Una genialidad de Koke da brillo a un Atlético con más electricidad y mando

Ni el rival era el mejor ni a estas alturas de pretemporada se pueden sacar conclusiones definitivas. Pero sí se puede asegurar que el nuevo Atlético de Madrid tiene nuevas variantes que harán del equipo del Cholo Simeone un rival temible. El Sagan Tosu apenas opuso resistencia; sólo en el arranque los japoneses ofrecieron algo de resistencia, pero el espectacular gol olímpico de Koke dio pasó a un monólogo casi constante del equipo rojiblanco. Con Óliver y Carrasco firmando buenos momentos, Vietto y Correa dejaron claro que ofrecerán cosas diferentes. La armada argentina, ratonera y eléctrica, selló buenos minutos en un Atlético con más mando y más posesión de balón.

Le costó al Atlético de Madrid un cuarto de hora meterse en el partido. El equipo japonés, más rodado que el rojiblanco, le robó el balón a su rival, que tuvo problemas en este arranque a la hora de manejar el juego. El Sagan Tosu cuidaba el balón y hacía todo lo posible para llegar al área de Moyá circulando el balón con rapidez, pero el guardameta no tuvo que aparecer en ningún momento. La zaga atlética siempre ganaba. Así sucedió en todo momento, hasta el accidente de última hora que le costó el empate al equipo rojiblanco.

Superado el primer cuarto de hora, el equipo del Cholo pasó imponer su ley. Fue desde que Koke firmó una maravilla para abrir el marcador con un gol olímpico cuando el equipo rojiblanco entró de verdad en el partido. La maravilla del mediocampista activó al Atlético de Madrid. El balón empezó a ser circulado con mayor criterio por los de Simeone, que ya llegó en diferentes oportunidades al área del Sagan Tosu con más facilidad. En el centro del campo, el Atleti ya empezaba a manejarse con soltura, sin que el Sagan Tosu pudiera desactivar a su rival.

Vietto, a lo Panenka

Saúl, en solitario por delante de la defensa, se sobraba cuando tocaba defender y accionar el ataque. Por delante, Koke ejercía de líder y Óliver mostraba detalles de su calidad, mientras por el costado izquierdo Carrasco firmaba buenos minutos, bien secundado por Siqueira. Antes del descanso Fernando Torres rozó el segundo tras una buena asistencia del belga, sellando el Atleti algunas buenas acciones de ataque que no encontraron el remate final.

El segundo tiempo dio paso al clásico carrusel de cambios, que provocaron un aumento considerable en el poder de mando del Atlético. Poco a poco fueron ingresando en el campo Griezmann, Vietto, Correa, Gabi, Tiago… Pero el panorama no varió. Más bien todo lo contrario, con un Atlético que manejaba el balón a su antojo casi siempre. El juego rojiblanco se fue cargando de electricidad gracias a la dupla argentina y al delantero francés, que metieron una marcha más al ataque. El equipo japonés, totalmente superado, apenas aparecía, dedicado a evitar el segundo que a otra cosa.

Casi toda la actividad tenía lugar en el área del Sagan Tosu y alrededores. Vietto pudo sentenciar el partido después de una excelente jugada de ataque del Atlético, pero el guardameta japonés apareció a tiempo para evitarlo. Los de Simeone lo estaban viendo tan fácil que tal vez les faltó meter una marcha más para matar el partido. No lo hicieron y lo pagaron, pues en la única jugada de mención del Sagan Tosu, Savic acabó metiendo el balón en su propia portería. El Atlético, ya con pocos minutos por delante, trató de firmar el segundo, pero el equipo nipón apretó los dientes para evitarlo. En la intrascendente tanda de penaltis, la escuadra rojiblanca estuvo más acertada (4-1) para llevarse el partido, tanda sellada con un penalti transformado por Vietto -tampoco fallaron Griezmann, Gabi y Tiago- al más puro estilo Panenka.