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Deulofeu encuentra en el cementerio de elefantes el camino hacia la Selección
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vuelve a la selección dos años y medio después

Deulofeu encuentra en el cementerio de elefantes el camino hacia la Selección

En enero, el exjugador del Barcelona era un suplente habitual del Everton. Unos meses después, se ha adueñado del Milan y ha vuelto a atraer la atención de un mentor como Lopetegui

Foto: Deulofeu ha caído de pie en el Milan. (EFE/EPA)
Deulofeu ha caído de pie en el Milan. (EFE/EPA)

El último mes de 2016 fue un calvario para Gerard Deulofeu. Desde que el Fútbol Club Barcelona le abrió la puerta por primera vez en 2013, sin darle nunca la oportunidad de ser miembro de facto del primer equipo pese a que parecía estar destinado a ello, solo en el Everton había encontrado algo similar a la estabilidad y el aprecio de todo un club por su fútbol. Pero dejó de ser así. Un hombre que conoce muy bien el Barça, como Ronald Koeman, veía en Deulofeu una pieza dispensable. Se lo fue dejando bien a las claras desde el inicio de temporada, pero cuando se acercaba Navidad, el regalo del holandés para el extremo fue un hueco en el banquillo, cuando no en la cómoda tribuna de Goodison Park.

Foto: Vicente del Bosque, junto a Piqué, durante un entrenamiento de la Selección. (EFE)

Ni siquiera Liverpool iba a ser su salvación. Lo había intentado en el Barça sin el más mínimo éxito y en el Sevilla ganó una Europa League en la que apenas participó levemente en la fase de grupos. Unai Emery ha tenido bajo su mando a las dos mayores promesas recientes del fútbol español, Deulofeu y Jesé, y a los dos los utilizó con cuentagotas. No les vio hechos de la pasta que se supone que tienen que tener las verdaderas estrellas, es decir, lo que ellos estaban llamados a ser. A estas alturas, con 23 y 24 años respectivamente, ¿quién no esperaba que estuvieran ya asentados entre los habituales de la selección española? Era el camino natural para ambos.

A Jesé aún no le ha llegado la oportunidad. Pero a Deulofeu sí. Ya tuvo una, muy inesperada, en 2014. A todos sorprendió que Vicente del Bosque lo incluyera en la lista preliminar de futbolistas para el Mundial de Brasil, aunque se dejara bien claro que no iba a entrar en la lista definitiva, sino que iba a vivir la experiencia, principalmente. Después de aquellos once minutos contra Bolivia, nada más se volvió a saber de Deulofeu en la Absoluta. Tenía edad, y todavía la tiene, de ir con la sub-21. Y siguió yendo con la selección de Albert Celades, de la cual ya es el recordman en partidos disputados y goles marcados. Deulofeu es historia del equipo inferior, y Lopetegui le permite empezar a serlo, paso a paso, en el superior.

La convocatoria de Deulofeu con la Absoluta es singular, pues no entraba en ninguna de las quinielas. Pero es comprensible desde un punto de vista del seleccionador y de la manera de trabajar que ha manejado tanto Julen como Vicente en la última generación de internacionales. Mejor lo conocido. Del Bosque permitió la evolución de los futbolistas sub-21 hacia la selección mayor y asentó en el primer equipo a jugadores clave en las dos Eurocopas de la categoría consecutivas, como De Gea, Carvajal, Koke, Thiago y Morata. Lopetegui está continuando esa fase de desarrollo. Fue campeón con Ander Herrera, Illarramendi, Isco... y con Deulofeu, aunque con el catalán ganara la Euro sub-19 de 2012. Entonces, Gerard fue Balón de Oro del torneo (y Jesé fue máximo goleador).

Pero el de Riudarenes no parecía estar llamado a dar el salto, no inmediatamente, eso seguro. El Everton, el club donde más ha lucido, se había convertido en una cárcel para él y necesitaba una escapatoria. Llega el momento en la carrera de un futbolista en el que si te llama el Milan, es que has tenido algún problema. El club 'rossonero' se ha caracterizado por adquirir jugadores en mal momento, pasados de rosca, atascados, en ocasiones sin futuro... Y cuando el Milan llamó a Deulofeu, hacía indicar que el chico había entrado en un callejón sin salida. Ni mucho menos ha sido así.

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Desde que Vincenzo Montella empezó a destacar como entrenador en el Catania tiró de jugadores jóvenes y con talento. En la Fiorentina asentó su estilo ofensivo y vistoso a base de futbolistas con muchísima proyección. Ese buen hacer y, sobre todo, esa voluntad de crear un estilo definido de juego, hizo que el Milan fuera a por él. Montella pidió a Deulofeu. El español necesitaba una muestra de confianza de este calibre. Llegó a Milán y a los dos días estaba jugando, aunque fuera solo un ratito, ante la Juventus en Coppa Italia. Ese mismo día estuvo cerca de marcar su primer gol y evitar la eliminación milanista. A partir de ese instante, no se ha bajado del carro de Montella.

Ocho partidos ha habido desde entonces en la Serie A y los ha jugado todos desde el inicio. Y siempre aporta. Siempre. Vestido de rojo y negro, Deulofeu ha vuelto a ser el que era en el Barça B, un extremo agresivo y muy vertical con una técnica exquisita. Calidad, en resumidas cuentas, que al Milan no le sobra. Y esa manera de lucirse en este poco tiempo que lleva en Italia ha hecho que la afición de San Siro se enamore de él perdidamente. Y según cuentan, él está encantado en Milán. Le ha ayudado mucho, claramente, tener a Suso Fernández a su lado. Cierto es que en el entorno del Milan había muchas dudas sobre su fichaje. Había reservas: ¿por qué iba a triunfar si en el Everton no jugaba? Porque necesitaba confianza. En cuanto la ha tenido, ha explotado. Una explosión cuya onda expansiva le ha llevado a la Absoluta.

El último mes de 2016 fue un calvario para Gerard Deulofeu. Desde que el Fútbol Club Barcelona le abrió la puerta por primera vez en 2013, sin darle nunca la oportunidad de ser miembro de facto del primer equipo pese a que parecía estar destinado a ello, solo en el Everton había encontrado algo similar a la estabilidad y el aprecio de todo un club por su fútbol. Pero dejó de ser así. Un hombre que conoce muy bien el Barça, como Ronald Koeman, veía en Deulofeu una pieza dispensable. Se lo fue dejando bien a las claras desde el inicio de temporada, pero cuando se acercaba Navidad, el regalo del holandés para el extremo fue un hueco en el banquillo, cuando no en la cómoda tribuna de Goodison Park.

Julen Lopetegui
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