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Cómo reemplazar a Arda, el silencioso líder que se cansó del estilo de Simeone
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su marcha no está cerrada, pero se asume

Cómo reemplazar a Arda, el silencioso líder que se cansó del estilo de Simeone

El Atlético sabía que Arda se iría, que se acababa una relación que era más que una amistad. Era amor y del que dura para siempre. Pero Arda quiere otro reto, y el Atleti tiene el suyo con sustituirle

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El Atlético de Madrid no empezó a ser grande con el Cholo Simeone. Qué fácil es olvidar que el primero que triunfó en la historia reciente rojiblanca fue Quique Sánchez Flores. Sí es cierto que aquel Atleti no tenía un aura de campeón, de grande. El triunfo en Hamburgo les hizo recuperar la sonrisa, volver a ver a su equipo en lo más alto de una competición, pero todavía se sentían lejos de los que realmente mandan en este deporte en nuestro país, Real Madrid y Barcelona. Todo cambió profundamente después con Simeone, pero la tortilla empezó a girarse cuando el Atleti fichó a Arda Turan.

El día en que el Atleti lo fichó del Galatasaray, fichó a una estrella, pero nadie lo sabía aún. Era un futbolista callado fuera del campo, que se había ganado a pulso a toda la afición del equipo turco, era el ídolo, el crack, la máxima esperanza del fútbol de Turquía. Pero eso no era decir mucho fuera de Europa. Ya habían pasado los buenos años del Galata con Hakan Şükür y George Hagi. El bueno, de hecho, parecía que era Emre Belözoğlu, pero cuando los dos se vistieron de rojiblanco, quedó claro que el rey era Arda.

Fue como un refresco helado en una calurosa tarde de agosto. El Atleti se había asegurado gol, porque había fichado a uno de los mejores realizadores de Europa, Radamel Falcao, pero había perdido algo que no se compra: el Kun se fue a Manchester y dejó un vacío de liderazgo, de calidad individual que tenía que cubrir el turco. No venía para cumplir la función posicional de Agüero, pero sí a desempeñar su papel global en el equipo. Y de hecho, lo que se encontró Goyo Manzano fue con un diamante en bruto, un mago con el balón, el hombre que nació con la capacidad innata de proteger el balón bajo cualquier circunstancia.

Era el elegido para traer el equilibrio a la fuerza que estaba imponiendo Simeone en la galaxia atlética. El Cholo decidió que para que el Atleti volviese a ser una alternativa real a Madrid y Barça tenía que desarrollar un juego físico, dejando de lado en parte la calidad técnica individual. Todos corren al unísono, todos presionan, agobian al rival en un espacio cercano al área propia, para después contragolpear, hacer daño con velocidad y precisión. Arda no es un velocista, precisamente, no es rápido en carrera, con o sin balón. Pero sí es rápido de mente y eso le permitió adaptarse a ese juego que no le pega.

Pero inevitablemente, llega un momento en la carrera de un futbolista en el que decide que ya no aguanta más, que quiere jugar a otra cosa, a algo que le venga mejor para sus cualidades, donde se pueda sentir más cómodo y así dar más cosas de sí mismo. En los últimos meses de competición se pudo ver a un Arda Turan desconectado del juego del equipo, cada vez más rancio y escaso. El turco se perdía en la presión, en correr detrás del contrario, en vez de correr con el balón en los pies. El Barça le ofrece precisamente lo contrario a lo que hacía en el Atleti. Le ofrece ser del equipo que crea, no del equipo que destruye.

Y ahora le toca al Atleti dar de nuevo con esa estrella que pocos conozcan (porque si muchos la conocen, se la llevarían otros). Pero no sólo necesitan que sea bueno, sino que pueda desempeñar ese papel de líder silencioso, de mago en la sombra que espera al momento idóneo para dejar boquiabiertos a los espectadores con un nuevo truco. Ya no será ese Konoplyanka, que jugará en el Sevilla. Puede que sea Gaitán, que nunca acabó por ir al Manchester United a pesar de tantos intentos. Será una labor dura, no sólo de la dirección deportiva, sino del jugador elegido. No tendrá que reemplazar a un jugador. Tiene que ocupar el hueco dejado por Turan.

El Atlético de Madrid no empezó a ser grande con el Cholo Simeone. Qué fácil es olvidar que el primero que triunfó en la historia reciente rojiblanca fue Quique Sánchez Flores. Sí es cierto que aquel Atleti no tenía un aura de campeón, de grande. El triunfo en Hamburgo les hizo recuperar la sonrisa, volver a ver a su equipo en lo más alto de una competición, pero todavía se sentían lejos de los que realmente mandan en este deporte en nuestro país, Real Madrid y Barcelona. Todo cambió profundamente después con Simeone, pero la tortilla empezó a girarse cuando el Atleti fichó a Arda Turan.

Arda Turan
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