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Insúa, Adrián, Diego y demás 'episodios' que han hecho dudar a Simeone
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SUS PEORES MOMENTOS EN EL ATLÉTICO

Insúa, Adrián, Diego y demás 'episodios' que han hecho dudar a Simeone

Simeone atraviesa en estos momentos los peores momentos desde que dirige al Atlético. No es un bache grave por corto en el tiempo, pero preocupa

Foto: Simeone afronta la peor racha de resultados desde que llegó al Atlético.
Simeone afronta la peor racha de resultados desde que llegó al Atlético.

Nunca lo reconocería, principalmente porque se negaría en rotundo a ver la botella medio vacía. Pero Diego Pablo Simeone atraviesa en estos momentos los peores momentos desde que dirige al Atlético de Madrid. No es alarmante porque la trayectoria hasta aquí ha sido tan positiva que el bache en el que se encuentra ahora su equipo no es para nada grave. Pero sí preocupa más de la cuenta.

El Cholo admite cuando explica su filosofía de trabajo que él se preocupa por todo. Mientras la cosa va bien, está con mil ojos pendiente de que nada se tuerza, de que todo el mundo dé el máximo, de que nadie se relaje. Pero han sido las tres derrotas consecutivas sufridas en menos de una semana lo que ha generado las primeras dudas en el técnico rojiblanco. Incluso el cansancio empieza a hacer mella en el equipo, tal y como reconoció en La Gazzetta dello Sport: "Puede ser que estemos algo cansados. Tarde o temprano a todos los equipos les toca pasar por momentos difíciles y ahora nos toca a nosotros, a ver cómo salimos".

Situaciones esperadas en cualquier temporada, como lesiones o sanciones o partidos que se tuercen, han tenido que ir solventándose como se creía que se debía hacer. Pero los resultados negativos han acabado por golpear su mayor virtud, en la que es casi infalible y con la que se gana siempre a sus jugadores: la capacidad para acertar en sus decisiones a la hora de preparar partidos.

Los “episodios”, tal y como describió Simeone las circunstancias que le hicieron perder 3-0 en el Bernabéu (entiéndase, por ejemplo, los dos goles recibidos tras un rebote), sirvieron para desarbolar la efectividad de un equipo intenso capaz de sobreponerse a casi todo casi siempre. Esos ‘episodios’, en los que incluyó los dos inocentes penaltis de la vuelta, no son tenidos como excusa para el técnico, ya que incluso entonó el ‘mea culpa’ por el planteamiento del partido del martes.

placeholder Insúa (d) con Carvajal, durante el partido del martes.

Y es que de hecho, Simeone rectificó su primera idea, la de salir a morder con una línea de atacantes más adelantada, con Sosa y Cebolla apretando a los laterales madridistas, y con Diego por dentro al lado de Koke y Mario Suárez. Finalmente, su equipo comenzó el choque dejando el balón y demasiado espacio al Madrid. El tempranero gol de Cristiano terminó de dibujar la imagen de un equipo, plagado de los menos habituales de la plantilla, conformista o impotente, adjetivos ajenos al Atlético de Madrid de la era del Cholo.

Es evidente que su fondo de armario no es el de los equipos con los que comparte la cabeza de la Liga. Pero la aportación de los ‘subalternos’ ha dejado sabor agridulce al entrenador colchonero. Aranzubia e Insúa son los ejemplos más claros de actuación decepcionante. El portero sobre todo por el 2-0 de Almería. Por su parte, la oportunidad que se le presentó al argentino tras la lesión de Filipe Luis ha sido realmente su perdición. Si la ida de Copa le dejó en evidencia, la vuelta, con su penalti a Bale, ha significado que Simeone le acabe definiendo como un jugador con el que difícilmente contará para citas importantes de ahora en adelante.

La relación del técnico con Adrián es cosa aparte. Su eterna espera por ver la mejor versión del asturiano no tiene fin de momento. La reciente renovación del atacante no sólo no ha significado ese resurgir, sino que cubre de extrañeza esa operación acometida por el club del Manzanares. Y su suplencia en el partido del martes, después de entrenar en el equipo ‘sparring’ el lunes rodeado de juveniles, deja una imagen extraña de su actual situación. Sólo suma dos goles esta temporada, donde sólo ha sido titular en 11 partidos.

Lo bueno para él es que salió algo reforzado para ojos de su entrenador tras la decente segunda parte ante el Madrid, como le ocurrió a Sosa. El argentino ha llegado a preocupar a los técnicos por su difícil adaptación al ritmo con el que juegan los rojiblancos. Sin embargo, ante los blancos disputó los 90 minutos y fue de los pocos que dejó sensación de peligro para el rival.

placeholder Diego Ribas no ha tenido un buen estreno como titular.

Diego, el mayor quebradero de cabeza

Y Diego Ribas es en estos momentos el mayor quebradero de cabeza de Simeone. El cambio en el ideario de juego que quiere que el brasileño abandere ha intentado ser implantado en esta coyuntura tan extraña que hemos explicado. Simeone ve que todavía no está al nivel que él le conoce, pero aun así sabe perfectamente de lo que es capaz cuando el juego ofensivo pasa por él. Sin embargo, las tres derrotas y los cero goles a favor con él de titular, coincidiendo con la baja de Villa, trae también dudas a Simeone.

Todo este panorama se puede despejar fácilmente si con la vuelta de los lesionados y sancionados, el once atlético vuelve a dar el nivel que ha venido demostrando, sin ir más lejos, en el último partido liguero en casa, ante la Real Sociedad. Aquel día debuto con buen pie Diego, lo que unido a la lesión de Villa le llevó a la titularidad, quien sabe si demasiado temprana.

No han llegado a saltar las alarmas porque la situación se ha dado en un momento muy puntual de la temporada. Por eso, el partido del sábado ante el Valladolid no preocupa demasiado, y se ve como la gran oportunidad para retomar la senda del triunfo. Pero el miércoles viajan a Milán, y entonces será demasiado temprano para haber alejado del todo las dudas que han dejado en Simeone estos tres partidos. Tendrán que sucederse los ‘episodios’ favorables de nuevo para que todo lo construido vuelva a tener la misma fuerza que tenía hasta hace unos días. Aunque como ya hemos dicho, la preocupación del jefe de la nave colchonera nunca se va rebajar hasta el último día.

Nunca lo reconocería, principalmente porque se negaría en rotundo a ver la botella medio vacía. Pero Diego Pablo Simeone atraviesa en estos momentos los peores momentos desde que dirige al Atlético de Madrid. No es alarmante porque la trayectoria hasta aquí ha sido tan positiva que el bache en el que se encuentra ahora su equipo no es para nada grave. Pero sí preocupa más de la cuenta.

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