Sergio Ramos frente a Cristiano Ronaldo: dos maneras distintas de liderar al Madrid

“Llevo muchos años aquí (…). Esto es el Real Madrid, el que no esté preparado que no lleve este escudo. Todo aquí tiene repercusión”. No se trata sólo de defender la camiseta durante los 90 minutos que dura un partido, va más allá, según el papel que cada uno desee interpretar dentro del club. Sergio Ramos, en sus palabras del pasado domingo no muestra su faceta como jugador merengue, sino como capitán. Incapaz de quitarse el brazalete cuando abandona el césped, es una figura que afronta el liderazgo que se le presupone de una manera diferente a la de Cristiano Ronaldo.

Ni mejor, ni peor. Diferente. Tras cinco años en Chamartín, Cristiano Ronaldo está en la lista como quinto capitán –en enero de 2013 portó por primera vez el brazalete-. En el terreno de juego y en el vestuario hace gala de su liderazgo y sus compañeros le respetan tanto o más que a las mayores figuras ‘políticas’ en el club –Casillas y Sergio Ramos-. Es un rol que tiene perfectamente asumido jugador y vestuario, siendo una de las claves del éxito de 2014.

Ahora bien, entiende que su responsabilidad como máxima expresión del equipo de fútbol del Real Madrid termina en el aspecto deportivo, dando razones en estos últimos días para pensar que está lejos de abanderar la filosofía del club. ¿Ramos o Casillas desafiando a la afición del Santiago Bernabéu? No. Sin embargo, el portugués lo ha hecho dos veces en la última semana -primero durante el choque frente al Schalke, en la celebración de sus goles (sobre todo del primero) y cuando Casillas le ordenó aplaudir a la afición al finalizar el encuentro (se quedó mirando)- y luego ante el Levante –hacia el final del choque cuando comenzó a escuchar murmullos hacia el equipo-.

Un Casillas sin dar la cara tras el Schalke…

Respetable actitud, aunque contraria a la ‘sumisa’ que adoptaron tanto Casillas como Ramos. El guardameta no sólo entendió que debía obligar a sus compañeros a aplaudir a su parroquia tras el choque frente al Schalke 04, sino que dio la cara en rueda de prensa. Ramos, en un ambiente más agradable, también se paró ante la prensa este domingo, incluso este lunes a la salida del entrenamiento contestó algunas cuestiones a las televisiones que estaban fuera de Valdebebas mientras firmaba unos autógrafos. Ronaldo, en cambio, prometió no hablar hasta final de temporada. ¿Qué hubiera pasado si el capitán del Real Madrid no hubiera hablado tras el sufrido pase a cuartos de Liga de Campeones?

Son gestos de cara a la afición cuando el balón no está en juego. Por tanto, secundarios con respecto a lo verdaderamente importante: la implicación total con la camiseta puesta. Y, en este aspecto, el portugués sí que dio un paso al frente en su actuación como líder el año pasado, cuando logró el Balón de Oro y realizó un regalo a todo el grupo. Dio a entender que era un premio colectivo –no individual- y se ganó aún más la confianza de los suyos, y del presidente, Florentino Pérez.

Quizás su reacción en estos días complejos fuera diferente si no estuvieran ni Casillas ni Ramos… “Ser Cristiano es complicado, lleva marcando un nivel muy alto muchos años. Él se conoce mejor que nadie. Acostumbra a marcar 60 goles y cuando marca 40 no está contento, su carácter va en ello y no nos preocupa que haya tenido un gesto”, explicó este domingo Ramos, quien –como Casillas- antepone el brazalete a su actuación individual dentro y fuera del terreno de juego.