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La decisión de Piqué no tiene marcha atrás; después de Rusia, adiós
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el central no se ha movido ni un milímetro

La decisión de Piqué no tiene marcha atrás; después de Rusia, adiós

El catalán creía que el ruido y la sospecha ya habían quedado atrás, pero el episodio de las mangas en Albania le golpeó como un mazo. Su decisión es irrevocable

Foto: La polémica en el Albania-España llevó a Piqué a anunciar su decisión. (EFE)
La polémica en el Albania-España llevó a Piqué a anunciar su decisión. (EFE)

La decisión de Gerard Piqué de dejar la Sselección después del Mundial de Rusia en 2018 no tiene marcha atrás. El anuncio, en Albania y después de la absurda polémica por las mangas cortadas de la camiseta, no estaba previsto y sí fue consecuencia del disgusto del momento, pero el jugador no tomó la decisión el pasado domingo, así que es prácticamente imposible que recapacite, pese a los múltiples mensajes en sentido contrario que está recibiendo estos últimos días. Le han llamado de la Federación Española, del Barça, amigos, Julen Lopetegui... Su teléfono echa humo, pero agua. La decisión sigue siendo firme: después de Rusia, adiós.

Foto: Piqué, durante el partido que España disputó en Albania. (EFE) Opinión

Piqué siempre ha dejado claro que seguirá en el fútbol hasta que el fútbol le siga interesando, mientras siga teniendo motivaciones, retos, objetivos. Competitivo como pocos y habiéndolo ganado todo con la Selección española desde las categorías inferiores hasta la absoluta, con la guinda del Mundial de Sudáfrica en 2010, ya pensó en dejarlo tras el chasco de Brasil en 2014, pero se dio de plazo otros cuatro años, otro Mundial, el último, porque en el siguiente, con 35 años ya, no se veía.

Piqué ha acudido a todas y cada una de las convocatorias, ya fueran partidos oficiales o amistosos, en España o fuera, cerca o lejos. Con pitos y sin ellos, con bronca y sin bronca, pero el desgaste ha sido continuo y lo sucedido en Albania, la gota que colmó el vaso, como él mismo explicó en la zona mixta, después de dejarle al periodista Ricardo Sierra las mangas de su camiseta para que las enseñara a cámara. Fue la última humillación. “No es una decisión de hoy, pero esta es una más”, dijo.

Le gusta el proyecto, tiene buen 'feeling' con Julen. Por eso, y pese al calentón, no anunció en Albania que lo dejaba ya, aunque se le pasó por la cabeza

Se enteró del follón que se había organizado nada más terminar el encuentro, porque se lo dijo Lopetegui, con el que asegura estar encantado. Le gusta el proyecto, la idea, tiene buen 'feeling' con el nuevo seleccionador y cree que la Selección tiene muy buena pinta. Por todo esto y pese al calentón, no anunció en Albania que lo dejaba ya, aunque se le pasó por la cabeza. Piqué cree en este equipo y se siente como en casa con los fisios, con María José Claramunt, la directora de la Selección española, con los compañeros; quiere acabar un ciclo y Rusia es el objetivo. Pero pese a todo esto, la decisión está tomada y es inamovible.

El catalán creía que el ruido, la sospecha, ya había quedado atrás, por lo que el nuevo episodio de Albania le golpeó como un mazo con la certeza de que haga lo que haga, nunca será suficiente. Está medio triste, él que siempre parece estar contento. Y lo siente también por los compañeros, lamenta ser el foco de un ruido constante, de un barullo que cree que no hará bien al grupo y que él no sabe cómo parar. Así que, con el enfado, anunció que dejará la Selección en 2018, y en los dos días que han pasado desde entonces no se ha movido ni un milímetro de su decisión. A la Federación española y a Julen Lopetegui les queda ahora respetar su decisión, seguir disfrutándole los dos años que quedan y empezar a buscarle un sustituto. Aparte de la afición y mucha de la prensa que le han buscado las cosquillas y tratado injustamente, con que dejen de hacerlo ya sería suficiente.

La decisión de Gerard Piqué de dejar la Sselección después del Mundial de Rusia en 2018 no tiene marcha atrás. El anuncio, en Albania y después de la absurda polémica por las mangas cortadas de la camiseta, no estaba previsto y sí fue consecuencia del disgusto del momento, pero el jugador no tomó la decisión el pasado domingo, así que es prácticamente imposible que recapacite, pese a los múltiples mensajes en sentido contrario que está recibiendo estos últimos días. Le han llamado de la Federación Española, del Barça, amigos, Julen Lopetegui... Su teléfono echa humo, pero agua. La decisión sigue siendo firme: después de Rusia, adiós.

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