Los cachetes de Hierro a Cristiano Ronaldo y su atípico disgusto temporal

El colegiado chileno Enrique Osses señaló el final del partido y Cristiano Ronaldo se dirigió el primero hacia el túnel de vestuarios. Su gesto no era el de un futbolista que se había clasificado para la final del Mundial de Clubes, era el de Cristiano habiendo finalizado un partido sin marcar. Poco importaban los 4 goles del Real Madrid ante el Cruz Azul o su asistencia. Fernando Hierro se dio cuenta y acudió hacia su jugador.

“Obviamente me gusta siempre jugar bien, marcar. Pero no es posible, jamás, hacer goles todos los partidos. Me quedo enfadado conmigo mismo, es normal, pero sé que no es posible. El enfado se va después de estar con mi gente”. Ese es Cristiano Ronaldo. Con una media desde que juega en el Santiago Bernabéu de más de un gol por partido, este 'disgusto' temporal es atípico. “A mí no me basta ser el mejor de Portugal o el Real Madrid. Quiero ser el mejor de siempre”, señaló en noviembre al recibir la Bota de Oro. Quizás, sin ese espíritu ultracompetitivo o ese 'egoísmo'‎ llevado al extremo que caracteriza a un goleador, los números del internacional portugués y su palmarés -colectivo e individual- no serían los que son. Sus compañeros le conocen a la perfección y ya saben que si Cris no marca, hay que dejarle un espacio. Esta herida se cura sola.

El excapitán madridista Fernando Hierro tuvo reflejos y se percató desde el principio de la situación. Vio cómo el 'jugador franquicia' del Madrid, nada más acabar el choque, no esperó a saludar al rival, felicitar a sus compañeros sobre el césped o aplaudir a la entregada grada marroquí.‎ Corrió para la ducha y el malagueño -guardián de Ancelotti- fue a darle un par de cachetes en sus nalgas en un gesto cariñoso. Unos minutos después, como el propio Ronaldo reconoce, el calentón se pasa.

No oculta su genio

Tal vez hay una parte del público que no entienda ese comportamiento o no lo comparta. Respetable cualquier opinión. Ante la Prensa ha contestado cuestiones sobre esta circunstancia y no oculta que es así. Lo tomas o lo dejas, el 'pack de CR7' es tiene esas medidas.

Con una primera mitad discreta y algo errática ante el equipo mejicano, en la segunda, ‎su participación fue más activa y productiva. Intentó el gol a través del golpeo de un par de faltas y participó con un pase de gol a Benzemá, nombrado MVP del partido.

Ante el San Lorenzo, este sábado, saldrá al “a batir todos los récords que hay por batir”, que diría Jorge Mendes, con la misión de conquistar el primer Mundial de Clubes para el Madrid (tiene tres Intercontinentales) y el segundo en su cuenta personal. Y, si puede, hacer diana para no frenar su impresionante promedio goleador con la camiseta blanca, ligeramente por encima del tanto por partido. En caso de no marcar, ganando el Madrid, su cura será pública y tal vez sus movimientos no sean los más expresivos. Pero poco tardaría en 'sacudirse' ese disgusto que normalmente pasa con los suyos. Los compañeros y la afición marroquí resultan ser buenos antídotos también.