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De la patada de Florentino al descenso del Newcastle: el 'annus horribilis' de Benítez
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una nefasta temporada para olvidar

De la patada de Florentino al descenso del Newcastle: el 'annus horribilis' de Benítez

Ganó el Sunderland al Everton y se confirmó el descenso del Newcastle de Rafa Benítez, que firma la peor temporada de su carrera tras ser despedido por el Real Madrid

Foto: Rafa Benítez no pudo frenar la imparable caída del Newcastle, que descendió de categoría (Reuters)
Rafa Benítez no pudo frenar la imparable caída del Newcastle, que descendió de categoría (Reuters)

Llegó con la ilusión de un principiante. El sueño de su vida se cumplió cuando recibió la llamada del Real Madrid. Volvía a su club, a su casa… Eso sucedía hace casi un año, cuando estaba a punto de fichar por el West Ham. El regresa a la Premier League quedaba aparcado hasta mejor ocasión porque entrenar a su equipo fue un deseo largamente soñado. Ahora, acaba la temporada, el año futbolístico, y lo hace de la peor manera posible para el técnico. Hace unas semanas se embarcó en una complicada aventura y no ha podido terminar de peor manera. El descenso del Newcastle quedó sellado tras el triunfo logrado este miércoles por el Sunderland en su cita con el Everton (3-0). Las matemáticas condenan a las 'urracas' de Rafa Benítez, que firma de esta manera su particular 'annus horribilis'. Peor, imposible.

Ni en sus peores sueños podía imaginar un desenlace tan áspero cuando el ejercicio se puso en marcha en el mes de julio de 2015. Su reto era competir con el Barcelona por recuperar la supremacía en Europa y España. El equipo de Luis Enrique acababa de firmar un triplete -Champions, Liga y Copa- histórico y el técnico había sido captado por el club blanco para frenar al gran enemigo, sin olvidar al enérgico Atlético de Simeone. Rafa lloró a principios de junio, cuando fue presentado en sociedad, poco después de que Florentino Pérez llenara su discurso de loas hacia el estratega contratado. “Respira madridismo desde niño y deseaba afrontar este reto. Tu nombre es garantía de esfuerzo, el club tiene la fortuna de contar con uno de los mejores entradores del mundo”, dijo entre otras cosas el presidente. Benítez, emocionado, apenas pudo articular palabra cuando le tocó hablar. Esa emoción se empezó a desvanecer muy pronto...

Apenas llevaba unos días entrenando al Real Madrid. pero ya empezó a vislumbrar que entrenar al equipo de sus sueños podía acabar siendo una mala elección. Intuyó que el camino se iba a llenar de espinas -como así fue- y que iban a ser demasiadas las piedras que iban a aparecer en su camino. Muy pronto empezaron a llegar mensajes de presidencia que le pusieron en alerta. 'Indicaciones' de Florentino Pérez que le empezaron a abrir los ojos. Un tipo curtido en el fútbol inglés, en el que la figura del entrenador/mánager suele ser muy respetada en todos los clubes, se topaba de bruces con la cruda realidad del Real Madrid. Una que nunca hubiera podido imaginar. Una realidad con la que tuvo que convivir durante dos años un Carlo Ancelotti que podría hablar -y mucho, como otros colegas- de algunos 'consejos' envenenados.

Un ambiente casi irrespirable

Cuando tuvo la certeza de que era el propio presidente el primero en ponerle palos en las ruedas, llegó a la conclusión de que su fecha de caducidad estaba más próxima de lo previsto. Con el vestuario nunca estuvo bien conectado y diferentes episodios le dejaron marcado. La empatía entre técnico y vestuario fue prácticamente nula, sobre todo con pesos pesados como Cristiano Ronaldo, y la afición, además, le mostró muy poco cariño. Los silbidos se fueron extendiendo poco a poco en las gradas del Santiago Bernabéu hasta generarse un ambiente casi irrespirable. Florentino Pérez inclinó el dedo pulgar a principios de enero, entendiendo que no quedaba más remedio para intentar reflotar una nave que se hundía.

Muy pocos recuerdos agradables se llevó Rafa Benítez de su corta estancia en el Real Madrid. Contados. Pensaba que las cosas funcionaban de una manera y se dio cuenta de que los engranajes de la instituición se movían de otra. Esperaba que la grandeza y los valores que siempre caracterizaron al club blanco siguieran intactos. No, no fue eso lo que se encontró en la capital. No obstante, algunas decisiones deportivas que tomó -las justas- tuvieron con el tiempo consecuencias positivas para el equipo. Apostó por recuperar a Casemiro y fichar a Lucas Vázquez, dos jugadores que han encontrado su sitio en un equipo lleno de estrellas. El primero se ha hecho con la titularidad y el segundo ha ofrecido un rendimiento más que notable.

El hábitat perfecto

Se fue a Wirral, cerca de Liverpool, donde reside desde hace años junto a su familia, y allí empezó a digerir como pudo el mal trago. En el horizonte, el anhelo de entrenar de nuevo en un club de la Premier League, el hábitat en el que se siente más a gusto y donde es respetado. A finales de febrero empezó a recibir llamadas del Newcastle, un histórico que atravesaba una crisis galopante. Nadie comprendió su decisión, ni siquiera las personas más cercanas, pero a principios de marzo el club británico anunciaba su fichaje. Una más que arriesgada decisión, como el tiempo se ha encargado de demostrar.

Rafa Benítez llegó a Newcastle envuelto en cariño y aprecio. Por parte del club, de los jugadores y de la afición. Sobre todo de la afición, que de principio a fin le ha mostrado un enorme afecto, que no ha podido corresponder. Firmó por tres temporadas, pero con una cláusula liberatoria en el caso de descenso, como por desgracia ha sucedido. El entrenador madrileño llegó con unas ganas tremendas de impulsar al equipo y convencido de que lo lograría. Pero en cuanto conoció la realidad tras varios días a pie de campo, comprendió que la empresa no sería nada sencilla. Al final ha sido imposible y el Newcastle regresa a la Championship. A Rafa Benítez le toca remar para recuperar un sitio de relevancia en el fútbol mundial. Una dura batalla por delante tras una temporada marcada por la decepción y el fracaso.

Llegó con la ilusión de un principiante. El sueño de su vida se cumplió cuando recibió la llamada del Real Madrid. Volvía a su club, a su casa… Eso sucedía hace casi un año, cuando estaba a punto de fichar por el West Ham. El regresa a la Premier League quedaba aparcado hasta mejor ocasión porque entrenar a su equipo fue un deseo largamente soñado. Ahora, acaba la temporada, el año futbolístico, y lo hace de la peor manera posible para el técnico. Hace unas semanas se embarcó en una complicada aventura y no ha podido terminar de peor manera. El descenso del Newcastle quedó sellado tras el triunfo logrado este miércoles por el Sunderland en su cita con el Everton (3-0). Las matemáticas condenan a las 'urracas' de Rafa Benítez, que firma de esta manera su particular 'annus horribilis'. Peor, imposible.

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