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"Vete a 'Gran Hermano', chula": el primer árbitro gay denuncia amenazas de muerte
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denunció a la policía haber recibido amenazas

"Vete a 'Gran Hermano', chula": el primer árbitro gay denuncia amenazas de muerte

Jesús Tomillero Benavente revivió una vez más la pesadilla que le hizo dejar el fútbol hace meses: volvió a arbitrar y además de ser insultado constantemente, le amenazaron de muerte

Foto: Tomillero Benavente, en una imagen de archivo (Mariam A. Montesinos/EFE).
Tomillero Benavente, en una imagen de archivo (Mariam A. Montesinos/EFE).

A Jesús Tomillero Benavente, la vida le ha tratado mal por ser como es. Un día decidió que estaba harto de mentir y contó al planeta entero que era homosexual. En cualquier otro mundo, la publicación de su orientación sexual habría sido vista con absoluta normalidad (en un mundo correcto jamás habría hecho falta que publicase nada, pero no vivimos en ese planeta), pero en el del fútbol, profundamente retrógado y parte indispensable del heteropatriarcado, es visto como un reto a lo establecido. Y a Tomillero Benavente, como se le conoce como árbitro colegiado que es, su homosexualidad le ha llevado a ser no ya solo el centro de las burlas de los pocos aficionados que van a ver los partidos que dirige, sino que ahora han acabado con amenazas de muerte.

"El encuentro se detuvo en el minuto 48 porque un espectador simpatizante de C.D. La Salle se dirige hacia mí con las siguientes palabras: «Retírate que hay que ser maricón, vete a Gran Hermano, chula»". Así inicia el acta del partido entre el Atlético Zabal y La Salle de la Segunda División Andaluza (Cádiz) de la categoría infantil, en la que los niños tienen menos de 14 años. Ese día, el 10 de septiembre, fue el designado para que Tomillero Benavente regresara a los terrenos de juego después de anunciar su retirada a los 21 años el pasado mes de mayo. Esa frase ofensiva y homófoba fue sólo el principio de la historia.

"Fue por un compañero mío árbitro de Puerto Real, que estaba viendo el partido, empezó a insultarme", comenta Tomillero Benavente en conversación con El Confidencial. Por supuesto, los gritos llegaron a los oídos de Jesús, que inmediatamente mandó parar el partido y pidió al delegado que echase a ese individuo de las instalaciones, o se suspendería el encuentro. Esta persona fue invitada a abandonar el campo, lo cual hizo acompañado por los directivos del Atlético Zabal y el delegado de campo.

Todo esto ocurrió después de señalar un penalti a favor del Atlético Zabal. Una vez realizado el lanzamiento, y fallado, el agresor volvió al campo y le espetó: "Eres un maricón de mierda". De nuevo, los directivos y el delegado le instan a marcharse, pero esta vez no lo consiguen y Tomillero Benavente suspende el encuentro y se marcha a los vestuarios. Ya una vez allí, se le acerca Enrique Huertas, que le asegura pertenecer a la Real Federación Andaluza de Fútbol, pero que nunca le muestra su documentación federativa. "Se presentó exigiéndome que continuara el partido, amenazándome que si no continuaba pitando me iban a sancionar", aunque hasta el momento de la conversación de este portal con la víctima no ha tenido constancia alguna de la Federación. Finalmente volvió al campo y acabó el partido.

"Después del partido, cuelgo el acta en las redes sociales y a raíz de eso me llama Radio Nacional de España y les digo que iba a denunciar a la Policía Nacional. Interpuse la denuncia y me han empezado a llegar amenazas de muerte por Twitter diciendo que si continúo arbitrando me van a cortar la pierna o incluso me van a matar". Jesús narra los hechos con voz temblorosa, todavía con el miedo metido en el cuerpo. "No paro de llorar, tengo una punzada en el pecho y no sé qué hacer".

"Lo que espero es que tomen medidas con ese árbitro para que no pueda volver a pitar. La gente se está acostumbrando a insultarme y amenazarme y que la Federación no haga nada contra esto me parece muy lamentable. Creo que nadie se merece eso", dice Tomillero Benavente muy afligido. Lo único que ha sucedido es que a ese árbitro que le insultó reiteradamente le ha caído una sanción de 150 euros y tres partidos de sanción. Precisamente estas bajísimas sanciones fueron las que le llevaron a colgar el silbato en mayo, harto ya de ser humillado y ver cómo nadie hacía nada para remediarlo. "Ver a todo el mundo riéndose de mí me superó", dijo en su momento.

Volvió para "no darle el gusto a esa gente"

Por entonces, habían pasado ya un par de meses desde que hiciera pública su homosexualidad, en marzo. En ese mes, un utillero de la Peña Madridista Linense, uno de los clubes del partido que dirigía, le dijo: "Eres un comepollas y te gusta que te partan el culo, maricón. Te espero fuera". Un rato después, mientras Jesús ya estaba en los vestuarios, le tiró piedras por la ventana. Ese aficionado tuvo que pagar 30 euros en forma de sanción, además de no poder sentarse en el banquillo durante nueve partidos. Harto de todo, lo dejó.

Pero no quería rendirse tan pronto. "No quería darles el gusto a esas personas que quieren que lo deje. No me da la gana de darles lo que quieren". Quiere ser valiente, aunque le cuesta por todo lo que ha vivido en estos meses de una dureza psicológica extrema. Sin embargo, se siente muy orgulloso de ser el creador de la primera asociación que lucha por erradicar la homofobia en el fútbol, 'Roja Directa Andalucía LGTBI'. "Tenía que volver al arbitraje no sólo por mí, sino por todas las personas que estamos sufriendo dentro del mundo del deporte y no teníamos amparo de nadie. Qué mejor que luchar desde dentro".

Él sabe mejor que nadie lo difícil que es en este país reconocer públicamente una determinada orientación sexual que no sea la que el 'establishment' cree idónea. Desde que lo hizo se convirtió en una persona viral y su caso llegó a toda España, incluso al Parlamento Europeo, donde dio un discurso. Esta popularidad le ha ocasionado más problemas que beneficios. "Incluso la Policía me dijo que cuanta más gente me conociese, más me van a insultar y amenazar". Hasta duda de si hizo lo correcto anunciándolo. "Me arrepiento por todo lo que me está pasando, pero con mi caso creo que he podido ayudar a más personas".

Pese a lo conocido que es su caso, pocas personas de dentro del fútbol se han puesto en contacto con él para ayudarle o mostrale apoyo. "He llamado a mi partido, el Partido Popular de la Línea de la Concepción, y su cabeza visible, que es policía nacional y directamente ha llamado al comisario para que esté conmigo. Incluso Cristina Cifuentes retuiteó el acta. Los medios de comunicación también están volcándose conmigo. Y me ha llamado el candidato a la RFEF, Miguel Galán, dándome su apoyo, pero nadie más. Nadie más del fútbol".

A partir de ahora, Jesús quiere tomarse un tiempo de tranquilidad para intentar recuperar su vida normal. Acudirá a un partido benéfico en Barcelona y ese será "su último partido en un tiempo". Ojalá ese tiempo sea el más corto posible.

A Jesús Tomillero Benavente, la vida le ha tratado mal por ser como es. Un día decidió que estaba harto de mentir y contó al planeta entero que era homosexual. En cualquier otro mundo, la publicación de su orientación sexual habría sido vista con absoluta normalidad (en un mundo correcto jamás habría hecho falta que publicase nada, pero no vivimos en ese planeta), pero en el del fútbol, profundamente retrógado y parte indispensable del heteropatriarcado, es visto como un reto a lo establecido. Y a Tomillero Benavente, como se le conoce como árbitro colegiado que es, su homosexualidad le ha llevado a ser no ya solo el centro de las burlas de los pocos aficionados que van a ver los partidos que dirige, sino que ahora han acabado con amenazas de muerte.

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