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Augusto, una creación de Luis Enrique que volverá a disfrutar Simeone
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pasó de extremo derecho a mediocentro

Augusto, una creación de Luis Enrique que volverá a disfrutar Simeone

El argentino está cerca de firmar su contrato con el Atlético y mientras sigue entrenándose con el Celta. Fue una de las invenciones de Luis Enrique que años después le convierten en un gran fichaje

Foto: La reconversión de Augusto le valió un puesto en la Albiceleste (Reuters).
La reconversión de Augusto le valió un puesto en la Albiceleste (Reuters).

Es uno de los movimientos del mercado de invierno y esto ni siquiera ha empezado. Augusto Fernández jugará en el Atlético de Madrid a partir del 4 de enero, día en que se permite volver a contratar jugadores en nuestra Liga. El siguiente fin de semana, si lo desea Diego Pablo Simeone, podrá alienarlo por primera vez. La casualidad hace que ese potencial estreno lo tenga que hacer en el lugar del que ha salido, Vigo. El Celta recibe al Atlético para abrir el 2016 y con los rojiblancos podría jugar el que es hoy todavía capitán celtiña. Paradójicamente, nada de esto estaría por producirse si no se hubiera producido la indispensable intervención de un actor en principio ajeno a este embrollo: Luis Enrique.

El entrenador del Fútbol Club Barcelona ha sido indispensable en el desarrollo de la carrera de Augusto Fernández. Paco Herrera fue el que lo trajo a España, el que le hizo consolidarse en el fútbol europeo después de un paso efímero y poco exitoso por el Saint-Étienne. Augusto fichó como extremo, que era donde jugó en River y en Vélez, sus dos clubes en Argentina. Y en realidad, su papel como jugador de banda fue realmente bueno, llegando a debutar con la Albiceleste en 2011 en un Superclásico de las Américas contra Brasil. Pero no dejaba de ser un buen futbolista más, sin tener taras pero sin destacar en prácticamente nada tampoco.

El primero al que se le ocurrió poner a Augusto de mediocentro fue a Daniel Passarella. El 'Kaiser' argentino volvió a entrenar a River en 2006. No obtuvo el éxito de los inicios de los 90 ni mucho menos los que logró como jugador. Pero entre medias, se le ocurrió probar con Augusto Fernández en el doble pivote. No fue una posición en la que se asentase Augusto. En Francia volvió a la banda y en Vélez no se movió de la derecha. Incluso Luis Enrique quedó convencido por el argentino como extremo, pero algo empezó a cambiar en la manera de jugar del 'negro'.

"Le gustaba -a Luis Enrique- jugar con interiores dinámicos que lleguen al vacío desde la segunda línea. Él veía que yo tenía capacidad para llegar y le gustaba mucho el cruce entre el extremo y el interior por la derecha. Que invirtieran los roles. Rafinha jugaba muchas veces por la derecha, y al ser zurdo se venía para adentro, y yo desde adentro terminaba en una posición de extremo. El cambio comenzó así", dice el propio Augusto Fernández en una reciente entrevista concedida a 'El País'. Era el que mejor entendía la movilidad que necesitaba Luis Enrique y el que mejor se adaptaba a ella por sus cualidades físicas y su inteligencia táctica. Esa variación posicional se inició de manera casual, improvisada y acabó siendo concienzuda y definitiva.

Con el Toto Berizzo esa demarcación se radicalizó. La retirada de Borja Oubiña dejó un hueco a llenar en el lugar del pivote defensivo y en la capitanía. Y Berizzo no lo dudó. Había visto cómo había funcionado Augusto en el centro con Luis Enrique y le dio directamente los mandos a su paisano para que ocupase de manera permanente el mediocentro y portase el brazalete en el brazo. Tuvo que esperar a que se recuperase de una fastidiosa lesión, pero ya en febrero no había dudas. Augusto era el timón del Celta, un cambio que le gustó a él, al entrenador, a la afición celtiña... y al Atlético de Madrid.

Probablemente, sin la lesión de Tiago Mendes, Simeone nunca habría pedido la contratación de Augusto. Pero desde que se produjo ese infortunio, el Cholo giró la mirada a Vigo y recordó lo que le gustó ese chico joven y agresivo que conoció en River Plate y con el que ganó un Torneo Final. Ahora está convencido de que ese chaval ha llegado a la madurez como futbolista, que la experiencia atesorada con 29 años le hacen un líder nato y que lo realizado en el Celta con la presión bajo la que vive un pivote en Balaídos le convierte en el sustituto natural de Tiago. La baja del portugués será menos dolorosa... y cuando regrese, Simeone tendrá hasta problemas para elegir con Augusto, Kranevitter, Saúl, Thomas y el propio Tiago.

Es uno de los movimientos del mercado de invierno y esto ni siquiera ha empezado. Augusto Fernández jugará en el Atlético de Madrid a partir del 4 de enero, día en que se permite volver a contratar jugadores en nuestra Liga. El siguiente fin de semana, si lo desea Diego Pablo Simeone, podrá alienarlo por primera vez. La casualidad hace que ese potencial estreno lo tenga que hacer en el lugar del que ha salido, Vigo. El Celta recibe al Atlético para abrir el 2016 y con los rojiblancos podría jugar el que es hoy todavía capitán celtiña. Paradójicamente, nada de esto estaría por producirse si no se hubiera producido la indispensable intervención de un actor en principio ajeno a este embrollo: Luis Enrique.

Diego Simeone
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