Es noticia
El Atlético quiere quitarse a Cerci de encima como sea a cambio de 10 millones de euros
  1. Deportes
  2. Fútbol
no contempla la cesión por el momento

El Atlético quiere quitarse a Cerci de encima como sea a cambio de 10 millones de euros

No cuenta con Cerci y le busca destino. El problema es que el Atlético pide 10 millones de euros por su traspaso y ningún club italiano paga por el momento tal cantidad

Foto: Cerci, durante un partido con el Atlético de Madrid (EFE)
Cerci, durante un partido con el Atlético de Madrid (EFE)

Un desembolso de 14 millones de euros para nada. El Atlético de Madrid fichó a uno de los jugadores más cotizados de la Serie A italiana, pero en unos meses se ha convertido en un problema. El club rojiblanco no cuenta para nada con Alessio Cerci y su salida es inmediata si le encuentra destino. Con un protagonismo residual en el equipo, tanto el cuerpo técnico como la dirección deportiva esperan que los dirigentes cierren cuanto antes la salida del atacante, que también cuenta las horas para abandonar Madrid. Sus quejas ante la prensa italiana hace semanas dejaron claro que no queda otra solución.

Tanto el club como el agente del futbolista están ‘moviendo’ al futbolista por toda Italia. Da igual el destino. Se ha llamado a la puerta de todos los clubes importantes de la Serie A para colocar a Cerci y se confía en que alguno muerda el anzuelo. Internacional absoluto y fijo en las convocatorias del seleccionador italiano, continúa siendo un jugador cotizado y estimado en su país. Igualmente, otros clubes del continente han sido tanteados para que compren al delantero, aunque por el momento sin éxito.

El problema para que Cerci abandone el Atlético de Madrid es que el club sólo contempla el traspaso en estos momentos. Solicita 10 millones de euros al futuro comprador, circunstancia que está complicando la salida del futbolista. La institución rojiblanca realizó un gran esfuerzo económico el pasado verano para completar la plantilla con un jugador de su perfil que reclamaba el Cholo Simeone, pero el resultado final, a día de hoy, ha sido nefasto. Y nefasto será venderlo por 10 millones cuando pagó al Torino 14 hace bien poco. Milan, Inter y compañía, al menos por el momento, no ponen sobre la mesa el dinero. La cesión, a priori, no se contempla.

Desde hace tiempo, casi todos los jugadores que han ido llegando al Atlético de Madrid han encajado perfectamente en el vestuario rojiblanco. No es el caso de Cerci, que no entró con buen pie en la caseta. Con unos cuantos kilos de más se puso en septiembre a las órdenes de un mosqueado Simeone, tardando mucho más de lo previsto en rebajar el excesivo peso. A la hora de trabajar a diario, además, Alessio no ha destacado especialmente, algo que con el entrenador argentino es pecado moral.

Aunque en Hospitalet, en partido de la Copa del Rey, ofreció una buena imagen que invitaba a pensar que todavía era recuperable para la causa, lo cierto es que sus horas como jugador del Atlético de Madrid parecen contadas. No se trata de un futbolista que haya caído de pie en el vestuario -no es precisamente el más querido- y el Cholo Simeone confía en que las gestiones del club culminen cuanto antes. El entrenador sabe mejor que nadie que reconducir la situación es prácticamente imposible. Cerci firmó un contrato de tres temporadas, pero su crédito se ha consumido en tres meses. Pésima operación, deportiva y apunta a que también económica.

Un desembolso de 14 millones de euros para nada. El Atlético de Madrid fichó a uno de los jugadores más cotizados de la Serie A italiana, pero en unos meses se ha convertido en un problema. El club rojiblanco no cuenta para nada con Alessio Cerci y su salida es inmediata si le encuentra destino. Con un protagonismo residual en el equipo, tanto el cuerpo técnico como la dirección deportiva esperan que los dirigentes cierren cuanto antes la salida del atacante, que también cuenta las horas para abandonar Madrid. Sus quejas ante la prensa italiana hace semanas dejaron claro que no queda otra solución.

Diego Simeone Miguel Ángel Gil Marín
El redactor recomienda