Herrerín, el fiel delegado al que Cristiano Ronaldo dedicó el Balón de Oro

CristianoRonaldobañó en oro el SantiagoBernabéu, a la aficiónmadridistay a AgustínHerrerín. El portugués se quejó hace tiempo de la frialdad de la grada con su juego. Esa distancia había pasado a la historia, pero si tenía alguna duda ayer quedó patente que la afición blanca le idolatra. Era un día de fiesta, la deRonaldo, pero el portugués quiso acordarse de una persona a la que los focos no le suelen apuntar, pero que sin él sería complicado que el Real Madrid pudiera disputar partido alguno en la que es su casa. De vez en cuando sale en algún que otro plano televiso porque su puesto de trabajo está a pie de campo, entre los dos banquillos.

CR7 quiso que su Balón de Oro fuera para todo el público, pero especialmente para su amigo AgustínHerrerín, el delegado de campo del estadiomadridistay que ayer vio como de repente, sin querer, era uno más de los que vestían de blanco y lo era con el Balón de Oro en sus manos.Ronaldole quiso recompensar su entrega en cada partido, su fidelidad y le obligó a salir a los medios, a posar con el trofeo en sus manos ante todos los fotógrafos y ante una entregada afición. Herrerín comentó cómo el jugador portugués lo llamó para que fuera a sacar la foto: "Me dijo: 'Oye Agus, ¿te apetece ponerte en la foto?' Ha sido un gran detalle del que me voy a acordar toda mi vida".

Herreríntiene 78 años y lleva en el club blanco más de cuatro décadas. Desde hace 17 temporadas es el delegado de campo, uno de sus momentos más tensos y, a su vez, estelares fue cuando salvó al Real Madrid de la eliminación en el camino a la Séptima. Los Ultras Sur derribaron la portería y fue él que se acordó de los ya famosos tres palos que había por la vieja Ciudad Deportiva.

Dos años atrás, su figura rodó por los suelos como consecuencia de un incidente entre los banquillos de Real Madrid ySevilla.SilvinoLouro, en su afán de impartir justicia a su manera, no reparó que en medio de la bronca, y con el único ánimo de separar, se encontrabaHerrerín. El portugués, sin intención, se llevó por delante al delegado de campo, como lo hubiera hecho con una escultura de Botero. No sufrió daño físico alguno, pero almadridismono gustó ver por los suelos a unos de sus símbolos, el mismo que da nombre a un paseo en el pueblo murciano de Puerto de Mazarrón.

Ronaldoes generoso al máximo con los empleados que rodean al equipo blanco y la mejor demostración es el protagonismo que le regaló aHerrerínayer. Antes, el portugués ya había obsequiado a todas las personas que están alrededor de la primera plantilla un ordenador portátil en muestra deagradecimiento, como ahora ha prometido reglar un coche (Fiat) a cada uno por la conquista del Balón de Oro o un reloj en caso de conquistar la Décima. A sus compañeros les ha dado un teléfonoSamsungde última generación, acompañado de una réplica del Balón de Oro. El portugués se va a convertir en imagen de una y otra marca.

Fue un día feliz paraRonaldo. La afición, elBernabéubañado en oro gracias al club, volvió a ser decisivo... pero falló un detalle para que la tarde hubiera sido perfecta. Y la culpa de ello la tuvo Roberto. CR7 estuvo en un tris de imitar el gol deHugoSánchez, el que logró de chilena ante el Logroñés. Cierto que elmexicanoremató desde más lejos, pero el portugués apenas tuvo tiempo para armar el lanzamiento, algo que hizo de una manera rápida y precisa de no ser por la mano del portero del Granada.