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Un año sin jugar al fútbol no le roba la ilusión a Pepito Rossi, que vuelve a nuestra Liga
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con el levante buscará un sitio en la eurocopa

Un año sin jugar al fútbol no le roba la ilusión a Pepito Rossi, que vuelve a nuestra Liga

Hace cuatro años y tres meses, Rossi se rompió el cruzado en el Bernabéu. En todo este tiempo, sólo ha jugado 44 partidos, ninguno la temporada pasada. En el Levante espera volver a empezar

Foto: Rossi ha vuelto a jugar este año tras una temporada parado (EFE).
Rossi ha vuelto a jugar este año tras una temporada parado (EFE).

Desde el 26 de octubre de 2011 han sucedido muchas cosas en el Villarreal. Entre otras, jugó en Segunda División, lo cual sirvió para sanear la plantilla y refrescar las ideas, que como el agua estancada, empezaban a coger moho por la comodidad de jugar siempre entre los mejores. Ese Villarreal bajó porque se fue Santi Cazorla, pero también porque Rossi iba a estar año y medio sin jugar al fútbol. Ese día, en el Santiago Bernabéu, Rossi dejó de ser. Han pasado cuatro años y casi tres meses desde que 'Pepito' se rompiera por primera vez el ligamento cruzado. En estos cuatro años y pico, el italiano de Nueva York ha jugado cuarenta y cuatro partidos, cuando la media que suele jugar un equipo en competición europea es de unos cincuenta por temporada. Cualquiera se habría rendido.

Rossi aguantó, tuvo paciencia, sabía que habría un día en que su cuerpo le respondería, que no habría ninguna otra fibra que se rompiese cuando hacía lo que más le gusta hacer. Desde que volvió a jugar el pasado 30 de agosto, Rossi no ha sufrido ningún tipo de recaída, ningún tipo de molestia física, siempre ha estado a disposición de su entrenador Paulo Sousa, solo que el portugués siempre ha preferido en su lugar a Nikola Kalinic. El problema, o la virtud, más bien, que tiene Pepito es que no sabe detenerse ante la adversidad. Cada lesión era un suplicio, una plaga mitológica que recaía únicamente sobre él, como si fuera el primogénito de todo el fútbol, y él lo recibía con dolor, con sumisión y con motivación para volver más fuerte. O para volver, simplemente, que no es poco, tras tantas visitas al hospital.

Y por tanto, tiende siempre a querer más. Si estaba lesionado, quería recuperarse. Si estaba recuperado, quería entrenar. Si entrenaba, quería jugar. Y si jugaba, quería jugar más. El proceso lógico de cualquier futbolista, de cualquier deportista, por extensión. En el deporte de equipo, sin embargo, no decide el jugador, sino el entrenador, si el jugador en cuestión debe o no participar. Sousa prefirió al croata. Rossi, plenamente recuperado, se siente con ganas de aportar, de ser útil y, sobre todo, de sentirse útil, de tener contacto cada fin de semana con el balón, de oler la hierba, de marcar goles.

He dado el máximo. Pero es difícil cuando las ocasiones son pocas y no continuas. El fútbol es mi vida y si me lo quitas, no puedo ser feliz

Por todo ello, Rossi quiso salir de Florencia, una ciudad que enamora a todo aquel que se atreve a mirarla fijamente. Giuseppe era feliz en la Toscana. A pesar de estar situada a mitad de la península itálica, tiene el ambiente familiar más propio del sur, la belleza de la gloria ancestral italiana, y unas extensiones de prados donde cualquier persona encontraría un lugar para retirarse del mundo y simplemente dedicarse a disfrutar de la vida. Pero a parte de sentirse a gusto en la región, Rossi tenía especial cariño a la afición 'viola'. Si no son capaces de imaginar la esperanza e ilusión que puso la 'tifoseria fiorentina' sobre Rossi, piensen en la guasa que se creó en el Real Madrid cuando se fichó a Woodgate lesionado y no jugó prácticamente en su primer año. Eso le sucedió a Rossi en Florencia, y aun así, le adoraban, le esperaban, le añoraban.

Y por eso ha querido despedirse con únicamente palabras de aprecio hacia esa grada. Este jueves, el delantero recibió dos tuits en su perfil oficial en el que le criticaban. La aficionada de la Fiorentina le decía que a pesar de admirarle "como a ningún otro en el mundo del fútbol", se sentía "traicionada", porque le habían "esperado tanto" y ahora él se iba "así como así", lo cual "molesta mucho". A lo que Rossi contestó: "Soy yo el primero en sentirse triste porque tengo una deuda con los 'tifosi viola'. He dado el máximo en todo lo que he hecho con las terapias, los entrenamientos, en estos últimos tiempos porque quería seguir ofreciéndoos emociones en el campo. Pero es difícil hacerlo cuando las ocasiones son pocas y no continuas. El fútbol es mi vida y si me lo quitas, no puedo ser feliz. Espero que usted y los aficionados puedan entenderme porque quiero recuperar la sonrisa. Siempre tendré la 'Viola' en el corazón y no podré olvidar jamás los ánimos que me habéis dado los domingos".

Del Levante... ¿a Francia?

Esa salida de la que habla Giuseppe Rossi es el Levante Unión Deportiva. El italiano vuelve a nuestra Liga, el lugar en el mundo donde más feliz ha sido, donde más sonrisas ha regalado, donde más goles a marcado. Y lo hace de una manera especial, como no podía ser de otra manera. Es precisamente el Villarreal el que se prepara para recuperarle. De granota estará seguro hasta junio. Después, dependiendo del rendimiento (y, siendo él, de su estado físico), el Villarreal tiene una opción preferencial para comprar su pase por unos 5 millones de euros. Aun así, esa aficionada de la Fiorentina puede que vuelva a ver a Rossi de 'viola', porque la Fiorentina tendrá una cláusula de recompra.

Por supuesto que ahora en lo único que piensa Rossi es en volver a jugar con regularidad, sentirse futbolista durante un mes entero jugando 90 minutos sin pensar en que algún ligamento pueda hacer 'crack'. Luego, si se dan las cosas bien, mantener al Levante en Primera División. Pero en el fondo, a Rossi lo que más ilusión le haría sería que Antonio Conte se acordase de él para la Eurocopa de Francia. Antes de romperse los ligamentos por tercera vez, Rossi era un fijo para Cesare Prandelli. Y nada hace indicar que, si recupera el ritmo y su olfato de gol, no lo sea también para Conte. Y si después de eso, llega el Villarreal, habrá completado el círculo.

Desde el 26 de octubre de 2011 han sucedido muchas cosas en el Villarreal. Entre otras, jugó en Segunda División, lo cual sirvió para sanear la plantilla y refrescar las ideas, que como el agua estancada, empezaban a coger moho por la comodidad de jugar siempre entre los mejores. Ese Villarreal bajó porque se fue Santi Cazorla, pero también porque Rossi iba a estar año y medio sin jugar al fútbol. Ese día, en el Santiago Bernabéu, Rossi dejó de ser. Han pasado cuatro años y casi tres meses desde que 'Pepito' se rompiera por primera vez el ligamento cruzado. En estos cuatro años y pico, el italiano de Nueva York ha jugado cuarenta y cuatro partidos, cuando la media que suele jugar un equipo en competición europea es de unos cincuenta por temporada. Cualquiera se habría rendido.

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