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Florentino Pérez escenificó el ambiente fúnebre en la ejecución a Ancelotti
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EL PRESIDENTE TENÍA DIFÍCIL DEFENDER EL MENSAJE

Florentino Pérez escenificó el ambiente fúnebre en la ejecución a Ancelotti

Fue una triste despedida, contra los deseos de una mayoría en la grada y de la práctica totalidad del vestuario. La postura y el discurso del presidente blanco reflejaron la compleja situación vivida

Foto: El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, durante la rueda de prensa. (EFE)
El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, durante la rueda de prensa. (EFE)

Atendió con retraso a una sala de prensa que se había transformado en una sala de espera para decir lo que todo el mundo sabía. Al centenar de periodistas congregados les advirtió que iba a ser “breve” aunque dejaría un pequeño turno para “preguntas, pero pocas”. Sin ánimo de comparecer este martes por la tarde, Florentino Pérez dibujaba el perfil de un presidente del Real Madrid serio y lejos de lo que puede entenderse como un ‘gran orador’. En el anuncio del adiós a Carlo Ancelotti desprendía cierta tristeza y las banderas que le escoltaban parecían encontrarse a media asta, había ambiente de luto. Al italiano le despide con “cariño” y expresando que el Santiago Bernabéu “seguirá siendo su casa”, palabras de amabilidad que fueron de las pocas que sonaron convincentes dentro de un discurso complicado de defender y ejecutado en voz baja. La medida, una apuesta personal, se expuso en directo con una inseguridad comprensible sabiendo que es impopular y que no es compartida por el vestuario. Sin aparente urgencia o necesidad, Florentino se juega un todo o nada con un nuevo técnico que será anunciado “la próxima semana”.

Este puesto no es fácil (el de presidente) y el de la Junta tampoco, y si tenemos el convencimiento de dar un nuevo impulso, debemos hacerlo. Ha sido una decisión muy difícil, pero no hemos venido a tomar aquí decisiones fáciles. Ancelotti se ha ganado el cariño de la Junta y el mío. También el de la afición. Forma parte de la historia por ser el entrenador de la Décima, pero la exigencia es máxima y necesitamos dar un nuevo impulso”. Este fue el argumento –“un impulso nuevo”– que se ha antepuesto a la opinión mayoritaria del vestuario, de los socios, de la afición… y de algún miembro de la Junta, porque pese a que iniciase la rueda de prensa precisando que “la Junta Directiva (no él) ha tomado la decisión de relevar a Ancelotti”, esta arriesgada apuesta está vinculada estrechamente a su persona, más que a la de una Junta que estuvo presente en el acto de despedida, casi de tintes fúnebres por los rostros y el tono del mismo. Sólo faltó que alguien diera el pésame.

Vídeo: Florentino Pérez anuncia la destitución de Carlo Ancelotti

La historia del Madrid es la culpable

Es la historia del Madrid a la que ha señalado Florentino como la culpable de arrastrarle a tomar una decisión en contra de la unanimidad de la calle: “Después de dos años la exigencia del Madrid es de tal naturaleza que hay que dar un impulso nuevo”. Es su única defensa. Los goles le tendrán que acompañar para que adquiera credibilidad un mensaje difícil de ‘vender’ por su contenido y la manera de expresarlo. De poco sirvió que reforzara la idea justificando que “no hay culpables” y que era el propio “puesto de entrenador” el que es difícil de sostener… y, de repente, puso de ejemplo al “Atlético, Barcelona, Bayern de Múnich, Juventus o Chelsea” para explicar que el haber tenido nueve técnicos (más el de la semana que viene) en 12 años como presidente es algo normal. Por establecer comparaciones con el Barça, en ese periodo el conjunto culé suma 6 técnicos (si continúa Luis Enrique) y no 10. Pura anécdota, en cualquier caso.

No ayudó a justificar la decisión el hecho de que el presidente del Real Madrid regateara y no quisiera “entrar en detalles, porque no es oportuno”, de los errores que había cometido Ancelotti para pensar que no iba a ser capaz de dar ese empujón que buscan, tampoco las palabras que en anteriores ocasiones había pronunciado como el día de la presentación de Carlo, “quiero que sea el Ferguson del Madrid”, o las de marzo cuando desmintió que ya tuviera decidida la marcha del entrenador: “Pase lo que pase, Ancelotti seguirá”. Deseos y promesas que atentan contra su credibilidad.

A partir de la semana que viene se inicia un nuevo proyecto made in Florentino con un entrenador que “sería muy bueno que hablara castellano”, como se expresa Benítez y también Zidane. Carletto ha dejado alto el listón en todos los frentes, no sólo por sus cuatro títulos en dos años, sino también por el “cariño” en la zona noble del Bernabéu, entre la afición y la prensa. Como describió el propio Florentino, ha demostrado que es “un caballero, un señor”, dentro y fuera del terreno de juego capaz de haber puesto a todos de acuerdo… o a casi todos.

Atendió con retraso a una sala de prensa que se había transformado en una sala de espera para decir lo que todo el mundo sabía. Al centenar de periodistas congregados les advirtió que iba a ser “breve” aunque dejaría un pequeño turno para “preguntas, pero pocas”. Sin ánimo de comparecer este martes por la tarde, Florentino Pérez dibujaba el perfil de un presidente del Real Madrid serio y lejos de lo que puede entenderse como un ‘gran orador’. En el anuncio del adiós a Carlo Ancelotti desprendía cierta tristeza y las banderas que le escoltaban parecían encontrarse a media asta, había ambiente de luto. Al italiano le despide con “cariño” y expresando que el Santiago Bernabéu “seguirá siendo su casa”, palabras de amabilidad que fueron de las pocas que sonaron convincentes dentro de un discurso complicado de defender y ejecutado en voz baja. La medida, una apuesta personal, se expuso en directo con una inseguridad comprensible sabiendo que es impopular y que no es compartida por el vestuario. Sin aparente urgencia o necesidad, Florentino se juega un todo o nada con un nuevo técnico que será anunciado “la próxima semana”.

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