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Bilbao, de pedir la oficialidad de Euskadi a sede de España en la Euro 2020 en 24 horas
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el pnv obvia que España jugaría en San Mamés

Bilbao, de pedir la oficialidad de Euskadi a sede de España en la Euro 2020 en 24 horas

El nacionalismo vasco arremete contra Villar por “sus palos en la rueda” a los partidos de Euskadi y un día después celebra la presencia de la Roja en San Mames en la Eurocopa 2020

Foto: Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbao, Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, y Ángel Maria Villar, presidente de la RFEF. (REUTERS)
Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbao, Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, y Ángel Maria Villar, presidente de la RFEF. (REUTERS)

Todos los años, cuando expira diciembre, gran parte del nacionalismo vasco utiliza el partido de la bautizada como Euskal Selekzioa para clamar por la oficialidad de la selección de fútbol. San Mamés (el PNV ha impuesto para la tradicional cita navideña el estadio del Athletic ante la escasa presión soberanista registrada en Anoeta) se convierte en un grito social a favor de la independencia y en contra de la Selección española. Son dos horas de fervor soberanista en las gradas y que en el terreno de juego se viste con la ropa de la reivindicación de la tricolor para las competiciones oficiales.

Foto:  El presidente de la UEFA, Michel Platini, muestra un papel que muestra Bilbao como una de las sedes que celebrarán la Eurocopa 2020 (Efe) Opinión
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Sobre el papel, Bilbao se pone el traje independentista, pero los hechos están vistiendo con asiduidad a la capital vizcaina en la capital española del deporte como sede española de diferentes competiciones internacionales en los últimos años. Y este ropaje de diferente color que calza al nacionalismo vasco da lugar a situaciones tan paradójicas como la vivida en menos de 24 horas, en las que se ha pasado a odiar a la Federación Española de Fútbol por ejercer de freno a la Euskal Selekzioa a abrazarla por posibilitar la llegada de la Euro 2020 con el combinado de Julen Lopetegui como anfitrión en caso de que se clasifique para la cita, como todo hace indicar dado su potencial y aunque entre medias aún reste clasificarse para el Mundial de Rusia 2018..

En apenas un día, Euskadi ha pasado de exhibir vasquismo con fuertes críticas a la Federación Española a celebrar con la entidad presidida por Ángel María Villar por la más que segura presencia de la Roja en Bilbao como única sede española de una Eurocopa con 13 repartidas por el Viejo Continente. Es el tiempo que ha pasado desde que el presidente de la Federación Vasca de Fútbol, Luis Mari Elustondo, que cuenta con el aval del PNV, arremetiera contra la Federación Española por negar las fechas FIFA para los partidos de Euskadi a que el Ayuntamiento de Bilbao, liderado por el ‘jeltzale’ Juan Mari Aburto, brindara con Villar por la llegada de la Euro 2020 y que implicará la más que segura presencia del himno español en la megafonía de San Mamés. De la zamarra independentista a la camiseta oficial de España en apenas 24 horas.

Bilbao presentó este jueves por todo lo alto su imagen para la Euro 2020, con la presencia de Alexander Ceferin, el presidente de la UEFA, el organismo rector del fútbol en Europa. El logotipo incluye el puente de San Antón, el más antiguo de la ciudad, y la Iglesia aledaña del mismo nombre, emblemas que también figuran en los escudos del Athletic y de la ciudad.

San Mamés, con capacidad para más de 50.000 espectadores, será la sede oficial de los tres partidos de la fase previa de la Euro 2020, con España como anfitriona en caso de clasificarse para la cita, y un cuarto encuentro correspondiente a los octavos de final. Pese a la más que segura presencia de la Roja, el alcalde de Bilbao obvió esta circunstancia de forma deliberada con un calculado discurso en el que incidido en los beneficios extradeportivos. Así, puso en valor que la competición aportará “prestigio y proyección” internacional a la ciudad y ejercerá de “efecto tractor” para atraer más eventos deportivos de prestigio a la villa. Y no se salió del guión que impone el DNI nacionalista. Del sentimiento deportivo se encargó Villar, que se mostró convencido de que España logrará con el apoyo de la capital vizcaina la cuarta Eurocopa para sus vitrinas.​

El nacionalismo arremete contra Villar por “sus palos en la rueda” a los partidos de Euskadi y un día después celebra la presencia de la Roja en San Mames como sede española de la Euro 2020

Han pasado 50 años desde que la Selección Española de Fútbol saltara por última vez al césped del hoy derruido San Mamés. Fue un partido contra Turquía con motivo de la clasificación para la Eurocopa del 68. Por aquel entonces empezaba a darse a conocer con la Roja el mito con mayúsculas del Athletic, el portero José Ángel Iribar, quien sigue poniendo en valor su presencia con el combinado español. “Creo que le vino bien al Athletic y a Bilbao que yo estuviese allí”, ha aseverado hoy, a sus 73 años.

José Luis Bilbao reculó

Ahora, Bilbao está a las puertas de volver a encontrarse con la Selección española más de medio siglo después y el discurso de reconocimiento de Iribar no es compartido por parte del nacionalismo vasco. Incluso, hasta la máxima autoridad institucional en Vizcaya hasta el pasado año, el diputado general José Luis Bilbao, se opuso a que España pisara el césped de San Mamés como local. Irritado por esta posibilidad, llegó a mostrar públicamente sus preferencias de que Bilbao no fuera seleccionada sede de la Euro 2020 con tal de no ver el color rojo sobre el césped, si bien luego pidió perdón por sus palabras. Lo hizo más que nada por el cargo que ostentaba de representante de todos los vizcainos y por las críticas recibidas del ámbito económico. Su tirria a la Selección española le enfrentó con el fallecido alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, y su sucesor, Ibón Areso, ambos de su mismo partido, y que hicieron todo lo posible para que la capital vizcaina se impusiera al resto de candidaturas estatales para albergar la máxima competición futbolística europea.

De forma oficial, el PNV reclama el reconocimiento de las selecciones nacionales deportivas vascas. Esta reivindicación se recoge en el programa con el que concurrió a las elecciones el hoy lendakari Iñigo Urkullu, y que enmarca esta demanda como “instrumento de respeto y proyección internacional de Euskadi”. El gran escaparate de esta demanda es el partido de fútbol que todas las Navidades enfrenta a la selección vasca contra un combinado internacional de apenas categoría. La presentación de este encuentro, el miércoles en Bilbao, se convirtió en una dura crítica a la Federación Española de Fútbol por la “presión” que ejerce sobre las instancias futbolísticas mundiales para impedir partidos del equipo de Euskadi dentro de las fechas FIFA.

El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto (PNV), obvia de forma deliberada que España jugaría en San Mamés e incide en los beneficios extradeportivos de la máxima competición europea de selecciones

Los “palos en la rueda” que pone Villar han limitado a cinco los compromisos de la selección vasca fuera de casa, y todos en fechas fuera de calendario. Euskadi se ha enfrentado a Cataluña en dos ocasiones en el Camp Nou y ha viajado a Estonia, Venezuela y Córcega. En tierras vascas, los chicos que entrenan en la actualidad José Mari Amorrortu y Mikel Etxarri se han enfrentado en los últimos años a Bolivia, Perú, Ghana, Nigeria, Honduras, Macedonia, Camerún o Túnez. Esta última selección será el rival de la tricolor el próximo día 30 en San Mamés, que el nacionalismo ha convertido en la sede de esta cita ante el fiasco de los desangelados encuentros en Anoeta.

El presidente de la Federación Vasca de Fútbol ha clamado que tanto este organismo como el Gobierno Vasco “estamos obstinados” en lograr el reconocimiento oficial de la selección vasca. Es el discurso que se ha instaurado en Sabin Etxea y que ha llevado al presidente del PNV, Andoni Ortuzar, ha calzarse la camiseta tricolor en algún mitin en periodo electoral para exacerbar el sentimiento vasco en la calle. Y mientras a nivel político e institucional se ningunea a las selecciones españolas, Bilbao, el bastión ‘jeltzale’ por excelencia, cada vez alberga más competiciones internacionales deportivas en representación de España con el importante beneficio económico que conlleva. El Mundial de Baloncesto en 2014, el de Bádminton Junior este año, la Copadel Rey de Baloncesto en 2010 o la Copa de España de Fútbol Sala femenino en 2013 son algunas de las masivas citas que ha albergado la capital vizcaina.

Foto: Iñigo Urkullu pide que euskadi tenga una selección oficial.

Ceferin no duda de que la sede de Bilbao será “un éxito” para la Euro por su combinación de “estadio perfecto, ciudad preciosa y equipo fantástico”, en alusión a la Selección española. El nacionalismo vasco quita la tercera pata de esta ecuación. Así se lo ha hecho saber EH Bildu, que entregó una carta al presidente de la UEFA para que levante el “veto” a las selecciones vascas de fútbol junto a una camiseta del combinado de Euskadi. Ahora falta por saber si algún representante institucional del PNV, como hizo en su día Bilbao, alza la voz de forma pública para rechazar a España o, en su caso, pedir que juegue como “visitante”. La respuesta llegará, como tarde, en cuatro años.

Todos los años, cuando expira diciembre, gran parte del nacionalismo vasco utiliza el partido de la bautizada como Euskal Selekzioa para clamar por la oficialidad de la selección de fútbol. San Mamés (el PNV ha impuesto para la tradicional cita navideña el estadio del Athletic ante la escasa presión soberanista registrada en Anoeta) se convierte en un grito social a favor de la independencia y en contra de la Selección española. Son dos horas de fervor soberanista en las gradas y que en el terreno de juego se viste con la ropa de la reivindicación de la tricolor para las competiciones oficiales.

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