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Catarí que te vi: el Barcelona se queda sin más de 60 millones de patrocinio
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BARTOMEU FRACASA EN LAS NEGOCIACIONES

Catarí que te vi: el Barcelona se queda sin más de 60 millones de patrocinio

Ha sido Qatar el que ha dejado tirado al Barcelona. El club ha perdido un patrocinio de 60 millones después de que su presidente, Bartomeu, anunciase antes de las elecciones que había acuerdo

Foto: Bartomeu en las elecciones a la presidencia del Barcelona (Efe).
Bartomeu en las elecciones a la presidencia del Barcelona (Efe).

Los pájaros se tiran a las escopetas, el mundo al revés: no ha sido el Barcelona, como club y representado en Doha nada menos que por el presidente Josep María Bartomeu y el vicepresidente responsable del área de Marketing, Manel Arroyo, el que ha dicho no a Qatar. No han sido tampoco los socios compromisarios que, en teoría, iban a votar el próximo domingo en la Asamblea si aprobaban el patrocinio de Qatar, los que se han negado por una cuestión ética y moral. No. Ha sido Qatar el que ha dejado tirado al Barcelona. Tirado incluso en el más estricto sentido de la palabra ya que Bartomeu y Arroyo estuvieron el último día en Doha esperando en un lujoso hotel a una llamada que no se acababa de producir. Y cuando la recibieron, ni siquiera fue de un alto cargo, sino de uno medio, para decirles que se podían volver a Barcelona y que ya hablarían.

El sopapo ha sido tan duro que al club azulgrana le va a costar explicárselo a sus socios. Por lo pronto, ayer todo se limitó a un comunicado en el que se informaba que la Junta había decidido “posponer la decisión que ha de permitir la firma de un nuevo contrato de patrocinio principal del club, prevista inicialmente para la Asamblea General, que se celebrará el próximo domingo 25 de octubre, y concederse un nuevo plazo para cerrar el mejor acuerdo posible de patrocinio, dado que este nuevo contrato no ha entrar en vigor hasta la temporada 2016-17”. En el comunicado ni siquiera se nombraba la palabra Qatar y el presidente Bartomeu, tras aguantar más de una cara larga durante la reunión de la Junta directiva se fue directamente al Palau para hacerse la foto oficial con el equipo de baloncesto.

La reunión fue tensa porque los únicos que llevaron las negociaciones con Qatar fueron Bartomeu y Arroyo, dejando a oscuras al resto de sus compañeros de Junta para asegurarse así la máxima confidencialidad y, se suponía, el éxito de la operación. Manel Arroyo, tras sospechar que las cosas no iban por buen camino, cogió un avión con destino a Doha junto a un séquito de ejecutivos. Al llegar allí, comprobó que sus sospechas eran ciertas y convenció a Bartomeu para que viajara de urgencia. Suponía que la presencia del presidente del Barcelona desencallaría la negociación. No fue así y ahora la relación entre Bartomeu y Arroyo ha quedado también tocada porque el presidente es consciente de que su imagen lo está.

Justo antes de dimitir para presentarse de nuevo como candidato a la presidencia del Barça, Bartomeu anunció en su acto de despedida que había llegado a un acuerdo con Qatar por 60 millones de euros que se ratificaría si él ganaba las elecciones y los socios compromisarios lo aprobaban en Asamblea. Entonces, fue el vicepresidente económico Xavier Faus el que logró el acuerdo. Faus ya no forma parte de la actual Junta directiva por decisión propia y ha quedado claro que el feeling entre el patrocinador y los que ahora han negociado no ha sido el mismo. La intención del club azulgrana de negociar aparte la camiseta de entrenamiento jugó también en su contra.

El Barcelona se queda en una delicada situación. Justo por la mañana, la vicepresidenta Susana Monje explicó los números a los medios de comunicación. Entre ellos, constan presupuestados para la temporada 2015/2016 unos ingresos de 633 millones de euros, que difícilmente se podrán conseguir sin la mejora de contrato con Qatar. La solución es seguir negociando, pero el tiempo apremia ya que Nike necesita saber a finales de año quién es el patrocinador para empezar a trabajar en la nueva equipación. No es el club catalán el que lleva la voz cantante, sino Qatar, que decidió que ellos no tenían ninguna prisa, que no se sentían cómodos y que no estaban dispuestos a pagar el contrato más alto de patrocinio con un club de fútbol por el momento.

Con la deuda por las nubes, con la vicepresidenta económica pidiendo “máxima prudencia” para fichar para que no se les dispare más, con la amenaza latente de que la Junta tendrá que dimitir si no cumple los ratios económicos entre deuda y masa salarial y con el patrocinador en el aire. Ese es el panorama en el Barcelona. Y en la Junta, de morros.

Los pájaros se tiran a las escopetas, el mundo al revés: no ha sido el Barcelona, como club y representado en Doha nada menos que por el presidente Josep María Bartomeu y el vicepresidente responsable del área de Marketing, Manel Arroyo, el que ha dicho no a Qatar. No han sido tampoco los socios compromisarios que, en teoría, iban a votar el próximo domingo en la Asamblea si aprobaban el patrocinio de Qatar, los que se han negado por una cuestión ética y moral. No. Ha sido Qatar el que ha dejado tirado al Barcelona. Tirado incluso en el más estricto sentido de la palabra ya que Bartomeu y Arroyo estuvieron el último día en Doha esperando en un lujoso hotel a una llamada que no se acababa de producir. Y cuando la recibieron, ni siquiera fue de un alto cargo, sino de uno medio, para decirles que se podían volver a Barcelona y que ya hablarían.

Josep Maria Bartomeu
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