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España aplica la ley del silencio para no hablar del dictador Obiang
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SE COMPARA CON EL COMBATE ALÍ-FOREMAN

España aplica la ley del silencio para no hablar del dictador Obiang

La polémica sigue rodeando el encuentro del próximo sábado mientras los jugadores guardan silencio y la RFEF insiste en que sólo se trata de un partido

Foto: Los jugadores de la selección española entrenando en Las Rozas (EFE)
Los jugadores de la selección española entrenando en Las Rozas (EFE)

La polémica sigue rodeando el encuentro del próximo sábado y no dejará de hacerlo hasta que España salga de Malabo con dirección a Johannesburgo nada más terminar el choque. La campeona del mundo se enfrenta a Guinea Ecuatorial, país sumido en la dictadura impuesta por Teodoro Obiang, algo que en la década de los 70 hizo Muhammed Alí en Kinshasa. El boxeador cobró doce millones de dólares, España los gastos del viaje.

La Federación se ha visto sorprendida por la reacción de los políticos, después de que en todo momento haya contado con el ‘ok’ del Gobierno para la disputa del partido en suelo guineano. Por tal motivo, ha sugerido a los jugadores que ignoren el asunto; además no permite hacer preguntas al respecto en las ruedas de prensa. El argumento es que España va a Guinea Ecuatorial a jugar un partido de fútbol, nada más.

El país que preside Teodoro Obiang vive una de las mayores represiones que existen en el continente africano. Con la pena de muerte como primer argumento de su gobierno, el dirigente tiene a bien imponer la ley y el orden que él mismo decide. Se habla de tortura, de malos tratos, de desapariciones, inexistencia de juicios justos... Son algunos de los argumentos que llevan a considerar la dictadura de Obiang como una de las más duras y peligrosas del continente africano, tal y como demuestras las más de tres décadas que lleva en el poder.

La Federación insiste, una y otra vez, que no hay acto alguno previsto y que su presencia en Guinea Ecuatorial se debe a las innumerables peticiones hechas desde el país africano. A esto hay que añadir la presencia de Andoni Goikoetxea como seleccionador de un país que organizó la última Copa de África.

La polémica suscitada

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Izquierda Plural, a través de su portavoz en deportes Ricardo Sixto, además del boicot, ha pedido al Gobierno que se aclare de una vez respecto a si con su ‘ok’ respalda a las dictaduras y a su manera de proceder. La pregunta la ha trasladado al Congreso, pero al tener Ángel María Villar el sí del Gobierno a través de su ministerio de asuntos exteriores, nada hará que cambie y el partido no parece correr peligro alguno. El presidente de la Federación mantuvo el mismo silencio que los jugadores. Lo hizo en un acto que ayer tuvo en Logroño.

El gobierno guineano en el exilio, presidido por Severo Moto, también se ha sumado a las protestas. Acusa a la Federación de ser cómplice de Obiang, pero en la sede de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas se da la vuelta a la situación y se habla de un pequeño momento de fiesta para un pueblo reprimido por la violencia de su presidente.

En África se está comparando la visita de España con el combate entre Muhammed Alí y Foreman, en 1974, cuando pelearon en Kinshasa por doce millones de dólares. Poco importó que el régimen político también fuera una dictadura. No hay que olvidar que en Guinea Ecuatorial se celebró la última Copa de África o como el Mundial de 1934 se celebró en la Italia de Mussolini, el del 78 en la Argentina de Videla o como los dos siguientes citas mundialistas se celebrarán en Rusia y Qatar.

La polémica sigue rodeando el encuentro del próximo sábado y no dejará de hacerlo hasta que España salga de Malabo con dirección a Johannesburgo nada más terminar el choque. La campeona del mundo se enfrenta a Guinea Ecuatorial, país sumido en la dictadura impuesta por Teodoro Obiang, algo que en la década de los 70 hizo Muhammed Alí en Kinshasa. El boxeador cobró doce millones de dólares, España los gastos del viaje.