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Las polémicas de los Barça-Madrid antes de Mourinho y su dedo en el ojo
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Las polémicas de los Barça-Madrid antes de Mourinho y su dedo en el ojo

Cientos de historias polémicas se podrían contar de los clásicos: cuando Raúl mandó silenciar al Camp Nou, cuando Mourinho le metió un dedo en el ojo al recordado Tito Vilanova… Pero hay muchas más

Foto: Los jugadores del Madrid protestan al colegiado inglés Leafe (Foto A. Vega)
Los jugadores del Madrid protestan al colegiado inglés Leafe (Foto A. Vega)

Cientos de historias se podrían contar de los clásicos: cuando Raúl mandó silenciar al Camp Nou, cuando Mourinho le metió un dedo en el ojo al recordado Tito Vilanova… Pero hay otras, como la que aconteció en la primavera de 1916.El Madrid y el Barcelona iban a echar el pulso más largo de su historia sobre el terreno de juego. Fue en las semifinales de la Copa. Ambos equipos tuvieron que jugar ¡cuatro partidos! para proclamar un vencedor. Eran tiempos en los que ya se hablaba de que estos duelos enfrentaban a Cataluña contra la capital de España.

En el primer encuentro, que se jugó en el campo de La Industria, terreno de juego del Español y también conocido por El Campo de las Habas, el público se ensañó con el equipo blanco, lanzándole piedras y, finalmente, invadiendo el campo. Ganó el Barcelona por 2-1. El segundo gol lo impugnó el Madrid por estimar que había sido en fuera de juego.

Siete días después, el segundo encuentro (23-4-1916), se jugó en el campo de O´Donnell, del Athletic Club de Madrid. El equipo blanco doblegó a su rival por 4-1, resultado que obligaba a jugar el desempate. El equipo azulgrana aceptó que celebrara en el mismo escenario, por el cansancio de los viajes de la época y la cuestión económica, y puso como condición que el partido lo arbitrara el donostiarra José Berrando, ex jugador del Madrid.

Dos días más tarde, se celebró el tercer encuentro, que finalizó con ¡empate a seis!, tras jugarse una prórroga. En el cuarto partido, transcurridas sólo veinticuatro horas del anterior, estalló el escándalo. El primer tiempo terminó con empate a dos. En la prórroga, al marcar el Madrid el cuarto gol, Santiago Massana, capitán del Barcelona, ordenó a sus compañeros que se retiraran del campo, por estimar que el tanto madridista había sido logrado en un fuera de juego. Los dirigentes de la Federación Catalana y los de la Española aconsejaron a los jugadores azulgranas que siguieran jugando hasta finalizar la prórroga. No hubo forma de convencerlos y Berraondo dio por finalizado el partido con el resultado de 4-2.

El 8-2, la mayor debacle azulgrana

En la temporada 1931-32, el Madrid se proclamó campeón de Liga en casa del Barcelona. El equipo blanco no conoció la derrota en toda la campaña, tras mantener una dura pugna con el Athletic de Bilbao. En el último episodio del campeonato, tras empatar a dos en un partido accidentado, los hombres del húngaro Lippo Hertzka, que dirigía a las huestes madridistas, cantaron el alirón de la Liga en el campo barcelonista. Los espectadores despidieron al campeón con insultos y abucheos.

El 9 de febrero de 1935, en la décima jornada, el Barcelona sufrió la mayor humillación en la Liga ante el Madrid. Con Chamartín lleno hasta los topes, el once azulgrana se vio desbordado desde el pitido inicial. La primera parte terminó con un irreprochable 5-1. Al finalizar el encuentro el marcador reflejaba un ¡8-2!, la mayor debacle del Barça frente al Madrid en el Campeonato de Liga. A los cuatro goles de Sañudo, tres de Lazcano y uno de Luis Regueiro, respondieron los visitantes con los tantos de Escolá y Guzman.

Los blancos, vetados por los catalanes

Tras estallar la Guerra Civil Española se comentó que el Madrid haría una gira por Europa, la cual se suspendió. Pablo Hernández Coronado, uno de los hombres más polifacéticos en la historia del club, pensó en algo más sencillo: intentar que el Madrid participara en el campeonato organizado por el Barcelona, que debía comenzar el 4 de noviembre de 1936, y en el que iban a participar catorce equipos españoles divididos en dos categorías: Primera “A” y “B”. Las gestiones que hizo Paco Bru en Barcelona, muy querido en el ámbito futbolístico de la Ciudad Condal, que el Sindicato de Futbolistas manifestara su entusiasmo con la idea de que el Madrid participara en el campeonato, resultaron infructuosas. Ramón Eroles, presidente de la Federación Catalana de Fútbol, y Rosendo Calvet, vicepresidente del Barcelona, fueron los únicos que vetaron la participación del equipo blanco en la competición organizada por la entidad azulgrana. La reacción de la Prensa madrileña fue unánime y en el diario Informaciones, bajo la firma de “Zancadilla”, el cronista decía:

“Esperábamos una plena rectificación de la conducta del Barcelona, pero no ha sido así. Las últimas noticias que tenemos del asunto aclaran de forma tajante que el club azulgrana, en contra de los que se dijo en días anteriores, fue la única Sociedad que se opuso a la incorporación del Madrid en el torneo catalán. No fue cierto que los clubes de Primera Categoría B votaran contra el club blanco”.

Fernández, único técnico de ambos equipos

Hasta la fecha, el uruguayo Enrique Fernández ha sido el único entrenador que ha dirigido al Barcelona y al Real Madrid. Con el equipo azulgrana ganó dos ligas consecutivas (1948 y 1949) y una Copa Latina. Fichó por el club de Chamartín con vistas a las temporada 1953-54, campaña en la aún quedaban rescoldos encendidos entre los dos clubes por la pugna que mantuvieron para contratar a Alfredo Di Stéfano.

Bajo la batuta de Fernández desde el banquillo y de Di Stéfano en el terreno de juego, el Madrid fue dueño y señor del campeonato. En los dos enfrentamientos entre ambos equipos, el equipo blanco le endosó al azulgrana una manita en Chamartín, goleada que le devolvió el Barcelona en Les Corts con un contundente 5-1. En la penúltima jornada de Liga el Real Madrid volvió a entonar el alirón ¡veintiún años después! Era el ansiado título con el que hacía tanto tiempo soñaban los madridistas. A pesar de tan memorable éxito, Enrique Fernández no continuó en la entidad.

El primer clásico televisado por TVE... en Madrid

En 1958, mientras Madrid era la única ciudad española que recibía la señal de TVE, en Barcelona triunfaba la RAI. Las imágenes del canal público tardaron un año en llegar hasta orillas del Mediterráneo. El 15 de febrero de 1959 se emitió el primer partido televisado entre el Real Madrid y el Barcelona. Los receptores a la venta en la Ciudad Condal se agotaron con la misma facilidad con la que se vendieron las entradas para presenciar el encuentro en las gradas de Chamartín. La igualdad fue la tónica del encuentro y un solitario gol de Chus Herreradio la victoria a los madridistas.

Cuatro goles anulados al Madrid

Los cinco títulos consecutivos en la Copa de Europa y el galardón de ganar la primera Copa Intercontinentalfueron suficientes argumentos para que el Real Madrid se le considerara el mejor equipo del mundo, pero el glorioso lustro (1955-1960) lustro terminó en noviembre de 1960. El sorteo quiso que el Madrid y el Barcelona se enfrentaran en ls primera eliminatoria de laCopa de Europa. En Chamartín hubo empate a dos, aunque el segundo gol barcelonista lo concedió el colegiado inglés Arthur Ellis al señalar un penalti inexistente. Las protestas del público fueron más que sonoras.

Con empate a dos se presentó el equipo blanco en el Camp Nou, donde perdió por 2-1, tras anularle ¡cuatro goles! el colegiado británico Reg Leafe. La indignación de los jugadores madridistas fue unánime, aunque tuvieron los necesarios arrestos para felicitar a sus rivales. El Madrid, por primera vez, era eliminado de la competición europea. En la reacción de la Prensa, tanto nacional como internacional, hubo total coincidencia. Los árbitros ingleses, Ellis y Leafe, fueron acusados de madricidio.

El 0-5 del Barça en el Bernabéu

A mediados de enero de 1974, Santiago Bernabéu puso fin a la larga etapa de Miguel Muñoz. Un hombre de la casa, Luis Molowny, sucedía a otro que se iba convertido en leyenda del club. Tras hacerse cargo del equipo, Molowny intentó levantar el ánimo de los jugadores, cuya motivación estaba en duda. Cuando renacían las esperanzas de levantar la cabeza, llegó el Barcelona al estadio Bernabéu como líder de la Liga.

La exhibición del equipo azulgrana, liderado por Johan Cruyff, terminó con una de las más dolorosas derrotas del Madrid. Un inapelable 0-5 que escoció en todos los estamentos de la institución madridista. Aún perduraba el recuerdo de la manita, cuando los dos equipos se tenían que volver a ver las caras en la final de la Copa del Generalísimo. El 29 de junio de 1974, en el estadio Vicente Calderón, el Madrid aprovechó tan señalada fecha para firmar su venganza ante el Barcelona. El 4-0 final resume la historia del partido.

Cientos de historias se podrían contar de los clásicos: cuando Raúl mandó silenciar al Camp Nou, cuando Mourinho le metió un dedo en el ojo al recordado Tito Vilanova… Pero hay otras, como la que aconteció en la primavera de 1916.El Madrid y el Barcelona iban a echar el pulso más largo de su historia sobre el terreno de juego. Fue en las semifinales de la Copa. Ambos equipos tuvieron que jugar ¡cuatro partidos! para proclamar un vencedor. Eran tiempos en los que ya se hablaba de que estos duelos enfrentaban a Cataluña contra la capital de España.

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