Es noticia
Kashima Antlers, el equipo de empresa que se hizo grande con el ‘espíritu de Zico’
  1. Deportes
  2. Fútbol
Así es el rival del real Madrid

Kashima Antlers, el equipo de empresa que se hizo grande con el ‘espíritu de Zico’

El ‘Pelé blanco’ transformó de arriba a abajo a este pequeño club del extrarradio de Tokio, el más laureado de Japón. Su fútbol mantiene un toque brasileño

Foto: Estatua en homenaje a Zico en la plaza que da acceso a la entrada principal del Kashima Stadium (FOTO: David Ruiz)
Estatua en homenaje a Zico en la plaza que da acceso a la entrada principal del Kashima Stadium (FOTO: David Ruiz)

Muchos más kilómetros de los 132 que separan Kashima de Yokohama ha tenido que recorrer el Antlers para alcanzar su particular ElDorado en forma de duelo a muerte en pos del título de mejor club del mundo con el todopoderoso Real Madrid. Pero ni uno solo de ellos se entendería sin la figura capital de Artur Antunes Coimbra, Zico. La influencia del eterno ‘10’ de Flamengo en el más laureado de los clubes japoneses (suma 8 ligas) arranca en sus cimientos y termina en los colores del uniforme, que mutaron del azul y rojo al ‘rubronegro’ para equipararse con los de la única escuadra brasileña en la que el ‘Pelé blanco’ desplegó su magia durante 16 años.

Zico aterrizó en el país del sol naciente dos años después de su primera retirada para cambiarle la cara al Sumitomo Metals, equipo de una de las compañías de acero más importantes del mundo que decidió dar el paso hacia el profesionalismo alistándose en el pequeño grupo de clubes que gestaron en 1992 el nacimiento de la J-League. En poco menos de tres años, el astro carioca del refundado Kashima Antlers se convirtió en bandera indiscutible de un campeonato que abrazó rápidamente el virtuosista repertorio que el ex ‘craque’ de la canarinha se trajo consigo en la maleta desde el otro extremo del planeta. Poco importó que no lograra un solo título en las dos campañas que vistió su camiseta. Su estilo caló hasta el tuétano en una escuadra en la que empezaron a desembarcar estrellas brasileñas, todas recomendadas por su mentor y gran ídolo, que acabarían cincelando con el correr del tiempo al más exitoso de los equipos nipones, primero que logra colarse en la final del Mundialito.

Futbolistas de la talla internacional de Jorginho, Leonardo de Araújo, Bismarck o Toninho Cerezo (este último sucedería a Zico como entrenador en el año 2000), y técnicos del prestigio de Osvaldo de Oliveira o Paulo Autuori mantuvieron viva la llama de una manera de concebir el balompié que aún hoy perdura en la base del último escollo madridista y, claro está, en la primera plantilla, de la que ahora forman parte los brasileños Fabricio y Daniel Bueno. “Zico es un héroe para todos nosotros porque nos enseñó cómo ser un buen profesional, cómo hay que prepararse y qué hay que hacer para ser un equipo ganador. Ese espíritu y el estilo que trajo cuando llegó a Japón están ahí porque el club se ha preocupado de transmitírnoslo, tanto a los jugadores como a los técnicos que han venido. Creo que ha sido un factor muy importante en los muchos títulos que ha ganado el Kashima”, explica en 'FIFA.com' Mitsuo Ogasawara, el veterano capitán del Antlers y su actual estandarte tras 17 campañas en primera línea.

Un par de estatuas, una de ellas en la plaza que da acceso a la entrada principal del coqueto y mundialista Kashima Stadium, son el recuerdo perenne del legado futbolístico que el hombre que heredó la elástica de Pelé en Brasil dejó en esta ciudad dormitorio de Tokio, donde está prohibido patear sin sentido un balón desde la defensa o saltarse a la torera los preceptos del fútbol-samba: amasar el cuero cuanto sea necesario hasta encontrar el camino a la meta rival. Eso no impide que el Antlers versión 2016 meta la directa e imprima una velocidad endiablada a sus incursiones ofensivas si huele la sangre. Así fue como reventó en semifinales al Nacional de Medellín contra todo pronóstico después de abrir brecha gracias a la primera y controvertida acción rearbitrada del torneo, que tanta mella acabó haciendo en la moral de los colombianos.

No se puede negar que los astros se han aliado durante los últimos 25 días de manera descarada con el conjunto que dirige Masatada Ishii. Pese a completar una decepcionante segunda vuelta liguera (había ganado el torneo Apertura), los ‘Antorazu’ lograron meterse en la gran final por el título batiendo a domicilio al Kawasaki Frontale. Pocos días después se coronaron campeones de la J-League por vez primera desde 2009 gracias al valor doble de los goles en campo contrario luego de remontar al Urawa Red Diamonds el 0-1 que obtuvo en la ida y que parecía abrirle de par en par las puertas del Mundial de Clubes. Sin apenas tiempo para festejar la inesperada efeméride (primera sin un técnico brasileño en el banquillo), el Antlers se lanzó al ruedo para abrir el fuego de la competición con el Auckland City neozelandés. De nuevo, remontada de ultimísima hora (1-2) y a cuartos de final, donde le aguardaba el Mamelodi Sundowns. Dos goles a los sudafricanos y otros tres al campeón de la Copa Libertadores en semifinales completaron una serie espectacular de cinco victorias en seis duelos, con 10 tantos a favor y apenas tres en contra.

El ‘milagro’ del Antlers, un conjunto capaz de imprimir un ritmo de vértigo a sus acciones ofensivas, pero al que le falta un punto de mala leche en labores de recuperación y cuya defensa se hace vulnerable por los laterales, tiene nombres propios. El primero, Mu Kanazaki. El centro delantero y su hombre más incisivo ha firmado la mitad de los tantos de su equipo en este loco sprint final de temporada. Unos problemas musculares le han impedido ser titular en los tres encuentros del Mundialito, pero cada vez que ingresó al césped subió el pan: dos tantos (ambos en el 88’) y una asistencia. Su condición de estrella de nuevo cuño le enfrentó a mediados de año con el técnico, quien acabó pidiendo una ¡baja temporal por estrés! Como lo oyen. Se supone que frente al Madrid volverá al once, aunque no hay que descartar que Ishii quiera seguir utilizándole como revulsivo cuando las cosas se pongan feas (que se pondrán, y mucho).

El interior diestro Yasushi Endo (dos goles) es el más talentoso y también el más peligroso de su explosiva línea de volantes, mucho más cómoda cuando tiene el balón en los pies que cuando debe correr detrás de él. Su gol de tacón al Nacional dio la puntilla a los cafeteros. Las paradas in extremis de Hitoshi Sogahata han sido vitales para mantener en pie a un equipo que parecía derrumbarse por momentos a causa de su inconsistencia defensiva y la extraordinaria facilidad con la que sus rivales les generan peligro desde la segunda línea. El escurridizo punta Shoma Doi y el medio ofensivo internacional Gaku Shibasaki, un excelente llegador, son también piezas clave en el engranaje de un Kashima que, por mucho que se esmere, se encuentra a años luz del potencial del campeón europeo.

Muchos más kilómetros de los 132 que separan Kashima de Yokohama ha tenido que recorrer el Antlers para alcanzar su particular ElDorado en forma de duelo a muerte en pos del título de mejor club del mundo con el todopoderoso Real Madrid. Pero ni uno solo de ellos se entendería sin la figura capital de Artur Antunes Coimbra, Zico. La influencia del eterno ‘10’ de Flamengo en el más laureado de los clubes japoneses (suma 8 ligas) arranca en sus cimientos y termina en los colores del uniforme, que mutaron del azul y rojo al ‘rubronegro’ para equipararse con los de la única escuadra brasileña en la que el ‘Pelé blanco’ desplegó su magia durante 16 años.

Zinédine Zidane
El redactor recomienda