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Continúa el éxodo de los entrenadores españoles: Garrido pone rumbo a El Cairo
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ficha por el Al-Ahly egipcio

Continúa el éxodo de los entrenadores españoles: Garrido pone rumbo a El Cairo

El fichaje del ex entrenador de Betis y Villarreal supone la continuidad de la tendencia que habla del carácter emigrante de los técnicos españoles

Foto: Garrido durante un partido en el Camp Nou como entrenador del Villarreal.
Garrido durante un partido en el Camp Nou como entrenador del Villarreal.

Salió del Betis a finales de enero, 48 días después de su contratación con dos victorias en diez partidos. Un pobre bagaje cuando la urgencia y la necesidad de ganar aprietan el pecho. Tras unos meses en el paro y a falta de la confirmación oficial, Juan Carlos Garrido se convertirá en entrador del Al-Ahly egipcio. Tras sus frustradas experiencias en el equipo sevillano, el Villarreal y el Brujas, el técnico valenciano iniciará una nueva etapa en el país africano. Garrido es el último de una larga lista de entrenadores patrios que emigran para proseguir con sus carreras al tiempo que exportan un concepto de fútbol atractivo y vistoso fuera de nuestras fronteras. A raíz de los recientes éxitos de nuestra selección, el buen trato de balón que define al fútbol patrio gusta y atrae. Un hecho que queda demostrado en la gran cantidad de clubes foráneos que se refuerzan en los abundantes caladeros de nuestro país.

Desde Benítez a Guardiola, pasando por Roberto Martínez, Juanma Lillo, Míchel, Manolo Jiménez o el recién llegado a tierras chinas Gregorio Manzano, más de 35 entrenadores españoles ocupan los banquillos de 16 países de todo el mundo, incluyendo seleccionadores nacionales. Cifras que nos acercan a líderes exportadores como Alemania (46), Francia (38), Argentina (45) e Italia (46). España es uno de los países donde más se están exportando entrenadores últimamente. Porque, como dijo Manzano en su presentación con el Beijing Guoan, vayas donde vayas, el lenguaje que articula el fútbol es universal. "Su fundamento es el mismo en todos los sitios, ganar al rival".

Además, alejados de la primera plana, en la sombra, en un trabajo que goza de menor reconocimiento y prestigio, otros técnicos deciden desarrollar su labor en escuelas repartidas por medio mundo. En un informe publicado por el Diario AS, en 2012 hasta 24 entrenadores nacionales desempeñaban sus funciones lejos de nuestro país. A diferencia de la opulencia de las grandes ligas internacionales, en estos casos hablamos de anonimato, capacidad de sacrificio pero sobre todo un amor incalculable por el fútbol.

Un éxodo que data de la década de los cuarenta, cuando algunos entrenadores hicieron las maletas y cruzaron el charco huyendo de la cruel Guerra Civil que asoló nuestro país. Fue el caso de Juan Luque de Serrallonga Tras su etapa como jugador en España, el gerundense fue el encargado de abrir la veda al dirigir a la selección mexicana en el primer Mundial de la historia diputado en Uruguay en 1930. Aunque no tuvo mucho y los mexicanos no ganaron ningún partido, logró proseguir su carrera en el país azteca y ganar una Liga con los Tiburones Rojos de Veracruz en la temporada 1949-50. El bilbaíno Joaquín Urquiaga dibujó un recorrido similar. Establecido en México tras su etapa en el Betis, ganó como jugador la primera Liga de la historia del Veracruz en 1946. Dos años después conquistó la Copa de México y en 1953 guió al modesto equipo de Tampico a la única liga de su historia.

Un fútbol convulso

Según los libros de historia antigua, el fútbol fue jugado por primera vez en Egipto en elsiglo III A.C. como parte de un rito a la fertilidad. Aunque dista mucho de la versión del deporte rey que conocemos en la actualidad, se trata del primer antecedente conocido y reconocido por la historia mundial. En las tumbas egipcias se evidencian muestras de objetos similares a pelotas de fútbol y prácticas deportivas parecidas a este deporte. Diversos estudios describen que estas pelotas habrían sido confeccionadas con catgut (nervios de animal) y envueltas en cuero de venado con el objetivo de que rebotaran mejor al impactar con la tierra.

Ya en su versión actual, el punto álgido en la historia de este legendario territorio se sitúa en los albores del siglo XX, momento en el que surgieron las escuadras con más solera. Una de ellas es precisamente el Al-Ahly. Fundado en 1907, representa a la clase media y trabajadora egipcia. Con 8 títulos de la CAF (La Liga de Campeones de Africana), es considerado el mejor club africano del siglo XX. El equipo de la capital ostenta, junto a su vecino Al-Zamalek, el honor de no haber perdido la categoría desde la creación de la competición en la campaña 1948-1949. En cuanto al calendario la temporada en el país africano guarda numerosas similitudes con la española. El curso se inicia en agosto y se extiende hasta mayo, aunque entre medias se intercala un descanso de seis semanas que va desde finales de diciembre hasta principios de febrero. Sin embargo, en los últimos años la inestabilidad que ha regido el día a día del país ha mutado forma drástica el panorama.

El 1 de febrero de 2012 74 personas murieron, la mayoría hinchas del Al-Ahly, y 254 resultaron heridas en los brutales enfrentamientos en el estadio de Port Said entre los seguidores de Al Masry y los del equipo cairota, el más popular del país y cuyos ultras son a menudo protagonistas de disturbios con la policía. “La culpa es de los soldados. Había decenas de ellos y de policías. Desaparecieron todos. Era un caos completo”, relataba el portugués Manuel José, por entonces técnico del conjunto egipcio.La tragedia y los numerosos incidentes que sacudían el país obligó a suspender la competición durante un año.

Salió del Betis a finales de enero, 48 días después de su contratación con dos victorias en diez partidos. Un pobre bagaje cuando la urgencia y la necesidad de ganar aprietan el pecho. Tras unos meses en el paro y a falta de la confirmación oficial, Juan Carlos Garrido se convertirá en entrador del Al-Ahly egipcio. Tras sus frustradas experiencias en el equipo sevillano, el Villarreal y el Brujas, el técnico valenciano iniciará una nueva etapa en el país africano. Garrido es el último de una larga lista de entrenadores patrios que emigran para proseguir con sus carreras al tiempo que exportan un concepto de fútbol atractivo y vistoso fuera de nuestras fronteras. A raíz de los recientes éxitos de nuestra selección, el buen trato de balón que define al fútbol patrio gusta y atrae. Un hecho que queda demostrado en la gran cantidad de clubes foráneos que se refuerzan en los abundantes caladeros de nuestro país.

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