Es noticia
Luis Enrique ningunea al departamento de comunicación con el aplauso de los jugadores
  1. Deportes
  2. Fútbol
oscuridad informativa en aumento

Luis Enrique ningunea al departamento de comunicación con el aplauso de los jugadores

El club blaugrana se radicaliza y ya ni se informa sobre la ausencia de un jugador en un entrenamiento, ni del alcance de las lesiones. La oscuridad informativa va en aumento

Foto: Luis Enrique, durante una rueda de prensa (EFE)
Luis Enrique, durante una rueda de prensa (EFE)

El FC Barcelona tiene un problema de comunicación. Mejor dicho, tiene un problema de incomunicación. La estrategia es cerrarse cada vez más y los pasos atrás son más radicales que nunca. Ya ni siquiera se informa a los medios sobre si hay alguna ausencia en el entrenamiento y en los partes médicos ni se especifica la lesión ni el tiempo de baja. Los códigos de respeto entre el equipo y los periodistas se están rompiendo en favor de la opacidad. ¿La razón? Se desconoce, aunque sí se sabe que tiene que ver con Luis Enrique, que intenta limitar, cuanto más mejor, la labor de los medios de comunicación.

Acaba de empezar la temporada. No ha dado ni tiempo a que existan fricciones, pero el Barça ya ha marcado la raya a los periodistas. Todo empezó con Neymar. El brasileño no se entrenó el sábado 8 de agosto y el club informó: “Entrenamiento de Luis Enrique con todos los disponibles”. La sesión, como todas, era a puerta cerrada, pero el Barça suele enviar fotografías e imágenes. En el diario Mundo Deportivo se dieron cuenta que no aparecía en ninguna Neymar y preguntaron al Barcelona teniendo la callada por respuesta. Al día siguiente, el club comunicó que el jugador sufría paperas y estaría 15 días de baja. Es decir, que el día anterior, con el ambiguo “entrenamiento con todos los disponibles”, se intentó ocultar de manera deliberada la ausencia del delantero.

La siguiente fue la de Jordi Alba. Se hizo daño en los isquiotibiales en el Gamper y se le pronosticó una baja de tres semanas. Tras la disputa de las Supercopas y ante la ausencia de Adriano, también lesionado, su participación para el primer encuentro de Liga ante el Athletic era importante. ¿Y qué hizo el Barça? El viernes, dos días antes del encuentro, no se informó si el lateral se había entrenado o no. Marc Bartra tenía que hablar ese día en la Sala de Prensa y los periodistas no tuvieron más remedio que intentar sonsacar al central si su compañero se había ejercitado. Lo curioso es que el partido ante el Athletic era en Bilbao. Es decir, que si el objetivo de Luis Enrique era mantener el misterio resultaba una misión imposible, ya que era tan fácil como ver si el domingo se subía o no en el avión por la mañana.

La sombra de Guardiola

La última son las lesiones de Dani Alves y Sergio Busquets. Ambos se hicieron daño en San Mamés y el lunes pasaron pruebas en Barcelona. El club se limitó a informar lo siguiente sobre Alves: “El jugador tiene una lesión en el adductor de la pierna derecha”. Y a continuación sobre Busquets: “El centrocampista azulgrana no sufre ninguna lesión importante en el tobillo derecho”. No se sabe qué gravedad tiene “una lesión en el adductor” de Alves, aunque Deportes Cuatro, que acudió a la clínica donde al jugador se le realizaron las pruebas, informó que estará de baja entre uno y dos meses. Si puede o no jugar es tan simple también como comprobar si sale al césped el próximo sábado ante el Málaga, o esperar al choque en el Calderón. En definitiva, que resulta un misterio también la razón de por qué no se da un tiempo estimado de baja y la explicación que deslizan desde el club sobre no meter presión al cuerpo médico también se cae por su propio peso, ya que con decir que el jugador estará “alrededor” o que la “baja estimada” es de un mes y medio, asunto arreglado.

La política de comunicación del Barcelona suele depender del entrenador que se siente en el banquillo. Así, cuando Pep Guardiola decidió cerrar todos los entrenamientos, se cerraron, aunque el técnico catalán se vio obligado a abrir algunos cuando fichó por el Bayern porque el club alemán así se lo impuso. Forma parte de su tradición que, no solamente los medios, sino los socios, puedan ver entrenarse a su equipo. En el Barça, en cambio, Guardiola inició ‘la tradición’ de no dejar pasar a los medios a ninguno y nunca más hubo marcha atrás. Ni con Tito Vilanova, ni con el Tata Martino, ni ahora con Luis Enrique, que incluso ha dado una vuelta más de tuerca en lo que se refiere a la bunkerización del equipo. El departamento de comunicación del Barça se ha visto incapaz de influir en el técnico, así como tampoco puede convencer a los jugadores para que salgan a atender a los medios en la zona mixta cuando éstos no quieren y han sido muchas las ocasiones en las que solo ha aparecido un futbolista, incluso ninguno.

Por si fuera poco, en la despedida de Pedro en la Sala de Prensa de la Ciudad Deportiva donde acudió toda la plantilla, los periodistas tuvieron que aguantar cómo algunos jugadores silbaron cuando se le preguntó al canario por José Mourinho. Y la temporada no ha hecho más que empezar...

El FC Barcelona tiene un problema de comunicación. Mejor dicho, tiene un problema de incomunicación. La estrategia es cerrarse cada vez más y los pasos atrás son más radicales que nunca. Ya ni siquiera se informa a los medios sobre si hay alguna ausencia en el entrenamiento y en los partes médicos ni se especifica la lesión ni el tiempo de baja. Los códigos de respeto entre el equipo y los periodistas se están rompiendo en favor de la opacidad. ¿La razón? Se desconoce, aunque sí se sabe que tiene que ver con Luis Enrique, que intenta limitar, cuanto más mejor, la labor de los medios de comunicación.

Luis Enrique Josep Maria Bartomeu Pep Guardiola
El redactor recomienda