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Cristiano continúa dando de comer a un Madrid en el que ya brilla Keylor Navas
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dos errores provocan la derrota blanca (1-2)

Cristiano continúa dando de comer a un Madrid en el que ya brilla Keylor Navas

Con Di María reivindicándose y con Keylor Navas cumpliendo en su estreno con el equipo blanco, la falta de concentración provocó la derrota (1-2)

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En el calor y la entrega del Estadio Nacional de Varsovia, sucursal del Santiago Bernabéu en vista del tifo en memoria de Alfredo Di Stéfano desplegado en la previa y a las miles de zamarras blancas que inundabansus gradas, el Real Madrid optó por dosificar esfuerzos en el último amistoso del verano ante la Fiorentina (1-2). Con Di María, de largo el mejor gracias a su desborde, coraje yespíritu reivindicativo,y Khedira en el escaparate, el equipo de Carlo Ancelotti, que dijo dar por cerrado el grifo de los fichajes (no así el desalidas), perdió y sólo encontró el gol del de siempre:Cristiano Ronaldo. Pese al poco empuje de los italianos, la falta de concentración de Xabi Alonso y Khediradio pie a los goles de Mario Gómez y Marcos Alonso. Dos tantos que voltearonelensayo previo ala ida de la Supercopa de España ante el Atlético de Madrid del próximo martes (23.00 horas, Santiago Bernabéu). Un choqueque, junto alímpetu de Di María, nos dejóel correcto estreno de Keylor Navas bajo palos.

El encuentro arrancó con un efectivo taconazo de Cristiano para recuperar la posesión que llevó un orgásmico ‘oh’ a la grada. Apenas tres minutos después, tres toques le bastaron al luso para ajusticiar de forma precipitada a una Fiorentina indolente y taciturna, carente de picante. Un equipo con buenos peloteros y reconocido gusto por la asociación que se encontraba con un mazazo que frenaba en seco sus aspiraciones sobre el campo. Cristiano agarró el balón en campo propio para iniciar una contra letal. Abrió a Di María para coger impulso sin balón, el argentino condujo con frenesí y al llegar al área se atrevió a poner un pase medido con su diestra al corazón del área para que su jefe de filas rematara a placer. Junto al meta brasileño Neto, hasta tres defensas violetas se resignaron a ser testigos de excepción de una jugada marca de la casa. El pim, pam, pum elevado a su máxima expresión.

Y es que cada vez que el luso merodea por el árease masca la tragedia. Los rivales saben que meter un pie a destiempo podría dar pie a un ridículo inasumible por sus egos. Culo gacho, reculan hasta meterse dentro de la cueva. Una decisión cuyos efectos pueden ser igualmente devastadores. Un minuto antes del tanto que abría el marcador, Navas desprecintó sus guantes para repeler un incisivo disparo de Babacar. El meta costarricense propone humildad y capacidad de sacrificio como credenciales para convertirse en la primera opción de un Ancelotti que, pese a la controvertida marcha de Diego López al Milan, seguirá teniendo un quebradero de cabeza en la portería. El ídolo tico ve en el Real Madrid el paroxismo del ‘Pura Vida’, el modus vivendi que exhiben orgullosos Navas y sus compatriotas. “El Real Madrid es de esas cosas que quieres que dure toda la vida”, comentaba recientemente el meta. El debate está servido y, mientras el italiano vive al día con su particular tormento -“ya tomaremos la decisión de quién juega la Supercopa de España”, dijo en rueda de prensa- , los dos porteros se baten en duelo sin mirarse a los ojos.

Recostado sobre el cómodo respaldo del suntuoso banquillo, Ancelotti conversaba con Hierro de forma distendida. A decir verdad, tampoco se les veía muy preocupados. Pese a los matices a concretar en las próximas fechas, este Real Madrid tiene claras las cosas. Di María aprovechaba cada balón para demostrar que su verticalidad tiene cabida en cualquier esquema. Más allá de la decisión que tome la directiva, su entrega y categoría futbolística son innegociables. Curiosamente, su hiperactividad contrastaba con el desconcierto de James Rodríguez, el hombre que supuestamente vino para recomponer el esquema, ese supuesto 4-2-3-1 que sigue sin coger forma, y quitarle el pan y la sal. Aunque ante el Sevilla jugó por detrás de la temible ‘BBC’, ante la ausencia inicial de Benzema y Bale, Ancelotti lo puso en el centro de la línea de tres atacantes. Difícil papeleta la del colombiano que tiene que interpretar un rol todavía indefinido. ¿Interior, mediapunta o extremo? Ancelotti tendrá que aclararlo.

Con cuentagotas llegaban las señales de vida del equipo italiano. Agazapados atrás, el incombustible Mario Gómez culminaba una llegada a trompicones con un disparo tras un giro pesado. Fue el exceso de confianza el que jugó una mala pasada a los madridistas al tiempo que reactivó a su contrincante. Xabi Alonso perdió un balón en zona de tres cuartos y el cuadro transalpino supo castigarlo de manera brillante. El pase atrás del mediocentro tolosarra pasó delante de la impertérrita zaga blanca hasta encontrar a Aquilani. El atacante italiano no se lo pensó y puso un centro templadito al corazón del área donde Mario Gómez esta vez no perdonó. Cabezazo inapelable con rosca del teutón de origen español, que hizo inútil el vuelo arácnido de un Keylor Navas que ya sabe lo que es encajar con la zamarra merengue. El gol espoleó al cuadro viola que poco a poco se resarció y, lo que es más importante, dejó de rendir pleitesía al rival. Así, Aquilani le robó la cartera a Marcelo al borde del área y buscó apoyo en Pizarro antes de conectar una imponente volea que besó el travesaño.

El partido entró en una fase alocada. Las acciones de ida y vuelta se sucedían pero los blancos no conseguían concretar sus ardientes deseos de marcar. Con patente de corso para desenvolverse sobre el rincón del verde que guste, Cristiano optaba por ocupar el puesto de delantero centro, posición difusa en un equipo donde sus fichas permutan según venga el viento.Pese a los pitos de la entregada afición polaca para animar a su Madrid, la Fiorentina llegó para quedarse. Montella gesticulaba enérgicamente y sus soldados respondían a la llamada de su gerifalte. Despojados del corsé, trataban de crear peligro por banda y en una de sus arremetidas Nacho tuvo que poner a prueba su flexibilidad para desviar a corner un balón colgado desde la derecha.

A la vuelta de la caseta, cuatrocambios de una tacada para afrontar el segundo acto: Kroos (Xabi Alonso), Benzema (Cristiano), Coentrao (Marcelo), Carvajal (James Rodríguez) ingresaban en el cambio tratando de minimizar los efectos sobre el 4-3-3 por el que apuesta ciegamente Ancelotti. Pronto Toni Kroos es la pieza que produce y equilibra, que acelera y templa. Con él ex jugador del Bayern el campo, el Madrid danza a su vera. Un hombre capaz de hacer bonito lo más sencillo. Lo contrario a un Di María, alma libre y anárquica, que se afanaba en demostrar que tiene un sitio en un equipo que ve en el argentino una importante vía de ingresos. Con la pausa del alemán y la electricidad del ‘Fideo’, el equipo blanco se asentó y volvió a adueñarse del choque. A la Fiorese le hacía cuesta arriba un partido sin mayor objetivo que perfilar un arranque de curso que asoma a la vuelta de la esquina. Tras el cuarto puesto en la Serie A y la final de Copa perdida ante el Nápoles, los de Montella afrontan el futuro con optimismo e ilusión.

El choque nos dejó la imagen del brazalete de capitán para un Benzema que derrocha elegancia y finura. Carvajal y Arbeloa se divertían y alternaban arreones por la derecha. Unas internadas estériles que olvidaban el fin último del fútbol y se quedaban en desnudar las vergüenzas del rival. Un rival que, como ocurriera en la primera mitad, cuando menos impresión de peligro causaba, volvió a sacar petróleo de la relajación rival. Marcos Alonso, nieto de Marquitos e hijo de Marcos Alonso, pinchó en la izquierda con jerarquía un envío profundo desde el centro. Khedira marró en el intento de desbaratar la acción. Uno de los muchos canteranos madridistas obligados a buscarse las castañas fuera de casa, progresó y asistió con incredulidad la entrada en falso de un tierno Arbeloa antes de rematar con comodidad con su diestra en las inmediaciones del área chica. Con el segundo gol luciendo en el luminoso, el equipo violeta se multiplicó y a punto estuvo de conseguir el tercero. Lo evitó un Keylor Navas inconmensurable que endureció al límite su zurda para atajar en dos tiempos un disparo desde el balcón del área de Vargas.

Los madridistas parecían noqueados y, lo que es peor, sin margen para reaccionar. Ancelotti intensificaba el baile de su mandíbula y destrozaba su chicle. En el verde, Di María se plantaba sólo ante Neto tras su enésima galopada. El argentino vio al brasileño adelantado y, con buen criterio, optó por picarla para dibujar una vaselina que hubiera llenado de nervios a los que quieren deshacerse sin miramientos de sus servicios. Por suerte para sus intereses, el balón, tras sortear el escollo más complicado, se perdió por línea de fondo.Los últimos minutos dejaron un correcalles impregnado de apatía antes de la disputa del segundo título de curso que empezará a librarse en poco más de tres días.

Ficha técnica:

1 - Real Madrid: Keylor Navas, Arbeloa (Burgui, m.74), Varane (Ramos, m.74), Nacho, Marcelo (Coentrao, m.46), Khedira (Medrán, m.74), Illarramendi (Lucas Vázquez, m.76), Xabi Alonso (Kroos, m.46), Di María, James (Carvajal, m.46) y Cristiano Ronaldo (Benzema, m.46).

2 - Fiorentina: Neto; Tomovic (Pizzini, m.85), Gonzalo Rodríguez (Hegazi, m.86), Savic, Marcos Alonso; Borja Valero (Gigli, m.90), Pizarro (Wolski, m.77), Aquilani (Brillante, m.68); Vargas (Pasqual, m.85), Babacar (Bernardeschi, m.77) y Mario Gómez (Ilicic, m.68).

Goles: 1-0, m.4: Cristiano Ronaldo. 1-1, m.26: Mario Gómez. 1-2, m.69: Marcos Alonso.

Árbitro: Daniel Stefanski (POL). Amonestó a Savic por el Fiorentina.

Incidencias: encuentro amistoso disputado en el Stadion Narodowy ante 47.000 espectadores. Desde un fondo se realizó un homenaje a Alfredo Di Stefano, don una pancarta de grandes dimensiones.

En el calor y la entrega del Estadio Nacional de Varsovia, sucursal del Santiago Bernabéu en vista del tifo en memoria de Alfredo Di Stéfano desplegado en la previa y a las miles de zamarras blancas que inundabansus gradas, el Real Madrid optó por dosificar esfuerzos en el último amistoso del verano ante la Fiorentina (1-2). Con Di María, de largo el mejor gracias a su desborde, coraje yespíritu reivindicativo,y Khedira en el escaparate, el equipo de Carlo Ancelotti, que dijo dar por cerrado el grifo de los fichajes (no así el desalidas), perdió y sólo encontró el gol del de siempre:Cristiano Ronaldo. Pese al poco empuje de los italianos, la falta de concentración de Xabi Alonso y Khediradio pie a los goles de Mario Gómez y Marcos Alonso. Dos tantos que voltearonelensayo previo ala ida de la Supercopa de España ante el Atlético de Madrid del próximo martes (23.00 horas, Santiago Bernabéu). Un choqueque, junto alímpetu de Di María, nos dejóel correcto estreno de Keylor Navas bajo palos.

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