Pepe pide al Real Madrid su renovación apagando fuegos dentro y fuera del campo

En Alemania habló dentro y fuera del terreno de juego. Ejerció el poder que le otorga la medalla de cuarto capitán del Real Madrid para sembrar tranquilidad y seguridad allá donde se le solicitó. Primero se lo pidió Carlo Ancelotti en el césped, y Pepe no falló. Después, la Prensa le puso a tiro ir apagando diferentes fuegos y el zaguero se colocó el casco de bombero para controlar los puntos calientes. ¿Cristiano Ronaldo? “Nunca vi a Cristiano triste. Cristiano está bien, sonriente, como queremos los compañeros. Queremos que transmita felicidad en el vestuario”. ¿Ancelotti? “Somos una familia y tenemos a Ancelotti como un padre”. ¿El equipo? “Hemos hablado para corregir lo que creíamos que estaba mal”.

Después de su paso al frente en la famosa charla de Florentino Pérez en Valdebebas, en la que Pepe se arrimó al lado del presidente haciendo las veces de caudillo, Pepe ha vuelto a tirar de jerarquía para dar voz y voto a sus galones, como también hizo internamente mostrando su indignación por las imágenes que salieron públicas del cumpleaños de Cristiano. Esta vez, primero habló dentro del campo dando la sensación de que los 34 días sin disputar un partido de fútbol no fueron con él, Pepe se presentó en Gelsenkirchen con la total confianza de Ancelotti –“Pepe juega”-. Fue una muestra que el defensa le devolvió vestido de rosa en forma de seguridad, sin fallos, y con un 89% de acierto en los pases. ¿Falta de ritmo de competición? Como cuando ha sufrido alguna de sus múltiples lesiones que le ha apartado durante un buen tiempo del césped (artroscopia en el tobillo derecho, rotura del sóleo de la pierna izquierda, ligamento cruzado de la rodilla derecha...) si Pepe está listo, está listo. No necesita tiempo de adaptación. Un portento físico.

Más de dos años sin meterse en problemas

Sus gestos públicos, palabras y la nueva imagen que desprende de hombre de club alejan los días en los que Pepe se metía en problemas que dañaban su nombre y el del Real Madrid. Episodios no tan lejanos –el último hace menos de tres años cuando hizo una peineta a los aficionados del Rayo en Vallecas- que ya dan la sensación de ser de otro futbolista. El club, por aquel entonces, tenía el dilema de retener o no a uno de los mejores futbolistas del mundo en su posición pero que desprendía mala conducta, además de ser un fichaje de Ramón Calderón. El tiempo, al menos la presente y anterior temporada, parece que está dando la razón a la actual directiva y la satisfacción con él es unánime.

Antes, apagaba los incendios que él mismo provocaba: “No tengo ningún defecto para novestir la camiseta del Real Madrid” (poco antes de la peineta en Vallecas); “con respecto a la jugada con Leo Messi quiero decir desde ya que ha sido un acto (pisotón) involuntario. Pero aun así, si Messi se siente ofendido le pido disculpas porque lo que pretendo es defender a mi equipo y a mi institución”; y el famoso “estoy muy mal. Es un momento muy difícil para mí, porque nunca me ha pasado esto en mi carrera. Tengo que pedir perdón a todos los aficionados del fútbol porque la actitud que he tenido no es nada buena. Pido perdón a Casquero, a los árbitros, al Getafe y a la familia de ellos”.

Ahora, en cambio, ayuda a sofocar los focos que ve a su alrededor. Tal vez este periodo de 'calma' en Pepe tenga algo que versu paternidad (por partida doble, en 2012 y 2014).Su contrato finaliza en verano del año que viene y, además del deseo de quedarse de Pepe, si es por Ancelotti, el italiano también dejó claro a principios de año que ampliaría su vínculo con el Madrid. En ello trabaja Jorge Mendes.