Es noticia
El Almería se encomienda al 'Mourinho español' para retomar la senda de Primera
  1. Deportes
  2. Fútbol
Joan Carrillo viene de ser campeón en hungría

El Almería se encomienda al 'Mourinho español' para retomar la senda de Primera

"No soy diferente a otros entrenadores. En Hungría he podido progresar, prepararme y lograr resultados, pero al final tengo mis metas", explica Jordi Carrillo, nuevo entrenador del Almería

Foto:  Carrillo se abraza al portero Juan Calatayud, en un partido del Videoton (Fotos: David Ruiz)
Carrillo se abraza al portero Juan Calatayud, en un partido del Videoton (Fotos: David Ruiz)

"No soy diferente a otros entrenadores. En Hungría he podido progresar, prepararme y lograr resultados, pero al final tengo mis metas. Igual que Mourinho quería llegar a la Premier, después dirigir en la Liga... Todos tenemos nuestros sueños y está claro que en algún momento volverá a España”. Poco podía imaginar Joan Carrillo (Monistrol de Montserrat, 1968) que las puertas del balompié que le vio nacer se le iban a abrir apenas cinco meses después de poner altavoz a sus sentimientos más íntimos mientras saboreaba un café en el incomparable castillo de Buda con un servidor.

El entrenador elegido por Alfonso García Gabarrón para lubricar el desengrasado motor del Almería y ponerlo al máximo de revoluciones lo antes posible acababa de coronarse campeón del fútbol húngaro con el Videoton contra todo pronóstico, incluyendo los de su propio club, que sólo apostaron por el preparador catalán después de que el grueso del vestuario se plantara un día en plena pretemporada, mientras aguardaban la llegada de un nuevo mister, para pedir a la directiva que concedieran una oportunidad al hombre que llevaba ejerciendo de técnico en la sombra los tres últimos años, siempre con su perfil bajo a cuestas y la honradez y el sacrificio sin límites por bandera.

La plantilla se saldría con la suya y el Videoton perdió a un gran segundo de a bordo para ganar el campeonato doméstico con notable autoridad (7 puntos sobre el segundo) casi 80 años después de su primer y único título liguero. El Ferencvaros, su gran enemigo durante todo el ejercicio, le privó de firmar un doblete histórico que habría apagado definitivamente en las oficinas de la entidad de Szekefehervar los ecos de aquella final de Copa de la UEFA perdida frente al Real Madrid tres décadas atrás.

No fue así y el incomprensible desmantelamiento del equipo que les había otorgado la gloria por parte de la directiva forzó a Carrillo a renunciar al año de renovación que se había ganado por contrato (sólo se haría efectivo si sacaba campeón al Videoton) y a mostrarse en el escaparate de la Liga de Campeones por solidaridad con su fiel tropa, la misma que había propiciado con su perseverancia el debut de Joan en los banquillos como primer espada.

A pesar de haberse batido el cobre en las catacumbas de nuestro fútbol, trabajando en el Girona y en el Espanyol, su club del alma, primero en el fútbol base, más tarde en el filial para posteriormente asumir diversas funciones en el primer equipo a las órdenes de Paco Flores, Valverde, Lotina, Clemente y Pochettino, Joan Carrillo aterriza en el estadio de los Juegos del Mediterráneo como un auténtico desconocido en el panorama nacional. ¿De qué pie cojeará este?, se preguntará la hinchada rojiblanca este miércoles, cuando el preparador catalán se vista por vez primera de corto para dirigir la sesión de trabajo de los almerienses.

Paciente estudioso del balompié, que le llevó en su día a visitar media Europa y Sudamérica, el mejor entrenador español en el extranjero la pasada campaña, ex aequo con Paco Ayestarán (logró el triplete con el Maccabi Tel Aviv y tampoco siguió) comparte con José Mourinho, quizás su mayor referente, la obsesión por controlar hasta el más mínimo detalle para elevar las posibilidades de éxito. “La preparación es fundamental. El trabajo diario, por un lado, y por el otro los conocimientos acumulados. Yo trato siempre de aglutinar toda la información de que dispongo y la resumo para poder sacarle el máximo provecho. Para eso me ayuda mucho toda la experiencia que acumulé conociendo de cerca escuelas tan dispares como la brasileña, la argentina, la francesa o la holandesa”, explicaba a El Confidencial.

Convencido de que la unión hace la fuerza dentro de un vestuario, Carrillo contará con el apoyo de Toni Gil, su preparador físico de confianza, y de Paco Ruiz (entrenador de porteros y analista) en el trabajo diario para tratar de inculcar a sus nuevos discípulos su particular manera de concebir el fútbol. “Yo trato de forjar mi propio camino, aunque he tenido la suerte de trabajar a las órdenes de gente muy buena, de los que he tomado algunas cosas, que he ido adaptando a mi propia metodología. Me gusta utilizar varios sistemas de juego, dotar al equipo de una disciplina defensiva, pero que no sea espartana. Que la defensa sea dinámica, que juegue adelantada, pero que arriesgue porque cuanto más lo haga, más espacio tendremos para atacar. Arriba, me gusta que haya mucha movilidad, tratando de explotar la creatividad del jugador, que es la que hace que el fútbol sea un deporte impredecible y difícil de controlar”.

De puertas adentro, el entrenador nacido hace 47 años en Monistrol de Montserrat es partidario de ‘picar’ el orgullo competitivo de sus hombres, un recurso 'made in Mou', quien por cierto tiene muy buen concepto de Carrillo desde un Real Madrid-Espanyol en el Bernabéu en el que el catalán rebatió educadamente al portugués. “Me gusta estar próximo al jugador, saber de sus inquietudes, llegar a acuerdos con ellos para lograr los objetivos que tenemos. En Hungría, por ejemplo, antes de empezar la liga me reuní con cada uno de ellos para saber qué era lo que esperaban de la temporada, qué objetivos tenían. Fueron charlas muy enriquecedoras porque nos marcamos unas metas, tanto en lo individual como en lo colectivo, basadas en pensar en grande, en tener fe en lo que podían aportar al equipo y en lo beneficioso que podría ser para ellos mismos si el equipo rendía por encima de lo que se le presuponía. Y creo que al final funcionó porque todos los jugadores dieron el 110% de su capacidad en cada partido”. Ya saben lo que les espera a los Soriano, Cuéllar y compañía.

"No soy diferente a otros entrenadores. En Hungría he podido progresar, prepararme y lograr resultados, pero al final tengo mis metas. Igual que Mourinho quería llegar a la Premier, después dirigir en la Liga... Todos tenemos nuestros sueños y está claro que en algún momento volverá a España”. Poco podía imaginar Joan Carrillo (Monistrol de Montserrat, 1968) que las puertas del balompié que le vio nacer se le iban a abrir apenas cinco meses después de poner altavoz a sus sentimientos más íntimos mientras saboreaba un café en el incomparable castillo de Buda con un servidor.

José Mourinho Hungría Almería
El redactor recomienda