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20 millones de euros por temporada para frenar la salida de Messi al Manchester City
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SU MARCHA SERÍA UN DESGASTE SOCIAL

20 millones de euros por temporada para frenar la salida de Messi al Manchester City

El Barcelona se encuentra ante un complicado dilema respecto al futuro de Messi: o apostar por que se quede o aceptar los 200 millones del Manchester City

Foto: Messi, en un partido con el Barcelona (Efe).
Messi, en un partido con el Barcelona (Efe).

El Barcelona y sus dirigentes se encuentran ante un complicado dilema respecto al futuro de Leo Messi. Bartomeu quiere ampliar el vínculo que le une hasta 2018, pero a los directivos azulgrana no les gusta cómo está actuando el argentino y su entorno. Esa distancia que parece querer mantener con todo y todos y la ronda de consultas con posibles pretendientes (Manchester City y PSG), no han gustado por el Camp Nou. La duda es apostar fuerte y firmar un nuevo contrato de muchos millones o recibir 200 millones como posible traspaso. El debate existe, pero saben que están obligados a intentar que Messi pose con la foto de su nueva y anual firma de contrato.

Josep María Bartomeu está haciendo todo lo posible para conseguir una nueva renovación del contrato del argentino. "Messi no se vende", repite en cada ocasión que tiene. El nuevo presidente azulgrana está dispuesto a colocar sobre la mesa 20 millones de euros por campaña para conseguir frenar la acometida del Manchester City, lanzado a poner los 200 millones de euros de cláusula de rescisión y a colocar al jugador con un contrato cercano a los 25 millones de euros por año. Las salidas de Víctor Valdés y Puyol posibilitan ese esfuerzo, ya que se marchan 15 millones de euros limpios por temporada.

Hace trece meses, el Barcelona, con Sandro Rosell como presidente, firmó un nuevo compromiso con Messi, elevando su sueldo de los 12 a los 16 millones de euros. Ahora la historia se repite. En esta ocasión, los méritos deportivos no llevan a pensar en una mejora justificada del contrato, pero el obligado paso del argentino por la Agencia Tributaria y la aparición del equipo de Mansour bin Zayed Al Nayhan, obligan a la entidad azulgrana a un nuevo esfuerzo económico, algo que más de un directivo considera como desproporcionado y fuera de lugar.

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Ninguno de los directivos que se sientan en la sala de juntas quiere pasar a la historia como uno de los que firmó el adiós de Leo Messi. Lógico. El desgaste social supondría su salida de la entidad. No hay otra. Por eso luchan, algunos sin el pleno convencimiento, para mantener al argentino como azulgrana. En lo que no podrían hacer nada es en el momento que apareciera el City y pusiera los 200 millones de euros de la cláusula, previo acuerdo con el jugador claro está.

Messi reclama atención. Su fútbol no está en duda. Su actitud, en cuarentena. El vestuario le ha recordado en un par de ocasiones que debe cambiar, que necesita implicarse más. La última, hace dos semanas. El escenario ya no es el mismo al de sus años más felices. La directiva actual ha intentado que así sea, pero Messi no tiene el ambiente de años atrás.

Las salidas de Valdés y Puyol parece que no serán las únicas. La estructura del equipo cambiará y Messi debe asumir un rol del que ha huido. Siempre ha sido el líder en el terreno de juego, pero nunca lejos del césped. Ahora está obligado y eso es algo que no parece querer hacer con esa actitud distante que muestra.

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Por el Camp Nou saben que la aparición del City es seria, que el jeque está dispuesto a hacer la que sería la mayor operación del fútbol mundial. Su peculiar manera de financiarse con importantes acuerdos de patrocinios con empresas relacionadas con las compañías deMansour bin Zayed Al Nayhan, facilita que, por el momento, pueda superar el fair-play financiero, que a partir del próximo verano impondrá la UEFA.

El jeque, además del impacto deportivo que supondría la llegada del ganador de cuatro Balones de Oro, busca dar el golpe de efecto definitivo para colocar al Manchester City en la elite europea de una manera definitiva. Y es que está empeñado en tener un respaldo social y mediático que no logra por la historia y el palmarés del City.

El Barcelona y sus dirigentes se encuentran ante un complicado dilema respecto al futuro de Leo Messi. Bartomeu quiere ampliar el vínculo que le une hasta 2018, pero a los directivos azulgrana no les gusta cómo está actuando el argentino y su entorno. Esa distancia que parece querer mantener con todo y todos y la ronda de consultas con posibles pretendientes (Manchester City y PSG), no han gustado por el Camp Nou. La duda es apostar fuerte y firmar un nuevo contrato de muchos millones o recibir 200 millones como posible traspaso. El debate existe, pero saben que están obligados a intentar que Messi pose con la foto de su nueva y anual firma de contrato.

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