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Aspire, el vivero del fútbol catarí con vistas a su Mundial, ya es campeón asiático sub 19
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la academia dirigida por técnicos españoles

Aspire, el vivero del fútbol catarí con vistas a su Mundial, ya es campeón asiático sub 19

En esta prestigiosa academia de Doha se preparan los niños y jóvenes que están llamados a defender el pabellón del acaudalado emirato en el Mundial 2022

Foto: Fotos: David Ruiz
Fotos: David Ruiz

Lejos del ruido mediático provocado por el hecho, cada día más plausible, de que el Mundial de Qatar se acabe jugando en el invierno europeo (denlo por hecho), la academia Aspire sigue dando pequeños pero firmes pasos en su complejo cometido de formar talentos con los que alimentar a su selección el aún lejano año 2022 en el que deberán defender el pabellón del acaudalado emirato al calor de su público frente a los mejores equipos del planeta.

De lo que no hay duda es que la metodología de trabajo implantada en los últimos cuatro años por Iván Bravo, el director general del mayor y más sofisticado centro de alto rendimiento deportivo del planeta, y Roberto Olabe, máximo responsable de la parcela balompédica, empieza a recoger sus frutos y, de paso, hacer realidad el lema con el que se fundó en 2004 este imponente oasis de la actividad física en mitad del desierto más rico del globo terráqueo: “Aspire today, inspire tomorrow”.

El título alcanzado hace un par de semanas por el combinado sub 19 qatarí en la Copa de Asia de la categoría, disputada en Myanmar (la antigua Birmania), tras doblegar contra pronóstico a Corea del Norte (1-0) en la gran final supone un éxito sin precedentes en la historia del fútbol de esta nación de bolsillo (excepción hecha de las dos Champions ganadas por el Al Sadd en 1989 y 2011), y también el primero verdaderamente relevante de la Academia a nivel internacional.

Más allá de que la escuadra dirigida por el técnico español Félix Sánchez Bas se haya asegurado una plaza para el Mundial sub 20 de Nueva Zelanda del próximo año, donde tendrá la oportunidad de medir sus fuerzas con los mejores talentos del planeta, el mayor orgullo de los varios cientos de empleados de una cincuentena de nacionalidades que ponen a diario su granito de arena en aras del crecimiento tanto a nivel deportivo como humano de los adolescentes qataríes, reside en el hecho de que ésta es la primera generación de futbolistas que ha echado las muelas de forma íntegra en Aspire.

“Este título ha sido la culminación de un trabajo de seis años de dura preparación semanal. Los chicos vienen para mejorar sus fundamentos técnicos, físicos y tácticos con sesiones de entrenamiento de la máxima exigencia. Después, el fin de semana, se marchan a jugar con sus clubes para tratar de poner en práctica todos los conceptos que han aprendido y trabajado aquí los días precedentes”, explica Juan Luis Delgado, uno de los integrantes más veteranos de la amplísima legión hispana que pisa a diario los trece (incluyendo el espectacular estadio cubierto para 8.000 personas en el Dome) terrenos de juego del macrocentro sito en uno de los extremos que delimitan la ciudad de Doha.

La forja de estas estrellas del mañana incluye la disputa de minitorneos amistosos entre semana frente a rivales de otros países con el objetivo de grabarles a sangre y fuego el espíritu competitivo, un gen que por mor de sus vidas fáciles y acomodadas desde la tierna infancia no traen de fábrica.

Las escuadras sub 16 y sub 18 de San Lorenzo de Almagro y el Beijing Guan chino han sido los últimos invitados por Aspire para testar el auténtico nivel de sus pupilos y analizar detenidamente gracias a las ocho cámaras instaladas en cada campo por Valter di Salvo, el director de Ciencia y Rendimiento de la Academia (ex responsable de la parcela física en el Manchester United, Real Madrid y Lazio), las fortalezas y debilidades de sus jóvenes promesas, integradas en un total de 13 escuadras.

“Muchos de estos chavales que vienen para competir con los nuestros están más curtidos, más hechos, son más maduros porque sus vidas son distintas, generalmente más complejas, y cuando saltan al campo actúan como si les fuera la vida en ello. Y en el fondo es así, porque saben que sólo destacando con el balón en los pies podrán disfrutar de un estatus relevante en el futuro. Esa garra, ese coraje y esa pelea permanente que muestran en la cancha nos vienen muy bien para que los chicos de aquí sean conscientes de lo importante que es saber competir para poder tener éxito en los torneos en los que participarán más adelante”, señala el técnico castellonense, afincado en Qatar desde 2007.

Los viajes periódicos a Europa para tomar parte en torneos de categorías inferiores de gran relieve, como el MIC en Costa Brava, o las salidas puntuales para conocer de primera mano el trabajo de cantera de clubes especializados desde hace décadas en dicha labor, como la que harán esta misma semana visitando al Athletic en Lezama, complementan las enseñanzas recibidas durante el período formativo, al tiempo que sirven de estímulo a los chavales, deseosos de conocer alguno de los principales santuarios del balompié mundial.

Los alumnos más aventajados de la Academia reciben la oportunidad de cerrar su círculo formativo en algún club de primera fila europeo gracias a los acuerdos alcanzados en su día por Aspire para tal fin. Valga como ejemplo el hecho de que 12 de los 23 integrantes del flamante campeón asiático sub 19 militan en la actualidad en equipos extranjeros (cinco juegan en España, cuatro en Bélgica, dos en Francia y uno en Austria).

Curiosamente, los mejores elementos del once que dirige Sánchez Bas pisan diariamente suelo español. El atacante Akram Afif, autor del gol que dio el título continental a Qatar, defiende los colores del Villarreal (el año pasado jugó en el Sevilla), al igual que el guardameta Youssef Hassan y el volante Nasser Ibrahim Al Nasr; el zaguero Tameem Al Muhaiza milita en el Atlético Madrid C, mientras que el medio Abdullah Ali juega en el Real Madrid.

Bélgica, y más en concreto el KAS Eupen, club adquirido hace un par de años por el emirato para dar salida a los mejores talentos de su mastodóntico proyecto africano vinculado al balompié (Football Dreams), es el otro gran laboratorio que utiliza Aspire para lanzar al ruedo a sus chicos más prometedores y comprobar si tienen madera para la alta competición.

RAÚL, PROFESOR Y ESPEJO

Tener cerquita a uno de los futbolistas de referencia mundial en las dos últimas décadas como fuente de inspiración ha sido, qué duda cabe, otro de los grandes tantos que se ha apuntado en su haber Bravo y su equipo de colaboradores.El fichaje hace dos veranos de Raúl González por el Al Sadd ayudó sobremanera a colocar en el mapa el fútbol de la región, pero también fue un movimiento estratégico cuyo gran beneficiario, a medio plazo, sería la Academia.El icono madridista se entusiasmó desde el primer día con el proyecto formativo desarrollado en Aspire y no dudó un segundo en volcar las energías que le dejaban los partidos con el conjunto más laureado del país para contribuir con su experiencia a la mejora del trabajo diario con los más pequeños.

La integración de Raúl en la estructura de Aspire ha sido paulatina y con una doble vertiente: de aprendizaje a nivel organizativo en los despachos, y de enseñanza en su hábitat natural con los niños.Su implicación con la Academia no ha parado de crecer con el pasar de los meses. Empezó con entrenamientos personalizados para mejorar el trabajo de los delanteros y ha terminado formando parte del cuerpo técnico del equipo sub 19, con el que viajó a Myanmar para arroparles en su camino hacia la corona continental.

Cuentan quienes trabajan a diario con el ex Pichichi de La Roja que Raúl está fascinado con este nuevo rol en su carrera deportiva, y que lo disfruta tanto como cuando dejaba su sello en las redes del Santiago Bernabéu.Al final de la pasada campaña, el máximo artillero de la Champions League (ex aequo ya con Messi) se despidió de los terrenos de juego y ahora mismo encabeza a full time, al menos hasta finales de este mes (cuando haga las maletas para mudarse definitivamente a Nueva York), esa larga legión de preparadores (50 sólo en fútbol) procedentes de una veintena de países que han encontrado acomodo en un proyecto de enorme calado que busca la excelencia a largo plazo.

Lejos del ruido mediático provocado por el hecho, cada día más plausible, de que el Mundial de Qatar se acabe jugando en el invierno europeo (denlo por hecho), la academia Aspire sigue dando pequeños pero firmes pasos en su complejo cometido de formar talentos con los que alimentar a su selección el aún lejano año 2022 en el que deberán defender el pabellón del acaudalado emirato al calor de su público frente a los mejores equipos del planeta.

Doha
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