Es noticia
Saúl, del videojuego a la realidad
  1. Deportes
  2. Fútbol
El atlético se juega la liga contra el rayo

Saúl, del videojuego a la realidad

El centrocampista atlético hizo contra el Bayern la jugada que repitió una y mil veces jugando al FIFA. Se enfrenta al Rayo de Paco, que le llegó a poner a jugar de central

Foto: Saúl deja por el suelo a Xabi Alonso camino de su gol ante el Bayern (Reuters)
Saúl deja por el suelo a Xabi Alonso camino de su gol ante el Bayern (Reuters)

Saúl hizo contra el Bayern el gol que, a buen seguro, ha marcado unas cuantas veces en la videoconsola. Cuando estaba en el Rayo quedaba con otros jugadores de la plantilla, entre ellos el exatlético Leo Baptistao, y se pasaba horas delante de una pantalla exprimiendo el FIFA . Era el típico joven con cierto enganche por la realidad virtual que, en su caso, se ha traspasado a la vida real. El sueño se cumplió en el Calderón, con la grada rugiendo y él haciendo un eslalon imposible. Un gol para el recuerdo, como lo es la chilena que le marcó al Real Madrid. La carta de presentación de un chico en cuyo DNI aún aparecen 21 años.

Saúl pasó la mili en Vallecas. Llegó con 19 años a un equipo que tenía que salvarse con un presupuesto sucinto, el acostumbrado en la entidad, y un entrenador creativo en el banquillo. Paco Jémez es una de las grandes personalidades del fútbol español, un tipo que ha puesto en práctica todas sus ideas en el Rayo. Para bien y para mal. Lo que nadie puede decir de él es que sea previsible. Este sábado podrán saludarse, pues se enfrentan los dos equipos que le han visto en Primera. Con todo en juego: los rojiblancos la Liga, los franjirrojos la vida en forma de permanencia.

[Saúl emerge ante el madridista Alonso]

El niño llegó cedido y después de hacer la pretemporada con el Atlético, pero se puso los galones nada más entrenar en el vestuario. Un talento así no tiene discusión. Paco lo vio pronto y le hizo jugar tanto como pudo. Disputó 34 partidos de liga y en los que no estuvo siempre fue por sanción o lesión. Se sabía de antemano que Saúl jugaba, porque era clave en el equipo. En su caso la pregunta era dónde iba a ponerse en el campo. Porque Paco decidió que Saúl iba a ser el comodín y como tal lo utilizó. Lo mismo le ponía de interior que de central, de mediocentro o de enganche. No había zona del campo en la que no pudiese ser alineado. "Saúl puede jugar de lo que quiera y cuando quiera", decía por aquel entonces Paco, empeñado como estaba en hacer buena su frase.

La navaja suiza de Paco

El Rayo se salvó con nota y nadie duda que sin Saúl hubiesen estado las cosas mucho más difíciles. Su producción ofensiva, sobre todo en la zona de gol, fue escasa, pero también porque Paco había decidido que lo quería para todas las demás artes del fútbol. Un centrocampista fino y con llegada que terminó siendo habitual en el centro de la defensa. Un joven que se comía el campo, que lo abarcaba sin necesidad de ponerle apósitos alrededor. Porque esa es una de sus cualidades, los metros de terreno que son suyos por su despliegue futbolístico. Saúl, el chico que aún no tiene 22 años y que el otro día dejó por los suelos a la defensa del Bayern de Múnich, dejó claro en el Rayo que el futuro es suyo, algo que hoy en día se sabe con aún más consistencia.

Cuando terminó su aventura por Vallecas volvió a casa. Allí le esperaba Simeone, un entrenador contrastado que acababa de ser campeón de Liga y que solo tenía un problema: tiende a desconfiar de los jóvenes. Para jugar en el Atlético hay que pasar más pruebas que Hércules, no vale con tener talento o soltura con el balón, hay que demsotrar que no se va a fallar. Se necesita estar imbuido en la filosofía del club y saber cuestiones necesarias como la solidaridad en el repliegue o la supresión de los riesgos.

El contraste debió ser radical para Saúl, de un equipo pequeño en el que se invita a correr riesgos a otro mucho más grande construido desde la prudencia. Era algo que tenía que aprender y le costó meses entrar en los planes de una manera habitual. En el Rayo llegaron a imaginar su vuelta en invierno, confiados de que el Atlético prefiriese dejarles al jugador antes que tenerle en el banquillo marchitándose. No, Simeone se lo quedó y para final de año ya entraba con frecuencia en la mezcla de jugadores habituales en su plan de trabajo. Aunque no de titular.

Saúl fue poco a poco ganándose la confianza del Cholo hasta convertirse en una figura clave. El talento, que se impone. Hoy no hay equipo de gala en el que no se sitúe al madrileño, y su productividad, alta en todo caso, parece acrecentarse aún más cuando el rival es de campanillas. Porque la imagen del gol del Bayern quedará para siempre en la retina de todos, pero quince días antes, en la vuelta contra el Barcelona, ya demostró que las piernas no le tiemblan cuando suena el himno de la Champions. El primer gol del Atlético fue un buen testarazo de Griezmann que surgió de las botas de Saúl. Con el exterior, y en una posición no muy escorada, se inventó un envío que terminó besando las mallas de Ter Stegen.

El todocampista

Esos dos goles, especialmente el del Bayern, demuestran que el fútbol no tiene secretos para Saúl, pero más allá del momento que escogen los resúmenes hay que ver el desarrollo completo del juego del interior. Porque cualquiera que se detenga a observarle se puede dar cuenta de su incidencia en todas las fases del partido. Roba, distribuye, aparece en todas partes, peina balones porque tiene la altura suficiente para imponerse en el juego aéreo... es tan bueno que, como decía Paco, vale para cualquier cosa.

[El Bayern se queja de un césped que fue una alfombra para Saúl]

El futuro, ciencia oculta, dirá más de los límites de Saúl, que no parecen haber llegado aún. "Entendíamos que sus condiciones eran distintas y espectaculares para ser un gran jugador. Tengo claro que puede ser mejor de lo que es. El gol al Bayern es una guinda al trabajo, pero ha hecho una buena temporada desde que empezó. Lo mejor de él está por llegar, porque cuando está armado de moral es capaz de hacerlo todo bien", contaba Paco Jémez en la previa de este partido.

"Lo tiene todo para jugar, es inteligente y tiene una familia que sabe qué es esto, se reúnen todos los requisitos indispensables para que pueda estar muchos años", remarcaba admirado el técnico rayista. Saúl es hijo de futbolista y hermano de futbolistas. El Rayo le sirvió a él tanto como él sirivió al Rayo, y es el propio entrenador el que enfatiza eso: "Tenemos que agradecerle que estuviese con nosotros y al Atlético que nos lo dejara, más allá de lo que aprendiera en Primera los grandes beneficiados fuimos nosotros".

Imbuido en el cholismo

Saúl se curtió en Vallecas, pero en el Atlético ha aprendido cosas nuevas que le han dado una nueva dimensión. La escuela de Simeone ha dejado poso en él y solo hay que escucharle para darse cuenta de ello. "No llegué a defender en una jugada y por eso pedí el cambio", contaba después del partido contra el Bayern. La frase no es una más, es una muestra de que ha entendido los conceptos y de que, para él, el equipo está por encima de cualquier otra cosa. Pedir el cambio en un partido así, renunciar a la gloria personal para que el equipo florezca, es solo una muestra más de la implicación que su técnico consigue de sus pupilos. Quien no entiende esto, no juega.

Su entrenador aplica con él la doctrina espartana que le caracteriza. Cuando todo a su alrededor es asombro y elogio él invita a poner los pies en la tierra. "Saúl está viviendo un buen presente y, lo que mejor llo va a acercar a seguir rindiendo, es aislarse de todo lo bueno que se está diciendo de él para seguir en esta línea", decía en la rueda de prensa previa al partido.

A Saúl no le importará seguir esa misma línea, él ya es tan cholista como el propio cholo. Seguirá marcando sus goles en el videojuego hasta la siguiente ocasión en la que pueda convertir en carne lo que antes solo eran píxeles.

Alineaciones probables

Saúl hizo contra el Bayern el gol que, a buen seguro, ha marcado unas cuantas veces en la videoconsola. Cuando estaba en el Rayo quedaba con otros jugadores de la plantilla, entre ellos el exatlético Leo Baptistao, y se pasaba horas delante de una pantalla exprimiendo el FIFA . Era el típico joven con cierto enganche por la realidad virtual que, en su caso, se ha traspasado a la vida real. El sueño se cumplió en el Calderón, con la grada rugiendo y él haciendo un eslalon imposible. Un gol para el recuerdo, como lo es la chilena que le marcó al Real Madrid. La carta de presentación de un chico en cuyo DNI aún aparecen 21 años.

Bayern Múnich Paco Jémez Antoine Griezmann
El redactor recomienda