Alessio Cerci abre un nuevo frente en un Atlético de Madrid con demasiadas grietas

Todavía falta más de un mes para que se abra el mercado de fichajes, y ya el Atlético está temiendo perder a varios jugadores. Los rojiblancos, que fueron uno de los grandes animadores del último mercado estival (con más de 100 millones de inversión en traspasos), podrían volver a serlo, pero para ver cómo se marchan varios futbolistas. El que más papeletas tiene para abandonar el Calderón es Alessio Cerci. Un problema más en un club donde hay másgrietas abiertas.

“¿Si puedo regresar a Italia? Veremos lo que pasa con el Atético hasta enero. Está claro que no me fui a Madrid para no jugar. En Italia siempre fui protagonista, no tengo la paciencia para quedarme en el banquillo”. Cuando el Atlético de Madrid cerró el acuerdo con el Torino por Cerci, desde Italia le deseaban lo mejor, pero muchos sabían que no iba a triunfar en el club colchonero. Como él mismo dice, no se siente cómodo si no es uno de los más destacados del equipo en el que esté. Fue de hecho su insumisión en la Roma lo que supuso su salida de la capital italiana. Allí donde no ha jugado siempre, no ha sido retenido, sino que le han dejado marcharse.

Abandonó Roma para fichar por la Fiorentina y en la ciudad de los Medici tampoco encontró la estabilidad que requería su personalidad. A pesar de no haber triunfado con creces hasta su llegada al Torino, Cerci siente una enorme seguridad en sí mismo, en sus capacidades dentro del campo y si no las puede desplegar, si se le impide dejándole en el banquillo o la grada, se frustra, se desespera… y se ofende. Porque Cerci se cree lo suficientemente bueno para ser titular en cualquier equipo. Y en muchos puede que lo sea y en otros no, pero esto último no lo asume, y no tiene pinta de asumirlo en un futuro cercano. El Inter de Milán, con la reciente incorporación de Roberto Mancini, está muy atento a la situación y espera plantear en enero una oferta de cesión y quizás incluyan una opción de compra.

El Atlético de Madrid (que no el Cholo Simeone), apostó muy fuerte por el fichaje del italiano. En la Serie A y en la Premier había varios equipos interesados en él y dispuestos a llegar a los 16 millones que pedía el Torino y que al final pagó el Atleti. Simeone quería a otros jugadores en esa posición de extremo. Su principal objetivo era José Callejón, pero el Napoli pudo retener al actual máximo goleador del calcio y reciente internacional con la selección española. El Cholo no le hacía ascos a Cerci, lo aceptó sin plantear demasiados problemas, pero no era su primera opción. Callejón habría sido casi indiscutible, Cerci ni siquiera ha sido aún titular.

La más que posible marcha de Cerci es nada más que la punta del iceberg de los problemas que se le están acumulando al Atlético de Madrid. Desde Simeone hasta Arda Turan, pasando por otros recién llegados, otros veteranos… Enrique Cerezo y Miguel Ángel Gil Marín tienen que empezar a solucionarlos para que la actual temporada no se haga muy larga y muy dura al Atlético de Madrid.

El más grave, probablemente, sea el tremendo disgusto que se llevó el Cholo cuando pidió en reiteradas ocasiones a la directiva el fichaje de Fernando Torres y, después, vio cómo el jugador que él más quería en su equipo acababa yéndose al Milan para no jugar siquiera una competición europea. La junta le consiguió a Raúl Jiménez, pero no era lo que el Cholo deseaba. Simeone habló con Torres para convencerle de que tenía las puertas de su casa abiertas y que no sería un simple suplente de Mandzukic (algo que sí está siendo Raúl Jiménez, cuyo papel se prometía destacado y está siendo al final algo menos que residual), sino que sería un hombre clave dentro del bloque duro del técnico argentino. Simeone cree que la directiva no hizo todo lo que podía para convencer a Torres y al Chelsea, y esa incompetencia o ese sosiego voluntario de los que mandan han terminado por desesperar al Cholo.

A Cerci lo podrían acompañar en su salida otros dos jugadores del primer equipo que no están teniendo demasiados minutos. Mario Suárez ya lleva tiempo amenazando con salir del Atlético en cuanto tenga oportunidad. Cuando llegó del Mallorca tras su tercera cesión, empezó a ser titular casi de inmediato, pero con el tiempo, la posición de pivote ha sido cosa de Tiago. El frustrado fichaje de éste por el Chelsea quitó también las esperanzas a Mario de ser de nuevo un fijo en la medular rojiblanca. El Napoli ya fue a por él en verano y ahora la Roma y otros clubesestarían dispuestos a entrar en la puja en enero. En una situación similar está Saúl Ñíguez, que ha caído en desgracia y apenas está contando ya para el Cholo. El canterano no está nada cómodo.

Jan Oblak también tenía fama en Portugal de no tomarse precisamente bien, como Cerci, las suplencias. Y ya lleva tres meses sin jugar prácticamente. Pero el que está más cabreado de la situación es el fondo de inversión que facilitó al Atlético el fichaje del esloveno. Doyen Group no está precisamente contento con que uno de sus activos, como es Oblak, se esté depreciando al no estar casi nunca en el césped, sino calentando el asiento con el resto de los suplentes.

Quizás para el Atlético todas esas malas noticias sean menos graves que lo que está por venir con dos de sus pilares. João Miranda ya quiso irse en verano, igual que Arda Turan, y los dos tendrán firmada su salida en el próximo mercado estivo. El brasileño, lesionado para las próximas tres semanas, era un candidato para reforzar la defensa del Barcelona, pero no pudo pagar su cláusula de 30 millones. Tanto él, como sobre todo Arda, ya han deslizado en su entorno más próximo que se van a marchar en cuanto acabe la actual temporada. El Atleti consiguió retener a los dos, pero será muy complicado que lo vuelva a hacer una vez más.