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Cristiano Ronaldo está harto: las claves de una 'tristeza' que huele a despedida
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su relación con rafa benítez es muy tensa

Cristiano Ronaldo está harto: las claves de una 'tristeza' que huele a despedida

Siente aspereza donde antes todo era de seda. No le gusta el entrenador. Sus desencuentros con la gente del club son cada vez más frecuentes. No disimula su tristeza. Se quiere ir del Real Madrid...

Foto: Todo apunta a que la presente será la última temporada de Cristiano Ronaldo en el Real Madrid (Reuters)
Todo apunta a que la presente será la última temporada de Cristiano Ronaldo en el Real Madrid (Reuters)

No es ningún secreto que las relaciones entre Cristiano Ronaldo, el crack del Real Madrid, y el club blanco se encuentran en su momento más bajo desde que viste la camiseta blanca. Siente aspereza donde antes todo era de seda. No le gusta el entrenador. Sus desencuentros con la gente del club son cada vez más frecuentes. No disimula su tristeza y esta 'saudade' es mucho más profunda y grave que la que le ocurrió hace tres años. Cristiano Ronaldo se quiere ir del Real Madrid.

Aunque en el entorno y en el círculo más próximo de Jorge Mendes, su amigo y representante, lo nieguen en redondo y sigan asegurando que “Cristiano piensa retirarse en el Real Madrid”, nada de eso se le pasa por la cabeza al jugador y, por supuesto, tampoco en Gestifute (la oficina de Mendes).

Dice un compañero del equipo sobre Cristiano que el portugués “es un libro abierto”. Lo dice porque el futbolista jamás oculta su estado anímico. Si está alegre o si está enfadado. Ahora vuelve a estar triste. Como aquel final del verano de 2012, cuando el Real Madrid se llevó cómodamente los tres puntos ante el Granada con Cristiano Ronaldo aportando dos goles. Pero no celebró ninguno, bajó los brazos. Después, ante los periodistas, CR7 dijo estar “triste”, porque no se sentía querido. No se movieron los cimientos del Bernabéu por la impresión, pero sí hicieron piña con el portugués sus compañeros de vestuario, en particular los más veteranos.

Cristiano, un futbolista pasional, se mueve por radiaciones emotivas, necesita sentir el calor y el afecto de los suyos, sobre todo de los jugadores que visten la misma camiseta. Es extremadamente celoso, casi tanto como competitivo. En aquellas fechas, que alguien de su núcleo duro como Marcelo declarase que Iker Casillas era merecedor del Balón de Oro de aquel año (al final se lo llevaría Messi), le supo a CR7 a traición; las relaciones con el brasileño sufrieron un serio deterioro que solo cicatrizó muchos meses más tarde.

No le gusta el 'método Benítez'

En el Real Madrid creyeron que el motivo de la súbita 'saudade' del jugador se debía primordialmente al tibio empeño del club en las negociaciones para su renovación. Por eso se llamó con urgencia a Jorge Mendes, por entonces amigo, que tranquilizó a Florentino Pérez de que “todo marchaba bien” y que su pupilo se sentía “muy cómodo en Madrid y en el Real Madrid”.

Pero meses más tarde la rueda giró y de nuevo vuelve a ser noche oscura en el día a día entre Cristiano y el Real Madrid. La cadena de desencuentros y gestos que se cruzan jugador y club comienza a ser extensa. Aquel gesto de Cristiano Ronaldo acercándose a la oreja de Laurent Blanc, entrenador del París Saint Germain, no tuvo nada de espontáneo, tan “natural” como la celebración del penalti que significó el 4-1 en la final de Lisboa. De un tiempo a esta parte, el crack portugués no deja nada a la improvisación, todo es premeditado. Nada se le interpone. Ni un mal resultado. Ni la pésima actuación individual y del equipo. Primero se encuentran sus planes, luego todo lo demás.

El recibimiento que le brindó a Rafa Benítez en el verano alcanzó un grado de gélida grosería, con pelotazos a destiempo y caras muy largas. Los métodos nada flexibles de Benítez nunca le gustaron, Cristiano prefería mucho más balón, más al libre albedrío, como los entrenamientos pachangueros de Carlo Ancelotti, el mejor amigo que ha tenido de todos sus técnicos, a excepción, claro está, de sir Alex Ferguson, su padre deportivo.

El PSG en el horizonte

Y con los compañeros tampoco prodiga más afecto del necesario. Está a la que salta. Mal gesto el suyo cuando al final del partido Sevilla-Real Madrid, Sergio Ramos quiso hacer una señal de camaradería y el sevillano se quedó con la mano en el aire. Tras el negro segundo tiempo del futbolista (y del equipo en general), lo que quería CR7 era llegar al vestuario por la vía de urgencia.

Al día siguiente, ni un mal resultado podía arrebatarle la sonrisa en la premier de su documental en Londres. Allí reunió una gama de celebridades amistosas, con Alex Ferguson y Carlo Ancelotti, con su inseparable Jorge Mendes, además de su familia y amigos íntimos. Pero nadie del Real Madrid presente, ni directivos ni jugadores. Fue la escenificación de una separación que se está cociendo a fuego lento y que viene de lejos. De hace muchos meses.

A sus 30 años (cumplirá 31 en febrero), el futbolista medita muy seriamente cambiar de club. Sabe muy bien, porque así se lo ha hecho llegar Jorge Mendes, que el París Saint Germain le quiere a toda costa y le ofrece un contrato largo (cuatro años), ganando más dinero que en el Real Madrid. Aunque no está confirmado, con los parisinos CR7 rondaría los 25 millones netos por temporada.

Cristiano todavía mantiene punta de velocidad y potencia de disparo (la velocidad de su tiro libre se estima que oscila en 120-130 km/h o 3.1 m. por segundo). Todavía se encuentra en plenitud. CR7 planea retirarse a los 35 años y dedicarse, como acaba de confesar, “a vivir como un rey”. Lo hará con otra camiseta distinta a la blanca de Chamartín. Eso no lo va a decir hasta junio. También lo negará Jorge Mendes. Son negocios.

No es ningún secreto que las relaciones entre Cristiano Ronaldo, el crack del Real Madrid, y el club blanco se encuentran en su momento más bajo desde que viste la camiseta blanca. Siente aspereza donde antes todo era de seda. No le gusta el entrenador. Sus desencuentros con la gente del club son cada vez más frecuentes. No disimula su tristeza y esta 'saudade' es mucho más profunda y grave que la que le ocurrió hace tres años. Cristiano Ronaldo se quiere ir del Real Madrid.

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