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Cristiano, Casillas, Ancelotti, Bale... Florentino señala a los culpables del fracaso
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Los considera responsables del fracaso

Cristiano, Casillas, Ancelotti, Bale... Florentino señala a los culpables del fracaso

Tras el varapalo ante la Juventus, Florentino Pérez comentó entre sus amigos que iba a comenzar a buscar responsables. Dentro y fuera del club se habla de que 'el jefe' ha perdido el rumbo

Foto: Una importante parte de la afición del Real Madrid culpa a Florentino Pérez del fracaso del equipo (EFE)
Una importante parte de la afición del Real Madrid culpa a Florentino Pérez del fracaso del equipo (EFE)

El estadio Bernabéu a reventar. En el Palco de Honor no cabía un alfiler. Florentino Pérez había invitado a ministros, autoridades relevantes, empresarios, banqueros de tronío… En una palabra: la flor y nata de sus amistades para presenciar un partido que traspasó todas las fronteras. Al final, aunque el equipo blanco buscó con ahínco el gol del triunfo, aupado por esa fe de los aficionados que mueve montañas, pero que no altera marcadores, llegó la gran decepción para los seguidores madridistas.

Será la masa social del club la que deba juzgar y pedir explicaciones a su presidente del fracaso de esta campaña. Las encuestas, entre ellas la realizada por El Confidencial, ya señalan a Florentino Pérez como el máximo responsable de que esta temporada el Real Madrid se quede como el color de su camiseta, en blanco.

En su larga trayectoria, también hubo unas cuantas campañas en las que el Madrid las concluyó sin lograr la Liga, la Copa de Europa y la Copa de España. La primera vez fue en el curso 1970-71, en la que el Valencia se llevó el título liguero; en la Copa cayó ante el Deportivo en la primera eliminatoria yen la Recopa europeaperdió la final frente al Chelsea. Un par de ejercicios después pasó tres cuartos de lo mismo. La Liga se la adjudicó el Atlético de Madrid, en el torneo copero fue eliminado por el Sporting de Gijón en los octavos de final yen la Copa de Europa por el Ajax de Ámsterdam en semifinales.

La primera vez que no viajó a Europa

Una de las mayores debacles del equipo blanco en su amplio historial fue en la edición 1976-77, en la que festejaba el 75 aniversario de su nacimiento. En el campeonato de Liga, conquistado por el Atlético de Madrid para mayor inri, se clasificó en la octava posición; el Brujas le echó de la Copa de Europa en octavos de final y el Hércules le dejó fuera de la Copa española en la primera eliminatoria. Por primera vez, el Madrid no iba a participar en ninguna competición europea.

Siguieron las grandes decepciones durante cuatro años, los que transcurrieron desde 1981 a 1985. Los dos títulos nacionales y el europeo que disputó no encontraron ningún hueco en las vitrinas del club. Entre esos años se salvó el de 1982, al ganar la Copa del Rey frente al Sporting de Gijón en la inauguración del Nuevo Zorrilla vallisoletano. En estos episodios, el más destacado y curioso fue el acaecido en la campaña 1982-83. El equipo blanco, bajo la dirección técnica de Alfredo Di Stéfano, perdió la Liga en Mestalla contra el Valencia (1-0). Un empate le habría proclamado campeón. A ese tropezón hay que añadir las cuatro finales que jugó (Recopa de Europa, Copa del Rey, Copa de la Liga y Supercopa de España), en las que también se quedó con la miel en los labios.

La década de los noventa del siglo XXtampoco resultó fructífera para los intereses del club. Fueron cinco las temporadas (con la excepción de la 1992-93, que conquistó la Copa del Rey) las que se escaparon viendo cómo los títulos de Liga, Champions League y Copa de España volaban hacia otros destinos. Algo más cercanos están los tres años (2003-2006), ya bajo la presidencia de Florentino Pérez, que se esfumaron sin que el equipo blanco celebrara ningún título. Sin olvidarnos de los doce años que estuvo sin alzar al cielo la Copa de Europa.

¿Apoya el presidente a Ancelotti?

Me cuentan que, tras el varapalo ante la Juventus, apenas terminar el encuentro, el señor Pérez comentó entre sus amigos más afines o más fieles, como prefieran, que iba a comenzar a buscar responsables, cuando el máximo culpable de lo que ocurre actualmente en la entidad es él. Dentro y fuera del club se habla de que 'eljefe', como algunos directivos y lacayos empleados le llaman, ha perdido el rumbo. Entre otras cuestiones, sacan a colación que el Madrid hace tiempo ha dejado de ser admirado y respetado tanto en España como en Europa y que, por otra parte, la FIFA y la UEFA ya no consideran al Madrid como aquella institución de leyenda.

Como las derrotas nunca vienen solas, Casillas, Ancelotti, Bale, Ronaldo…Son nombres a los que Florentino acusa no sólo de que la Juventus haya hurgado aún más en la llaga del Real Madrid, sino también de despedir esta temporadasin ningún trofeo de primer nivel. Al parecer, Ancelotti tiene el respaldo de la plantilla y de los aficionados, pero hay que preguntarse: ¿le apoya también el presidente? Una incógnita a despejar, ya que cuando se le preguntó a él y al melifluo Butragueño sobre el futuro del técnico italiano,los dos echaron balones fuera.

El disgusto y la tristeza, tras caer ante el conjunto italiano, se acentuaron al ver cómo un jugador que se forjó en la cantera madridista, Álvaro Morata, se convirtió enel brazo ejecutor del Madrid, con su gol en Turín y su certera diana en el estadio Bernabéu. Un futbolista de 22 años que fue traspasado a la Juventus el pasado año por 20 millones de euros y que, según la rumorología, el señor Pérez piensa recomprar. Uncaso de un canterano, como el de otros tantos, al que le abrieron las puertas del club para emigrar a otros parajes, sin pensar que era una perla por pulir.

Una cantera huérfana y a la intemperie

Aquella simiente que sembró Bernabéu en 1958, de la que brotaron jugadores que triunfaron en el primer equipo, como los Velázquez, Grosso, De Felipe, Camacho, Pirri, Miguel Ángel, Benito, la Quinta del Buitre (Sanchís, Martín Vázquez, Míchel, Butragueño y Pardeza) y ya no digamos Casillas (sería una larga lista citar a todos), se encuentra huérfana y a la intemperie desde que se inició el presente siglo XXI. Una serie de jóvenes valores, con el afán de jugar algún día en primer equipo, pero cuyas ilusiones se desmoronan al ver cómo a un chaval de 16 años, Martin Odegaard, se le ficha de manera privilegiada: con un suculento sueldo y con una cláusula en el contrato para entrenar con la primera plantilla. ¿Y qué me dicen del fichaje de Lucas Silva? Pues, con todos los respetos para el noruego y el brasileño, en la cantera del Madrid hay unos cuantos jugadores como ellos que no habrían costado ni un euro.

Como así funciona el actual Real Madrid, no resultó extraño que en una de sus declaraciones ante el juez Eloy Velasco, sobre la trama Púnica, Florentino le dijera al magistrado: “Yo nunca he utilizado el despacho del Real Madrid. Mi despacho es ACS. Ya hago bastante con ayudar al Madrid. El equipo tiene sus ejecutivos. Yo no gano dinero allí. Mi vida es ACS”.

Pues si su vida es ACS, habría que decirle al señor Pérez que deje de ser presidente del Madrid y que el máximo rector del club sea una persona como sus antecesores, Santiago Bernabéu (en los últimos años de su vida se refugiaba en su chalé de Santa Pola), Luis de Carlos, Ramón Mendoza, Lorenzo Sanz y Ramón Calderón, que estaban en sus despachos del club mañana y tarde. Es decir, sin dejar la institución en manos de esos ejecutivos a que se refiere y que no se atreven a decir ni pío si no lo autoriza el presidente. Salvo que haya cambiado su agenda, Florentino Pérez sólo un día a la semana, los viernes, se presenta en la entidad para reunirse con los directores generales. Reuniones en las que todos los presentes responden con un “sí, bwanaa cuanto proponga el presidente. Nadie se atreve a llevarle la contraria. Porque Florentino Pérez no es un presidente querido; es un presidente temido. Que se lo pregunten a los periodistas que le critican y no comulgan con sus doce años de mandato en el Real Madrid.

El estadio Bernabéu a reventar. En el Palco de Honor no cabía un alfiler. Florentino Pérez había invitado a ministros, autoridades relevantes, empresarios, banqueros de tronío… En una palabra: la flor y nata de sus amistades para presenciar un partido que traspasó todas las fronteras. Al final, aunque el equipo blanco buscó con ahínco el gol del triunfo, aupado por esa fe de los aficionados que mueve montañas, pero que no altera marcadores, llegó la gran decepción para los seguidores madridistas.

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