obsesionados con la apertura hacia nuevos mercados potencialmente muy rentables para su economía, consideran el fútbol un negocio más que interesante que reportará enormes beneficios al país en el futuro.

Son ya muchos los empresarios multimillonarios chinos, esa reducidísima minoría que controla un pellizco considerable de su economía, los que han decidido invertir cantidades ingentes (en numerosas ocasiones, fuera de mercado y descerebradas) de dinero en futbolistas y entrenadores contrastados provenientes de América y Europa para potenciar la Superliga. Futbolistas como Carlos Tévez, Oscar, Ramires, Jackson Martínez, Ezequiel Lavezzi, Hulk... todos abandonaron sus clubes para fichar a golpe de talonario por equipos de poco nivel competitivo internacional que, por otro lado, poseen propietarios con cuentas corrientes de un valor incalculable. Esto ha creado plantillas con jugadores extranjeros de un perfil medio-alto que conviven con futbolistas chinos cuya calidad es ínfima en comparación.

El Gobierno, que controla la federación de fútbol, intervino hace no demasiado para intentar frenar lo que consideran que es un riesgo de burbuja. El órgano oficial encargado del deporte consideró "irracional" el gasto en fichajes y señaló la necesidad de establecer "un tope máximo en las compras de jugadores y en sus salarios". De hecho, el Gobierno frenó hace poco menos de un mes el traspaso de Diego Costa del Chelsea al Tianjing Quanjian, que según diversas fuentes estaba fijado en 90 millones de euros para el campeón inglés y unos 40 millones netos para el delantero español.

En mente, el Mundial de 2034

¿Qué quiere China entonces? Apostar por el producto nacional, que ahora mismo es prácticamente inexistente. En un país con más de 1.300 millones de personas, los que tienen cualidades aptas para la práctica del fútbol son los menos. No hay cultura futbolística y eso es lo que quiere implantar el Partido Comunista. Es por eso que ha permitido, hasta cierto punto, la eclosión de la Superliga, pues de ninguna manera mejor se puede crear afición que teniendo una liga propia potente, y ha instaurado el fútbol como asignatura obligatoria en las escuelas y está tratando de centrarse también en encontrar el talento joven, potenciarlo y así poder tener una selección absoluta de nivel suficiente para poder participar en un Mundial en el futuro y, tal y como es la voluntad estatal, competirlo e intentar ganarlo.

Existe también en el gigante asiático también el proyecto de organizar un Mundial en su propio territorio. Consideran el año 2034 el idóneo para haber dado los pasos suficientes para ser competitivos contra los mejores. La fecha es lejana, quedan 17 años, y aun así no les sobra tiempo para crecer, pues ahora mismo la selección dirigida por Marcello Lippi es realmente débil. Última clasificada de su grupo de clasificación para el Mundial de Rusia (formado por Irán, ya clasificada, Corea del Sur, Uzbekistán, Siria y Qatar) con seis puntos.

Claro que todo esto no es fácil si no se tiene en cuenta a la cantera. El exseleccionador chino Bora Milutinovic, el último que puso a China en una Copa del Mundo, allá por 2002, comentaba a El Confidencial hace unos meses el problema de China con su fútbol base. "Por desgracia, China lleva demasiado tiempo sin estar presente en un Mundial sub 17, en el sub 20 o en unos Juegos Olímpicos. Creo que si uno quiere acercarse al mundo, debe trabajar de una manera que dé posibilidades a los jóvenes a acudir a estos eventos. Le pongo un ejemplo: en mi equipo de 2002 había tres jugadores de 19 años que habían estado el año anterior en el Mundial sub-20, en el que ganamos al equipo de Donovan (EEUU) y nos clasificamos para la segunda fase, donde perdimos con Argentina, que saldría campeón. Para progresar se debe realizar un trabajo adecuado con los jóvenes, que pasa por el fogueo internacional en torneos oficiales, algo que China desgraciadamente no tiene”, argumenta Milutinovic.

China tendrá a su selección sub-20 jugando en la cuarta división alemana. Tal cual. Todavía falta la confirmación oficial por parte de la federación alemana de fútbol (DFB, por sus siglas en alemán), pero el acuerdo, según informa 'Bild', está prácticamente cerrado y habrá un grupo de futbolistas chinos viviendo en Alemania para jugar cada semana contra futbolistas no profesionales para conseguir desarrollar, de una manera hasta el extremo novedosa, el talento futbolístico que hay en el país asiático.

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