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"¿Mi récord? A mí me sigue poniendo de mala leche lo que pasó en Tenerife"
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leo beenhakker se alegra por zidane

"¿Mi récord? A mí me sigue poniendo de mala leche lo que pasó en Tenerife"

El entrenador holandés, que dirigió al Real Madrid a finales de los 80 y a principios de los 90, atiende a El Confidencial antes de que Zidane pueda superar el récord de imbatibilidad que estableció su equipo

Foto: Leo Beenhakker en su etapa de entrenador del Real Madrid.
Leo Beenhakker en su etapa de entrenador del Real Madrid.

Al repasar en breves trazos la vida de Leo Beenhakker (Róterdam, 1942) nos encontramos con una infancia complicada, ya que su padre falleció cuando era un adolescente y se puso a trabajar para ayudar a la economía familiar. Al tiempo que se afanaba como electricista, su pasión por el fútbol la ponía de manifiesto en los equipos locales de su ciudad natal. Su etapa de jugador resultó corta, tras su paso por el Xerxes como extremo derecho. Una lesión a los 19 años le obligó a olvidarse de sus aspiraciones de ser futbolista y comenzar la carrera de entrenador, en la que se convirtió en un nómada por diferentes países. Tras firmar por el Real Zaragoza, club en el que estuvo tres temporadas, en 1986 fue contratado por el Real Madrid, donde alcanzó la fama.

Foto: Zidane, en el Camp Nou (EFE)
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Leo atiende a El Confidencial desde su hogar en tierras holandesas. "Ya he cumplido 74 años y mi vida transcurre muy tranquila con mi familia; mantengo mi pasión por el fútbol y, de vez en cuando, juego al golf", comenta. "Yo tenía un equipazo cuyas bases eran la responsabilidad,y la personalidad, además de no escatimar nunca esfuerzos”, dice. Junto a los éxitos que consiguió con el equipo blanco en las cuatro temporadas que ocupó el banquillo del Bernabéu —cuatro títulos de Liga consecutivos, dos Copas del Rey y una Supercopa de España— siempre se recuerda el récord de los 34 partidos consecutivos que su equipo permaneció invicto, entre el 2 de octubre de 1988 y el 9 de abril de 1989, una cifra que el Real Madrid entrenado por Zinedine Zidane igualó este miércoles ante el Borussia Dormtund y que el sábado, ante el Deportivo, también en el Bernabéu, puede superar.

Sin embargo, Leo quita importancia a su marca. “Mi intención sólo era que el Madrid siguiera escribiendo su brillante historia. En mi segunda etapa, en 1992, los triunfos me dieron la espada. Aquel título de Liga que perdimos en Tenerife aún me pone de mala leche cuando lo recuerdo, pero en la vida y en el fútbol las alegrías y las tristezas se suelen repartir”. El Real Madrid de Beenhakker acumuló 25 victorias y 9 empates, el mismo registro que con Zidane. El 2-2 ante el Borussia Dortmund no le dio esa pequeña superioridad que sí consiguió con los goles: 95 a favor y 32 en contra por los 86 que marcó aquel Real Madrid de la 'Quinta del Buitre', que recogió la pelota de su red en 35 ocasiones.

Pregunta. ¿Sabe que Zidane ha igualado su récord de 34 partidos consecutivos sin conocer la derrota?

Respuesta. Sí, sí, claro que lo sé. Nosotros, me refiero al equipo madridista que dirigía, lo conseguimos en la temporada 1988-89. ¡Qué alegrón nos llevamos todos, desde el presidente a los conserjes del club! Los récords, amigo mío, están para batirlos. Si Zidane bate mi récord me alegraré mucho por él, porque está haciendo una labor fenomenal en el Real Madrid, equipo al que deseo los mayores éxitos del mundo.

Los récords, amigo mío, están para batirlos. Si Zidane supera mi récord, me alegraré mucho por él. Está haciendo una labor fenomenal

P. ¿Aquel equipo con el que usted ganó cuatro títulos de Liga se parece en algo al actual?

R. No se puede comparar aquella época con la de ahora. Han pasado 30 o más años. En el fútbol que ahora se juega hay menos espacios, las tácticas son diferentes, se define más rápido y, en muchas ocasiones, hay equipos que juegan con un delantero centro que está más solo que la una. El fútbol, como la vida misma, ha evolucionado mucho y avanza al ritmo de estos tiempos del siglo XXI. Por ello, no se pueden ni se deben hacer comparaciones, aunque la historia esté para ser recordada. Hay que reconocer, volviendo a hablar del Madrid, que tiene un equipo fabuloso.

P. Usted también lo tenía, aunque no contara con la famosa 'BBC' que forman Bale, Benzema y Cristiano.

R. Sí, yo también tenía un equipazo, con grandes jugadores como Buyo bajo los palos; Chendo, Maceda, Manolo Sanchís, Camacho, Gordillo, Salguero en la defensa; Míchel, que se internaba por la banda derecha de maravilla; Martín Vázquez, Schuster, Hierro, Míchel en el centro del campo; y Emilio (Butragueño), Hugo Sánchez, Juanito, Santillana, Pardeza en el ataque. Era una plantilla que se basaba en su gran personalidad y responsabilidad y que no escatimaba esfuerzos.

P. Y con la diferencia de que la Liga no se les atragantaba como curiosamente le pasa al Madrid de ahora.

R. Lograr cuatro campeonatos de Liga consecutivos resulta bastante complicado. Ahora bien: si cuentas con un grupo de jugadores que se entregan al máximo y que cumplen con su misión en el terreno de juego, se puede decir que los triunfos y los títulos están casi asegurados. Pero además de este excelente plantel de futbolistas, contaba con un cuadro técnico magistral, entre los que se encontraban Ramón Grosso, que en paz descanse, Vicente del Bosque y Luis Molowny. Tres hombres de la casa, lo mismo que varios jugadores que habían salido de la entonces pródiga cantera madridista. Dentro y fuera del vestuario los colores del Madrid los sentíamos todos como a nuestra propia vida.

Mendoza nunca se entrometió en mi tarea. Me decía que yo era el responsable de la plantilla y que si acertaba o me equivocaba era cosa mía

P. Y con Ramón Mendoza, el entonces presidente del Madrid, ¿cómo se llevaba?

R. Don Ramón se llevaba fenomenal tanto con el cuadro técnico como con los jugadores. Yo sabía que tenía la plena confianza del presidente y que en todo momento me apoyaba en cualquier decisión que tomara. Nunca se entrometió en mi tarea ni para darme un mínimo consejo o sugerencia. Me decía que yo era el responsable de la plantilla y que si acertaba o me equivocaba era cosa mía. Con su forma de ser, campechano, bromista y preocupándose en todo momento si algún futbolista tenían algún problema personal, Mendoza consiguió que fuéramos una gran familia.

P. ¿Vio el Clásico del pasado sábado?

R. Le vi frente al televisor, pero bueno, bueno… Fue un partido algo especial y que no estuvo a la inusitada expectación que había levantado en todo el mundo. Lo mejor para el Real Madrid fue el resultado. Jugó frente a un Barcelona que no se encuentra en su mejor momento y, en resumen, no es aquel equipo que no hace mucho tiempo maravillaba a los espectadores con su fabuloso fútbol y sus victorias. Si el Madrid hubiera podido contar con Kroos y Bale, quizás se habría apuntado el triunfo, pero ya de nada sirve darle vueltas a este encuentro, que no pasará a la historia del fútbol como uno de los mejores.

P. Seis puntos separan al Madrid del Barcelona en la clasificación. ¿Está de acuerdo con los que comentan que el equipo de Zidane está muy cerca de ganar la Liga?

R. ¡Cómo voy a estar de acuerdo! Los que así se expresan es que no entienden de fútbol o son muy forofos. Queda aún mucho campeonato por delante y, lógicamente, puede haber muchas sorpresas. Hoy en día el fútbol está muy igualado y cualquier equipo, aunque se considere modesto, te puede amargar el día. Además, no hay que olvidar que el Real Madrid también aspira a revalidar el título de la Copa de Europa e incluso llevarse el de la Copa del Rey. Son tres frentes abiertos muy importantes, a los que hay que añadir que la mayoría de sus jugadores son convocados por las selecciones de sus respectivos países. A pesar de esa diferencia de seis puntos sobre el Barcelona, tengamos los pies en el suelo y no hablemos a estas alturas de temporada de que el Madrid está a un paso de conquistar la Liga. ¡Ojalá ganara los tres trofeos, porque deseo lo mejor para el Real Madrid!

P. Leo, ¿qué opina de que haya varios jugadores, entre ellos algunos del Madrid, investigados por defraudar presuntamente a Hacienda?

R. ¡Por favor, no me haga esa pregunta! Ni le voy a responder ni quiero saber nada de ese tema porque eso no es fútbol.

Al repasar en breves trazos la vida de Leo Beenhakker (Róterdam, 1942) nos encontramos con una infancia complicada, ya que su padre falleció cuando era un adolescente y se puso a trabajar para ayudar a la economía familiar. Al tiempo que se afanaba como electricista, su pasión por el fútbol la ponía de manifiesto en los equipos locales de su ciudad natal. Su etapa de jugador resultó corta, tras su paso por el Xerxes como extremo derecho. Una lesión a los 19 años le obligó a olvidarse de sus aspiraciones de ser futbolista y comenzar la carrera de entrenador, en la que se convirtió en un nómada por diferentes países. Tras firmar por el Real Zaragoza, club en el que estuvo tres temporadas, en 1986 fue contratado por el Real Madrid, donde alcanzó la fama.

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