Por qué '¿Quién dijo rendirse?' es el mejor libro del mundo

“Cuando un enfermo de la ELA está mal… lee el libro de Carlos [Matallanas] y le cambia la cara y se pone alegre. Se ha convertido en un símbolo de lucha para muchos pacientes, en una referencia”. Escuchando a la vicepresidenta de Fundela, Maite Solas, este jueves por la tarde en la presentación del libro ‘¿Quién dijo rendirse?’, sí que tiene sentido decir, como asevera su hermano Javi Matallanas, que este es el mejor libro del mundo. “Es para un futbolista, para quien le gusta el fútbol, para una ama de casa…”, recalca Fernando Torres, porque se habla de la vida.

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“Fernando, quién nos iba a decir que estaríamos en este sitio ahora a los 13 o 14 años, cuando después de jugar un partido nos juntábamos en el sofá de una casa a hablar de lo que fuera”, lee Gonzalo en palabras escritas por su hermano Carlos. En la presentación de ‘¿Quién dijo rendirse?’, su protagonista no pudo asistir porque desde hace meses vive en su cama del Puerto de Santa María, pero tanto sus hermanos y su amigo Fernando Torres como el escritor José Antonio Petón ahondaron en la idea de que este ejemplar recoge episodios de la vida de dos amigos normales y corrientes que jugaban al fútbol, Fernando y Carlos.

Torres a Carlos: “Tienes una responsabilidad”

“Carlos era el hermano mayor de un compañero de mi equipo y se convirtió un poco en mi hermano mayor. Era un referente. El que te decía la importancia de ciertos valores, cómo actuar… Era el que estaba muy cerca de dar el salto”, recordaba el futbolista del Atlético de Madrid. Uno llegó a la élite del fútbol y el otro fue un referente en la Tercera madrileña. “Todos futbolistas. No varía mucho un vestuario de esa categoría a uno de Primera”. Luis Rubiales, presidente de la AFE —cuya sede se quedó pequeña para esta presentación—, puso tintes melancólicos recordando algunos episodios que en los últimos años ha vivido con Carlos.

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Carlos, que actualmente solo puede controlar esfínter, párpados y ligeramente algún músculo de su cara, quiere vivir porque tiene una misión: ayudar a encontrar la lucha contra la ELA. Jugando al fútbol él no era el delantero, andaba más bien organizando, y ahora ocupa la misma posición en el campo para que los científicos metan el gol definitivo. No se va a rendir en ningún momento del partido y este, el mejor libro del mundo para los que logran obtener de él un empujón para seguir luchando por su causa, expone el porqué en cada una de sus 166 páginas. La batalla continúa.