Saúl ejerce de líder de la sub-21, paso básico para cerrar el ciclo y ascender a la Absoluta

En los círculos de aficionados rojiblancos se suele hablar en ocasiones del maltrato que han recibido sus jugadores por parte de los últimos seleccionadores españoles. Pocos (más bien ninguno) puede comprender que en todos este lustro de brillantez del Atlético de Madrid Gabi Fernández no haya debutado con la Absoluta. Entienden con dificultad que Koke no sea indiscutible para Lopetegui y aún se preguntan qué ha hecho mal Juanfran para dejar de ir convocado. El debate en los últimos dos años se ha centrado también en otra figura que, de no cambiar drásticamente el devenir, será indispensable en el futuro colchonero: Saúl Ñíguez.

Saúl debutó en el primer partido de Lopetegui, en el amistoso contra Bélgica en Bruselas, y no volvió a participar hasta los dos últimos encuentros ante Colombia y Macedonia. Más de medio año entre ambas citas internacionales. El seleccionador vasco prefería llamar a otros futbolistas para el centro del campo antes que a uno que es titular para Simeone. ¿Cómo era posible? ¿De verdad había tantos mejor que él para quedarse fuera de todas las listas? La explicación, sin embargo, es mucho más sencilla y se queda lejos de cualquier conjetura polémica.

Para la selección española, la Eurocopa sub-21 es primordial. En los últimos tiempos, las generaciones que han ido pasando por la categoría han disfrutado del torneo y lo han ganado, con la excepción de la edición anterior, que una mala fase de clasificación los dejó fuera en la repesca. Jugar y tratar de ganar el torneo se considera un reto por el que deben de pasar los jóvenes españoles antes de dar el salto al equipo de los mayores. La evolución dentro de la Selección prioriza a los futbolistas que se han formado en las categorías inferiores por delante de algunos que no han pasado por la Ciudad del Fútbol en toda su carrera. De ahí que Saúl tenga como necesidad estar en este torneo para seguir creciendo.

Saúl cumplirá 23 años en noviembre, es de los mayores de la plantilla y gracias a su envidiable físico, da la impresión de estar uno o dos escalones por encima de los demás jugadores de la Euro sub-21, pero es su lugar natural a estas alturas de su vida deportiva. Dentro de la Federación está bien claro que los jugadores que dan el salto sin pasar por la Sub-21 son solo casos excepcionales y siempre que tengan edad, jugarán con ella. Les pasó a Javi Martínez y Juan Mata en la Euro sub-21 de 2011, que ganaron con una superioridad aplastante.

¿Qué sucede? Que Saúl también va sobrado. Y aunque de primeras no lleva el brazalete de capitán (es el segundo después de Deulofeu), ejerce como tal dentro del campo. En la estructura de juego de Celades, con Marcos Llorente de único pivote, Saúl tiene bastante libertad de movimientos y aun si no rehúye nunca las labores de destrucción, su función principal es la creación y la llegada al área. En eso es prácticamente único. En dos partidos en este Europeo, ha abierto el marcador en ambos con dos goles de bandera. El primero, de chilena. El segundo, de jugada personal al 'estilo Bayern'. Y éste se lo ha hecho a Portugal, una de las favoritas para ganar con un plantel sensacional. El mérito es mayor.

En España no hay prisas con los jóvenes. Cuanto más aprendan, mejor rendirán en el equipo principal y más conoceran el estilo al que está adherida la selección española. Saúl está completando el ciclo de la mejor manera posible, liderando a la sub-21 de camino a la semifinal. Gracias a este triunfo que él originó y que Sandro dobló e Iñaki Williams cerró (gracias a esos tantos no valió de nada el gol del torneo, una volea excelente desde la frontal del área de Bruma), el último partido de la fase de grupos contra Serbia es un mero trámite.